CODEMA_19-PRE-AP-246 CODEMA 19-PRE-AP-246 Resumen Número 6 de "Atalaya patriótico de Málaga" que incluye una carta al director, un fragmento de "Ensayos políticos en forma de diálogo entre Carlos III y el Conde Floridablanca", noticias militares, las embarcaciones que entran y salen del puerto y un catálogo de precios de algunos productos. Archivo Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España
Typology Otros Fecha 1809/03/18 Lugar Málaga Provincia Málaga País España Note Imágenes: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=75df867f-5270-4d91-9f90-0eb1153736fe
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ATALAYA PATRIÓTICO
DE MÁLAGA .
NÚMER O . VI .
DEL SÁBADO I8 DE MARZO DE 18o9 .
SEÑORES REDACTORES .
Mucha salud y bastantes pesetas : he
visto con no poca satisfaccion los cinco
periódicos que ustedes han publicado : es-
tan buenos ; pero valga verdad ; les falta
fuego , tanto mas necesario tratándose , de
atacar en sus mismas trincheras ciertos
abusos , á que debe su origen el lastimoso
estado en que nos vemos , y que conti-
nuados precisamente darán en tierra con
todo el entusiasta aparato de nuestro pa-
triotismo : conozco las trabas que detienen
( I22 )
á ustedes para hablar con libertad , y
mientras no se resuelvan á soltarlas con
la generosa valentia de un Sócrates , na-
da adelantarán con sus buenas intenciones :
amanecieron los dias claros ; por la mise-
ricordia de Dios nos rige una sábia mano ,
y mientras ésta no vea que el dogma se
ofende , que se dan torcidas interpretacio-
nes al espíritu de la Iglesia y de las le-
yes , ni que se personaliza en la sátira ,
muy lejos de sentir , se complace íntima-
mente en el , trabajo que toman los aman-
tes de la filosofia para desarraigar los vi-
cios : asi , pues , amigos míos , duro , duro ;
Santiago y á ellos .
Ya que la distancia que nos separa no
me permite manifestar á ustedes las espe-
cies que me ocurran en el momento mis-
mo de su mayor ebullicion , que es quan-
do la fantasía les da todos los vivos de
que son susceptibles , espero me dispensen
la libertad que me tomo en comunicar-
les aquellas , que ó por su mérito , ó
por haber dexado marcas mas es-
tampadas en mi memoria las he creído
( I23 )
dignas de que el talento de ustedes las
desarrolle para utilidad del público .
El silbo de las balas , el estruendo del
mortero , la vista espantosa del sable te-
ñido en sangre humana , la aguda bayo-
neta penetrando las entrañas del guerrero ,
los lastimosos clamores del herido , los
entrecortados suspiros del moribundo , la
algazara provocadora del vencedor , el des-
órden y confuso atolondramiento de los
vencidos , la desesperada lucha de todos
con los horrores de la muerte ... Vean
ustedes aquí los arrullos con que , quando
me pongo en la cama , trato de dar al-
gun descanso á mi débil exîstencia , harto
fatigada con las ocurrencias del dia , que
todas son bien desagradables . ¿ Y quien
puede prescindir ( yo no alcanso ) de estas
melancólicas ideas , hijas naturales de los
grandes intereses que tan de cerca nos
pulsan ? La otra noche me tiranizaron con
tan cruel despotismo , que me ví casi es-
pirar , cubierto mi corazon de un torrente
de amargura ; pude rehacerme algun tanto y
apartando de mi afligida imaginacion aquellos
( I24 )
tristísimos objetos , hice que les reempla-
zasen dentro de la misma esfera otros mé-
nos enojosos : fixé mi atencion en la ga-
llarda figura de un oficial .
