CODEMA19-PRENSA5-EE.UU.-1898

CODEMA19-PRENSA5-EE.UU.-1898


Javascript seems to be turned off, or there was a communication error. Turn on Javascript for more display options.

Año XVI 27 de Abril de 1898. Número 713 EL ECO DE LA SERRANIA Se publica cuatro veces al mes. PERIÓDICO INDEPENDIENTE. No se devuelven los originales. SUSCRIPCIONES. Por un mes, en Ronda y en Málaga: Una peseta. Por tres meses, en el resto de España: Tres pesetas. Por seis meses, fuera de España: 8 pesetas NÚMEROS SUELTOS En la Administración: 25 centimos. Atrazados. 50 » PAGO ANTICIPADO. VENTAJAS PARA LOS SUSCRIPTORES 1.ª Reciben los números á domicilio, impresos en papel superior. 2.ª Tienen derecho á insertar gratis en el periódico un anuncio permanen- te de cuatro líneas, pagando los derechos de timbre. DIRECTOR PROPIETARIO DON MANUEL DURÁN Redaccion Administración é Imprenta CALLE DEL MOLINO, NÚMERO 7 Y 9 RONDA 3.ª Reciben gratis los números extraordinarios. 4.ª En la inserción de anuncios se les hace una rebaja de 50 por 100, pero pagarán los derechos de timbre. INSERCIONES Anuncios en 1.ª plana: 0’30 centimos de peseta linea. En 2.ª plana: 0’25. En 3.ª plana: 0’15. En 4.ª plana: 0’10 centimos de peseta, y los derechos de timbre. Edictos oficiales y avisos particulares: 0’75 céntimos de peseta línea. Comunicados; desde 0'50 céntimos de pe- seta línea á 50 pesetas, á juicio del director. PAGO ANTICIPADO. En la campaña contra la inmoralidad y la falsa, sostenida por esta publicación desde que se creó en el año 1882, seguire- mos tomando parte, y admitiremos cuantos trabajos firmados se nos envíen que estén en armonía con estos principios, porque dentro del honrado propósito que nos guía, no tenemos inconveniente en admitir colaboradores que respondan de lo que escriban. De los no firmados, responde el director de la publicación. NÚMERO EXTRAORDINARIO ¡¡VIVA ESPAÑA, EL EJÉRCITO Y LA MARINA!! ¡Rondeños! Dadas las escepcionales circunstancias en que nuestra querida España se encuen- tra, y la espontánea manifestación que todas las clases sociales ejecutan en estos momentos como prueba de simpatías á la contestación dada al ultimatun remi- tido al Gobierno por los norteamericanos, no cumpliría este modesto periódico con el deber de buen español si no demostra- ra con su torpe pluma sus sentimientos, en hora tan crítica como la presente. Cuando los pueblos se encuentran en la situación en que el procaz extranjero nos ha colocado, todos los españoles deben dar cima á las luchas de la política, y unidos en una sola idea, la de la salvación y el engrandecimiento de la pátria, dar á ésta medios suficientes á desenvolverse con holgura en defensa de la bandera que tantas conquistas representa. Si mercaderes endiosados con su oro creyeron avasallar á un pueblo noble cual sucede á la Nación Española, y al ver fra- casar sus propósitos de apoderarse de nuestras posesiones de Ultramar, prestán- do apoyo de una manera cobarde á la horda de bandidos que ha tiempo vienen luchando contra nuestros valientes solda- dos, hoy dan la cara creyendo que el di- nero podrá sobreponerse á la dignidad y honra jamás desmentida de España, el que tal crea se equivoca; nosotros podre- mos tener menos dineros que los que la posición les ciega, pero tenemos más va- lor, más abnegación y más patriotismo que ellos, y bien pronto se lo demostrará nuestra ilustrada marina y nuestros va- lientes soldados, ya lo han visto; cerca de cuatro años lleva nuestro aguerrido ejército luchando en Cuba con bandidos protegidos por los que hoy se colocan frente á nosotros, y á pesar de los rigo- res del clima y de lo desigual de la lucha, porque no es lo mismo presentarse de frente, cual los españoles acostumbra- mos, que pelear escondidos y cobarde- mente como lo vienen haciendo los fora- gidos que protegen los miserables nortea- mericanos, pero á pesar de todo, buena prueba tienen de que el Pabellón Español no lo amancillan, y que en mil combates aun cuando