No , no esperen ustedes la ponga en ri-
dículo , pintando un gran sombrero , cuya
ala posterior sin equivocacion remeda el
cabezero de un catre , ó bien la popa de
un navio de tres puentes con su lucido
gallardete ó plumero . Tampoco aguarden
que delinee geométricamente el almido-
nado tabique con que se muralla el cue-
llo de un petimetre militar , haciéndolo
impenetrable al golpe de un sablazo , sir-
viendo con sus ángulos elevados hasta las
cejas de firme apoyo á la gran maquina del
sombrero , y cercando tan exâctamente el
bello jardin del filigranado semblante , que
no se dexan ver sino las precisas venti-
laciones de la aguda nariz , el relumbrante
arete de la oreja , y las crestas de la ar-
boleda de una bien poblada patilla : mé-
nos se engrian , creyendo que me detuve
en reir y hablar de aquellas dos cuerdas
de campana de que pende un pesado bri -
( I25 )
llante sable , cuyo bamboleo y golpes á
compas sobre las pantorillas les ponen á
toda prueba de firmeza : no , no estaba mi
fantasía con aquel temple alegre que re-
quiere una crítica jocosa , ni era fácil pa-
sar á este extremo desde el del dolor ,
en que me veia sumergido . Para acabar
pronto : las hebillas de un oficial embarga-
ron toda mi consideracion .
¿ Pues qué ( dirán ustedes ) un pe-
dazo de metal de velon pudo fixar la
atencion de un filósofo ? Sí , señores , sí ,
la fixó : no pude menos que tributar mil
admiraciones y elogios á la sabia política
mano , que supo desimpresionar á la oficia-
lidad española de la necia adhesion con que
estaba por el partido de la hebilla de
plata , sin haberle pasado por la idea
el gran desfalco que sufrian las pagas con
el intrínseco valor de ellas , y el mucho
mas considerable á que periódicamente se
sujetaban , habiendo de seguir los locos
caprichos de la moda : Hebilla quadrada ,
hebilla redonda , hebilla de punta de dia-
mante con piedras ó figuradas , ya gran -
( I26 )
de ya pequeña , á lo chatre con rezorte ,
sin el , en fin mil otras drogas . ¡ A quan-
tas sacas se miraba expuesto el infeliz
bolsillo de un oficial ! De todo lo libertó
la económica diestra mano , que le hizo
substituir el pedacito de metal , que cos-
teado con doce reales le produce igual
ventaja , igual adorno , é igual lucimiento
que el desenfrenado luxo de las hebillas
de plata .
¿ Y paró aquí mi reflexîon ? nada mé-
nos : como de la mano fui conducido á
la muy obvia , de que la inmensidad de
onzas de plata que se invertian en tanta
hebilla , abolida ésta se destinarian precisa-
mente al cuño con un considerable aumen-
to del numerario , precisamente escaso á lo
ménos con respecto , quando por falta de
barra se vió muchas veces que los pla-
teros fundieron la moneda por que no
les faltase obra , y con ella el lucro
exôrbitante de las hechuras . Bendita mil
veces , dixe , la destreza de tal mano . ¿ Y
paré aquí repito ?
No pude menos que aplicar todas
( I27 )
reflexiones á las circunstancias del
dia : España en una guerra la mas justa ,
la mas costosa ; España en la inexcusable
precision de subvenir á ella con los gas-
tos mas crecidos ; España distante del so-
corro de sus minas ultramarinas ; España
agotada con las incalculables extracciones
que le ha hecho el mas pervertido go-
bierno ; luego España pobrísima ; luego Es-
paña no puede continuar la guerra ; lue-
go España va á ser tragada de sus ene-
migos : ¡ qué tres conseqüencias tan mal
tiradas ! España no puede ser vencida por
falta de recursos , sin contar con otros
que los que encierra la península ; Espa-
ña por tanto es riquísima , y consiguien-
temente puede tolerar muchos años de
guerra .
Si valen las consideraciones hechas so -
bre el pequeñísimo artículo de las hebillas
de plata del oficial , háganme ustedes el
gusto de extenderlas al incalculable nú-
mero de arrobas de aquel metal , que in-
utilísimamente entretienen las inumerables
botonaduras que gastan la harrieria de la
( I28 )
Extremadura , de las Manchas , de las An-
dalucias y del reyno de Valencia . Den
una ojeada sobre los muchos superfluos y
costosos agnus , relicarios y dixes , que en
todas estas provincias se han hecho como
de primera necesidad . Ea , pues , levanten
ustedes la punteria , y mediten sobre el
crecidísimo número de cubiertos de plata
que ostenta el corrompido capricho de
la mesa , aun del mas pobre artesano : su-
ban ustedes mas arriba ... Pero no , basta ;
sin temeridad se puede asegurar que estos
renglones cortos , respecto de los asombro-
sos trenes , baxillas y otros , son capa-
ces , si se reduxesen al cuño , de producir
doscientos millones de pesos fuertes .
He dicho . Sentiré haberme excedido
con el calor del fuego patriótico , de
que me siento inflamado : ustedes , en uso
del sagrado encargo que ocupan , y em-
pleando la prudencia que les caracte-
riza , ampliarán ó restringirán como me-
jor les parezca , para servicio de Di-
os , del Rey y de la Patria , y dis-
pondrán sin límites de su atento ser -
( I26 )
vidor Que . Besa . Su . Mano . Torre Molinos 5 de
Marzo de I8o9 .
Pedro Ingenuo .
Continúa el diálogo entre Carlos III y
Floridablanca .
Floridablanca . Dexaria yo de ser Es-
pañol , y aun de ser hombre , si pudiera
contar sin lágrimas en los ojos los desas-
tres de mi patria , los inmensos males
que padece y la horrible suerte que le
amenaza . Vuestro hijo Cárlos , siguiendo
las instrucciones y exemplos paternales ,
que vos le dexasteis , empezó su reyna-
do gloriosamente , y aun mostró su co-
razon christiano y bondoso las mas lison-
jeras esperanzas , si lograba tener á su
lado Ministros sabios , íntegros y amantes
del saber y de la virtud ; pero aquellas
esperanzas alagüeñas desaparecieron como
el humo que se deshace á la presencia
del viento , y aquellos primeros momentos
de dicha pasaron como un relámpago ,
pues muy pronto comenzó á difundirse
( I3o )
por el palacio de los Reyes Católicos un
ayre pestilente y corrompido , que ame-
nazaba contagiar y abrasar la Nacion en-
tera . Maria Luisa , cuyas pasiones y de-
seos eran mas vivos y antojadizos de lo
que deben ser los de una muger qual-
quiera , y cuyo ascendiente y dominio en
el corazon de Cárlos , eran mayores de
lo que deben ser los de las Reynas so-
bre los Reyes ; Maria Luisa tomó muy
en breve posesión del corazon de Cárlos
y , como si lo hubiera hechizado ó en-
cantado , solo pensó en conseguir sus gus-
tos y caprichos , y ved aquí , Señor , el
principio y origen de tantos infortunios
y de calamidades tantas . Son los delitos
tanto mayores y mas funestos quanto mas
elevada es la clase ó la gerarquia de los delin-
qüentes . Ordinariamente son muy cortas las
resultas del delito de un particular ; pero en
muchos años no se rehace lo que un
mal gobierno deshace en algunos días . ¡ Y
que dolor ! que mientras esto pasaba vues-
tro hijo Carlos entregado al ocio y á la
caza no advertía la mareta sorda , que se
( I3I )
levantaba en su gabinete , y que tomando
despues cuerpo en el de Versalles anu
blaba la nacion entera , y amenazaba ane-
garla en la tempestad mas deshecha , sin
descubrir la mina que se estaba cargan-
do para derribar su trono , y acabar de
una vez con la dinastia de los Borbones .
Cárlos . ¿ Pues y los Ministros que
hacían ? ¿ Por qué no velaban y desper-
taban á mi infeliz hijo de ese letargo en
que yacia ? ¿ En que pensaban los jueces
y tribunales puestos por la Nacion para
ser fieles executores de las leyes , y cen-
tinelas alerta de su guardia y seguridad ?