con fuerzas desiguales en la mayoría de los casos, siempre resultamos victoriosos. ¿Qué han creido los mercaderes avaros que jamás supieron otra cosa que explo- tar las naciones con sus negocios mercan- tiles? ¿Creyeron quizás que por su rique- za, podían anonadar á una hidalga y va- liente Nación, haciéndoles ceder una pro- piedad indiscutible, adquirida de una ma- nera digna y decorosa cual en España se adquieren todos nuestros derechos y pro- piedades? Podremos por momentos resul- tar vencidos, pero inmediatamente re- puestas nuestras fuerzas, llegaremos siem- pre á ser vencedores, si la neutralidad de las demás potencias resulta un hecho. Tenemos sobre nuestros contendientes la superioridad que la razón y la jus- ticia, que unida á la disciplina de nuestro ejército y al valor y denuedo con que han de luchar, serán objeto de continuados triunfos. Los bandidos no pueden triunfar, bien lo hemos visto en la campaña que soste- nemos en Cuba, y si gentes perdida no han podido vencernos, ¿cómo han de triunfar los que sólo buscan recuperar el oro que prestasen á los miserables ban- didos que creían pudieran vencernos? A estas horas los fuertes de la Habana al grito de viva España, contestan los disparos del enemigo que no tendrá valor para pisar el suelo de nuestro territorio. ¡Españoles. Viva la honra de nuestra Nación! ¡Viva nuestro valiente ejército y marina! ¡Vivan los que defiendan la integridad de nuestros legítimos derechos! Caiga sobre la cabeza de los pérfidos y bandidos yankees, el peso de la justicia por haber protegido á canalla tan vil, como la que ha causado el llanto de tan- tas madres que perdieron sus hijos de- fendiendo el honor Nacional. Unámonos como un solo hombre para esterminar á la raza explotadora que co- bardemente creyeron amancillar al León Español, de suyo tan potente como lo viene demostrando en más de mil com- bates. ¡Rondeños Viva España! CONSUMMATUM EST. Europa entera ha presenciado llena de asombro el atropello incalificable de que es objeto en estos momentos la Nación Española, tipo de hidalguía y nobleza, al par que de indomable y fiero carácter, por un pueblo ebrio de sus riquezas, sin freno alguno de pudor político y descono- cedor absoluto de toda idea de dignidad, que trata so pretesto de proclamar la in- dependencia de la mal llamada república cubana anexionarse una de nuestras más preciadas joyas, el más rico florón de la Corona de España, la Isla de Cuba, que es española por el nacimiento, espa- ñola por la historia, española por la san- gre, y española hasta por educación. Pero no llegará á suceder lo que ellos pretenden, que antes que tal ocurra ha- brán de aniquilar por completo nuestro poderío, pues mientras que uno solo si- quiera de los hijos de España aliente, se mantendrá inhiesta nuestra siempre glo- riosa enseña gualda y roja. Ya hemos visto partir de nuestras pla- yas á los soldados y marinos encargados por la Madre Patria de defender la inte- gridad de nuestro territorio y con él el honor de España; y no hay ni un solo español sin distinción de clases, de sexos, ni de edades, lo mismo el obrero de la inteligencia que el obrero manual, lo mismo el rico que el pobre, lo mismo el anciano que el niño, la virgen que la viu- da, que no acompañen con el alma, con el corazón, con sus oraciones, con sus votos á nuestros hermanos en la expedi- ción en que se encuentran empeñados el honor y el orgullo del pueblo hispano. Nos encontramos ya en el apetecido fin; quizás á estas horas habrán chocado las escuadras, el eco del cañón retumba- en los espacios, no habrá dique alguno á contener el furor de los que pelean, y el populacho miserable que tantas veces mar conquistadas por el arrojo y bravura de nuestros antepasados, quieren arrebatárnosla dando protección rastrera á bandidos pa- gados por ellos, bajo el pretesto de la inde- pendencia, y han venido prestando su dinero y oculto apoyo, para de una manera vil é infame apoderarse de lo que tan