¿ Y como también tú no le aconsejabas y
dirigías ?
Floridablanca . Señor , son inútiles los
consejos y los avisos á los Reyes , que no
quieren escucharlos ; y mucho mas á aque-
llos que , como Carlos , entregan á las
Reynas sus corazones , y el gobierno y
manejo de la Nacion . Algunos zelosos pa-
triotas advertimos á Su . Magestad . los males que
empezaban á nacer , y las funestas conse-
qüencias que resultarian si al principio no
( I32 )
se remediaban y cortaban ; pero todo fué
en vano , pues era ya llegada la época
infeliz , en que el decir la verdad y pro-
curar el bien de la patria eran delitos ,
que se castigaban , ó bien con un destier-
ro , ó ya sobre un cadalso . Yo fuí tam-
bien desterrado al lugar de mi nacimiento
á pasar mis últimos dias llorando la suerte
de mi nación ; sucedióme en el gobierno
Aranda , quien tambien fué brevemente de-
puesto para entregar la nacion al despó-
tico gobierno de un jóven guardia de
corps , hombre sin estudios ni talentos , y
que á la suma ignorancia y estolidéz que
le caracterizaban unió después un orgullo
y vanidad sin límites ni exemplo ; pero
que por su funesta figura mereció todo
el amor y afecto de la Reyna María Luisa .
Si la obediencia en los vasallos pudiera
ser alguna vez delinqüente y criminal , nun-
ca pudo serlo tanto como en aquella época
en que el pueblo español vió y sufrió
humillaciones y ultrages , que conservará
la historia no se si para elogiar nuestra
sumisión y respeto á los Reyes ó para
( I33 )
vituperar nuestra indolencia , nuestra inac-
cion y nuestras bellas disposiciones , para
ofrecer el cuello á qualquier tirano que
intente ponernos el yugo .
Desde entonces los empleos , los ho-
nores y las dignidades , que deben ser po-
cas , y que solo pueden ser la recompensa
del mérito y la virtud , llegaron á envi-
lecerse por su muchedumbre , y solo fue-
ron el premio de la disolución , de la
lisonja y del dinero . Un favorito insolente ,
descarado , sin vergüenza y sin temor de
Dios , á quien los Monarcas mas podero-
sos de todo el mundo colmaron de ho-
nores sin merecerlos , debia por conseqüen-
cia premiar á los de su faccion ; pero no
á los hombres de mérito , cuyo bien me-
recido empleo hubiera sido un argumento
contra su grandeza mal adquirida . Una
prebenda , una vara , una toga , una banda
dexaron de ser el premio del buen teó-
logo , del buen juez , del buen ministro ,
del buen soldado , y solo se adquirian y
compraban por una indigna y prostituta
belleza , por un perro , por un caballo , por
( I34 )
una onza de oro , y no pocas veces por
la ridicula habilidad de bailar un Wals ,
( invencion de los mismos demonios ene-
migos del pudor y del recato de las mu-
geres ) ó por el gran mérito de tocar
una guitarra . Un soldado disoluto , que
no tenia mas estímulos que la concupis-
cencia y el interés , corrompió á quantos
le rodeaban , y fueron los españoles el
escarnio de la Europa , viendo que en
España el fausto , las riquezas , el lucro
y la infame prostitucion obtenian el lu-
gar de la sabiduria y de la virtud , y
que estos eran casi los únicos títulos para
obtener los grandes empleos y dignidades .
Se continuará .
NOTICIAS NACIONALES .
Relacion fidedigna de una perso-
na que presenció lo que refiere , fecha
en Tarragona el 28 de Febrero .
Ya dixe en mi anterior que nuestro
exército se hallaba dividido en tres divi -
siones , una al mando de Don . Juan Bautista
( I35 )
de Castro , Mariscal de campo : otra al
mando de Don . Luis Winghen , Brigadier ,
y otra en Tarragona á las ordenes del
Señor Reding , ocupando las dos que es-
taban fuera posiciones militares como Igua-
lada , Momenco , el coll de Santa Cristina ,
Sant . Magi , Santa Cruz , el Bruch , Marto-
rell , Molins del Rey . Y otra division
por la costa de Mataró al mando del
Coronel Milans y del Teniente Clarós .
Todas estas fuerzas estaban dispuestas y
preparado el plan de dar á los enemigos
un ataque general por todos los puntos , y
marchar inmediatamente á tomar á Barcelo-
na : pero las espias y los traidores , que no
faltan en Cataluña , avisáron al enemigo ,
y nos desconcertaron el plan en un to-
do ; pues abandonando sus posiciones ata-
caron los puntos de nuestra vanguardia , y
desalojaron á los nuestros de Santa Cris-
tina , y encerraron á los de Santa Cruz
en el convento de Monjas . Sabedor Re-
ding de lo ocurrido , y de como todo el
cordon se hallaba cortado , sin comunica-
cion entre sí , y con la plaza de Tarra -
( I36 )
gona , formó junta de Generales , y se
resolvió que el Señor Reding debia no
abandonar la plaza , y que para lo pro-
yectado enviase subalternos de su satisfac-
cion . Esto no se verificó , y habiendo for-
mado de nuevo junta el lunes resolvió
Su . Excelencia . salir aquel mismo dia con un ba-
tallon del regimiento de su hermano , una
compañia de artilleros de á caballo con 6
piezas y toda su plana mayor : en efecto se
verificó la salida á las 3 de la mañana
con el objeto de librar las tropas de Santa
Cruz , y restablecer la comunicacion en
toda la linea . Llegamos primeramente á
la villa de Bals , ( centro de la guerra )
reunimos las tropas de Santa Cristina ,
seguimos la marcha á Pla , lugar cercano
á Santa Cruz , y libertamos también la
tropa que se hallaba cercada en San ta . Cruz ,
la que apurada de viveres resistió glo-
riosamente por espacio de 6 dias . A con-
seqüencia de estas maniobras los france-
ses abandonaron los puntos en que nos
sitiaban y seguian nuestra marcha entran -
do en los pueblos que nosotros dexa -
( I37 )
bamos . El resultado fué llegar á Mon-
blach , y unirnos con la division restante de
Castro , formando un trozo de 95oo hom-
bres y 7oo caballos . En dicha villa vol-
vió á formarse junta de Generales y ofi-
ciales , y se resolvió ponerse en marcha
en dicho dia , tomando un camino muy
áspero y montuoso por habernos cortado
la retirada : y en caso de encontrar al
enemigo , abrirse el paso á viva fuerza ,
para volver con toda la tropa á Tar-
ragona . Verificóse la marcha á las seis
de la tarde del dia 24 , y se caminó
toda la noche por montes casi intransita-
bles , y habiendo llegado á los puntos
avanzados á las 5 de la mañana , habian
ya pasado como unos 6D hombres y toda
la artilleria sin que nadie se opusiera ;
quando de repente , y á tiempo que nues-
tro General y toda la plana mayor pasaba
un pequeño puente , se descubrió una
emboscada de enemigos , que hicieron dos
descargas cerradas , solo con el objeto de
quitar la vida á nuestro General y com-
pañeros . Causó algun desórden en la tro -
( I38 )
pa que , nos seguia ; pero la presencia de
nuestro General las reunió y animó , y
no se continuó la marcha hasta el dia
claro , para hacer la descubierta del cam-
po . Llegado este seguimos la marcha con
las divisiones y demas tropas , situándonos
en una posicion militar , y colocadas nues-
tras baterias , se empezó un combate muy
reñido por una y otra parte . Nuestra
tropa se batió con un valor imponderable
animada con la presencia del General , que
con una velocidad increible discurria por
todas partes , presentándose en los mayores
peligros , y en las guerrillas mas avanza-
das , mirando con una grandeza de ánimo
imperturbable , reventarse las granadas en
derredor de él . Despues de una noche de
marcha sumamente penosa , de un dia sin
haber comido , de diez horas y media de
fuego vivísimo , en que nuestra artillería
tiró ID cartuchos y 4oo granadas , y un
combate sangriento , en que llevabamos
enteramente destrozado el centro enemigo ,
lisonjeabamos fundadamente haber conse-
guido la mas completa victoria ; y asi
( I39 )
era en efecto , quando á las tres y media
de la tarde , hora en que esperabamos su
total ruina ; pues ya se retiraban sin ór-
den y precipitadamente ; les entró de re-
fuerzo de tres a quatro mil hombres .