legítimamen- te nos corresponde, y de lo que tanta sangre, millones y llantos viene costando á nuestra noble hidalga y valiente Nacion! Aprovechando el momento de la expon- tánea manifestación que en este acto ejecuta nuestra Noble y Leal Ciudad, damos estas mal trazadas líneas á nuestros convecinos, co- mo prueba de adhesión al entusiasmo que por el verdadero triunfo de nuestra causa abriga el corazón de todo buen español. ¡¡RONDEÑOS!! ¡Gloria á nuestra sincera y leal patria! ¡Loor á nuestro noble pueblo! ¡Viva nuestro valiente Ejército y nuestra ilustrada Marina. ¡Mueran los mezquinos y cobardes, que porque se creen con más dinero, nos tratan de arrebatar las posesiones que tenemos ad- quiridas por derecho propio Nadie que se precie de buen español, pue- de ver con indiferencia la crítica situación en que nos encontramos. Repetimos, ¡Viva España! ¡Vivan los buenos hijos de la patria, que reconocen la abnegación de nuestros valientes soldados y de nuestra glo- riosa Marina! Á NUESTROS SUSCRIPTORES Imposible es, que haya español que no nos agradezca publiquemos la poesía que de don Federico Balart se ha insertado en el Impar- cial del día 22. Balart como poeta es Quintana, escribe para hacernos héroes, y aunque no lo necesi- La máscara que no le arrancaste, De la frente diabólica se arranca! ¡Mejor! ¡Así al villano Verás por fin desnuda la mejilla, Y en ella estamparás, para mancilla, Los cinco dedos de tu fuerte mano! ¡ al combate resuelta! ¡Muestra al mundo, Con esfuerzo iracundo. Como sabe cumplir con sus deberes Y mantener incólumes sus fueros Un pueblo de soldados caballeros Contra una turba vil de mercaderes! No temas que tu honor reciba ultraje De esa imbécil canalla Que por táctica tiene el agiotaje Y los dóllars por única metralla. Piensa que, contra insidias de la suerte Siempre queda el abrazo de la muerte; Y que, viejo ó cachorro, Vencido ó vencedor, débil ó fuerte, El León es león, y el zorro es zorro. Cuando el potente al mísero atropella, Ya que el poder á la razón no iguale, Más vale, , más vale Morir con honra que vivir sin ella! ¡No miren con rubor nuestra agonía Las sombras de Isabel y de Pelayo, Ni los héroes de Otumba y de Pavia, Ni las pálidas victimas de Mayo! ¡ sin miedo á la lid! En esta tierra Depurada en la fragua de la guerra Donde mueren de asfixia los cobardes Para dorar de gloria los reveses Sin gárrulos alardes, A falta de Bazanes y Corteses Sobran siempre Churrucas y Velardes: Si ha sonado tu hora, Muere como guerrera y gran señora; Y, en el supremo día. Sean tus postrimeras convulsiones Testimonio marcial de tu energía, Y singulto final de tu agonía El áspero estertor de tus cañones! ¡En tanto, esgrime con vigor la espada Y no el castigo generosa aplaces! ¡Mientras no dejes á cercén cortada La zarpa de esa tigre solapada Que con uñas rapaces Amaga tus dominios á mil leguas, Imbécil quien con ella guarde treguas! ¡Maldito quien con ella firme paces! Si lidiando perdemos la partida, las escuadras, el eco del cañón retumba- en los espacios, no habrá dique alguno á contener el furor de los que pelean, y el populacho miserable que tantas veces nos ha insultado, empezará á conocer has- ta donde llega el heroismo de una Nación que no tiene más patrimonio que su honor. Pidamos todos al Dios de las victorias que el triunfo á nuestras armas, para que viéndolas regresar á la tierra en que vieron la luz primera podamos gritar con ellos ¡VIVA ESPAÑA! Augusto Ponce. DE INTERÉS PÚBLICO Dados los acontecimientos actuales por- que atraviesa nuestra querida Nación; este modesto periódico, quizás el menos compe- tente de los que ven la luz pública en nuestro territorio, pero uno de tantos de los que con más amor patrio se regocijaran del triunfo de nuestros legítimos derechos, entiende de su deber anunciaros tiene contratado un servicio telegráfico diario, para dar á conocer á sus convecinos la marcha de la guerra. Una im- portante agencia telegráfica de Madrid nos tendrá