A pesar de fuerzas tan superio-
res , nos batiamos gloriosamente ; pero no
pudimos dexar de ser cortados por la
caballería enemiga ; y aquí se mudó la
suerte de favorable en adversa . Entonces
viendo el General nuestras baterias to -
madas por el enemigo , tocó retirada , y
en ella se vió en la horrible situacion
de tener que batirse cuerpo á cuerpo
con unos quantos dragones de á caballo
de los que pudo escapar como mila-
grosamente por el valor de su brazo , y
pudo entrar en la plaza herido con 5
cuchilladas , 3 en las espaldas , una en la
cabeza y otra en un brazo , de las quales
una sola es de alguna consideracion ; en la
levita le dieron mas de veinte , y con otra
le dividieron el sombrero en dos pedazos .
Puede asegurarse que el empeño de los
enemigos en cogerle vivo , le libertó la
( I4o )
vida . Entre los Edecanes que le defen-
dieron , uno fué hecho prisionero , otro
muerto y otro herido .
De resultas de las heridas , y de tres
caidas que dió del cavallo , se halla en
cama ; pero , gracias á Dios , tan mejorado
y animoso , que segun parece se halla
con intento de volver á atacar á los ene-
migos dentro de tres ó quatro días . A
pesar de que el campo de batalla que-
dó por ellos , es seguro que no olvida-
rán jamas el 25 de Febrero , en que se
derramó tanta sangre francesa , y en que
conocieron , con quanto denuedo y valor
pelean los españoles , quando son bien
dirigidos , y comandados .
La nunca bien celebrada Zaragoza es el
objeto del amor y gratitud de los españoles ,
el exemplo de los valientes , la admiracion
de la Europa , y el oprobrio , la ignomi-
nia y confusion del tirano y de sus dig-
nas quadrillas de salteadores , siempre dé-
biles , infames y cobardes ante las tapias
indefensas de aquella heroica Capital , ora
la vensan , ora salga vencedora triunfan -
( I4I )
te . Los amantes de la Patria y los hombres
buenos , que desean ver á los zaragoza-
nos , ceñidas sus frentes de laureles tri-
unfadores , pasear las provincias de la Es-
paña , para excitar con su vista exemplos
de valor , de lealtad , y de amor á Fer-
nando , á la religion , á la patria , á las
leyes y costumbres , que hemos heredado
de nuestros gloriosos progenitores , se cubrie-
ron de tristeza y llanto con las infaustas
noticias sobre la suerte de aquellos ilustres
campeones , mas merecedores de descen-
der al sepulcro , ornado con estatuas y
hermosas inscripciones , que los eternisen ,
que de pasar al poder de unos malvados ,
que no saben estimar el valor , y el
patriotismo , por que ellos no tie-
nen virtud alguna . Seria una temeridad
decidir positivamente sobre la suerte de
Zaragoza en este momento , y asi solo
procuraremos consolar á los que precipi-
tadamente se entristesen , manifestándoles
que aquella ciudad se defendia vigorosa-
mente muchos dias despues de la fecha de
la supuesta entrega . Pero antes quisiera -
( I42 )
mos , y deseamos vivamente que nunca
perdamos de vista los españoles los dos
consejos ó advertencias siguientes : Iª .