al tanto de cuanto ocurra, y nuestro servicio particular telegráfico que á más de ponerlo de manifiesto en el Círculo de Artis- tas se dará á la venta á los quince minutos de recibirse, y os tendrá al tanto de los acon- tecimientos. Cuanto os diga El Eco, será la verdad por que siendo nuestro sistema no inventar noticias, se concretará á haceros un fiel relato de lo que la acreditada agencia telegráfica de Madrid le comunique, por lo tanto, nuestros suplementos podréis acogerlos con verdadero interés, porque solo contendrá el fiel relato de la marcha que lleven los asuntos de la guerra. ¡Fuera de politica, Españoles ante todo! ¡Guerra á los mercaderes que por explo- tar el oro de nuestras posesiones de Ultra- agradezca publiquemos la poesía que de don Federico Balart se ha insertado en el Impar- cial del día 22. Balart como poeta es Quintana, escribe para hacernos héroes, y aunque no lo necesi- temos, Dios quiera lleguemos a serlo. ¡GUERRA! ¿Por qué su nombre aterra? ¡Oh! ¡Benditos mil veces los cañones Que, sobre el haz de la espantada tierra, Van forjando compactas las naciones En el sonante yunque de la guerra! Arzadun. ¡Despliega, España, tu pendón al viento! ¡Por fin llegó el momento! ¡Pasaron, , las horas enlutadas En que muda de asombro vió la tierra, Como lobas hambrientas, mal domadas, La Venganza y la Guerra Dormidas á tus pies y encadenadas! ¡Suéltalas ya! La infame astucia viste De ese pueblo en infamias tan fecundo; Y, pues entera la razón te asiste, Vuelve á ser, Patria mía, la que fuiste Sobre la torva faz del mar profundo Cuando, en desprecio de las crespas olas, Tres pobres carabelas españolas Remolcaron á Europa un nuevo mundo! Trofeos de tus ímpetus navales, Aun conservas dos yojas inmortales Que, bajo el pabellón púrpura y gualda, Brillan entre las ondas tropicales Como, en zafiro azul, verde esmeralda. Con hidrópica sed de sangre y oro, A ellas tiende la garra La nación que frenética desgarra Toda ley de justicia y de decoro. ¡Ella entregó la tea y la cuchilla Al bárbaro Maceo, fiera odiosa, Que el crepúsculo tuvo en la mejilla, Y en el alma la noche tenebrosa! ¡Ella, prestando á la codicia brío, Y á la saña cruel pretexto vano, En sangre roja el agua trocó al rio, Y en el podre humana el légamo al pantano! ¡Ella, como quien teje parda alfombra, Labró un yermo sin árboles ni sombra; Y, con la torpe mano Donde envidia y traición anidan juntas, Cogió el desierto por las cuatro puntas, Y lo tendió sobre el edén cubano! ¡Ella, con impudencia escueta y franca, Deponiendo la piel de la ceraste, Que con uñas rapaces Amaga tus dominios á mil leguas, Imbécil quien con ella guarde treguas! ¡Maldito quien con ella firme paces! Si lidiando perdemos la partida, Yo, triste viejo, de vigor desnudo, No humillaré la frente encanecida Bajo el golpe sañudo De la ciega Fortuna envilecida: ¡No quiere que, al entrar en la otra vida, Me niegue el gran Quintana su saludo! Federico Balart. Á LOS YANKEES ¡VIVA ESPAÑA! De zorros salchicheros la estúpida legión, á nuestra noble España la guerra declaró. Su fin es la codicia, su símbolo el jamón, su historia la rapiña, su escudo el deshonor. ¿Querrán que sus cañones apaguen nuestra voz? ¡mueran, mueran los yankees! que ultrajan la Nación. ¿Qué hay leyes que lo impiden?... la ley tiene excepción: rige para los hombres, para los Cerdos, ¿no? M. L. G. Brutal insulto de nación canalla hace que nuestro honor se vea manchado, y el león español mortificado se despierta buscando la batalla. El entusiasmo por doquier estalla recordando los triunfos del pasado, y ya verán que sabe Juan Soldado repartir como dollars la metralla. A poco de empezar esta campaña ¡zorros, (dijo Balart) son esa gente que nos quieren robar lo que es de España! ¡Pues que tengan los zorros muy presente que antes de realizar tan grande hazaña, es seguro que queden sin un diente! F. de los Rios. [margen inferior: Impprenta de El Eco de la Serrania.]

Descargar XMLDescargar texto