Que toda la aplicacion , y las luces del
ingenio humano no son capaces de com-
prehender , ni prevenir las intrigas , fraudes
y maquinaciones , de que se valen y pue-
den valer para engañarnos y vencernos
esos caros hermanos , á quienes no les
ha quedado mas gracia , ni habilidad , que
la de robar , y mentir . 2ª . Que tribute-
mos una entera y denodada confianza
y obediencia al gobierno , que tan sabia-
mente nos conduce á la independencia
y á la gloria , pues es indudable que la in-
subordinacion y desobediencia eran para
Bonaparte una victoria , que inevitablemente
le aseguraria las conquistas de las Españas
y del Portugal . Esta segunda advertencia
exîgia un largo discurso , que tal vez en
adelante tendrá lugar .
( I43 )
NOTICIAS DEL PUERTO .
Embarcaciones que en él han entrado desde el dia
7 hasta el I3 de Marzo con cargamento para
esta ciudad y América .
Laud Santo Christo del Grao , patron Mariano
Coscollar , de Gibraltar con ropas .
Bergantin Santo Christo de la Salud , capitan
Don . Josef Rodriguez , de la Habana con azucar ,
cacao y campeche .
Xaveque San . Josef , patron Miguel Colomar , de
Cartagena con barrilla .
Laud San . Antonio , patron Jayme Rodol , de Vi-
llaseca con aguardiente .
Bergantin Nuestra . Señora de la piedad , capitan Don .
Josef Pendon , de Plimouth en lastre .
Bergantin la Concepcion , capitan Don . Josef Muse
de la Habana con azucar , cacao , cueros , qui-
na y campeche .
Bergantin Santa Christina , patron Antonio Va-
lentin , de Muros en Galicia con sardinas .
Bergantin Sueco Luisa , capitan A. G. Walles-
ten , de Norskoping en Suecia , con hierro , ta-
blas , alquitran , brea , almagra , alumbre . y acero .
Laud San . Josef , patron Ramon Muela , de Torre-
vieja con barrilla .
Laud las Ánimas , patron Pascual Biscarró , de
Tarragona con aguardiente .
Idem Santo Chrisco del Grao , patron Vicente
Romero , de Cadiz con azucar y campeche .
Barco el Dorado , patron Vicente Casas , de Gi-
braltar con cueros y ropas .
Cahique Nuestra . Señora del Carmen , patron Josef Va -
( I44 )
quer , de Lisboa con cueros .
Laud Santísima Trinidad , patron Francisco del
Moral , de Gibraltar con cera .
Idem San . Josef , patron Josef Galeano , de Cadiz
con sardinas .
Idem Santa Bárbara , patron Andres Rodrigues ,
de Gibraltar con cueros y ropas .
Lancha de Su . Magestad . Británica Campadam , Coman-
dante el Teniente de fragata Don . Jorge Ferd ,
de Gibraltar con pliegos .
Laud Nuestra . Señora del Rosario , patron Agustin ,
Gorgol , de Tarragona con aguardiente .
Laud las Almas , patron Antonio Bas , de Peñis-
cola con vino y aguardiente .
Tartana Jesus Nazareno , patron Christoval Es-
pezario , de Algeciras con pertrechos de guer-
ra para Tarragona .
Bergantin la Esperanza , patron Pedro Pérez , de
Cartagena en lastre .
Precios de granos y otros géneros en la Alhon-
diga y almacenes en I5 de Marzo .
Trigo segun calidad la fanega . de 36 á 5o rea le s .
Cebada de la tierra idem . de 23 á 25 .
Idem de la costa de 2o á 21 .
Aceyte de oliva la arro ba . 45 á 46 .
Aguardiente . prueba de aceyte arro ba . 33 á 35 .
Cacao de Caracas la fanega . á 70 . peso s .
Arroz de Valencia la arro ba . de 27 á 29 rea le s .
Azúcar blanca de la Habana de 62 á 64 .
Idem terciada la arro ba . á 5º .
Manteca de Irlanda la libra . de 8 á 9 .
Bacalao ingles , el quintal . de 8 á Io pesos . fuerte s .
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