CODEMA_19-PRE-EG-456 CODEMA 19-PRE-EG-456 Summary Número 28 de la segunda serie de "El Guadalhorce" que incluye los artículos dedicados al comercio, música y moda, fragmentos de "Lord Byron en Newstead" y "Cronología del entendimiento humano" y algunos poemas.
Repository Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España
Typology Otros Date 1840/10/11 Place Málaga Province Málaga Country España Note Imágenes: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=1fa72879-768c-4185-b959-dd5ade9ce171
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El Guadalhorce .
PERIODICO SEMANAL
DE CIENCIAS , LITERATURA Y BELLAS ARTES .
Segunda Serie . DOMINGO 11 DE OCTUBRE DE 1840 . Tom o . 1.º = Numer o 28.º
Indice de este número= El Comercio . Artículo 1.º . — A la bella marquesa de Arcos ,
poesia . — Lord Byron en Newstead . — Cronologia del entendimiento humano.—Música.
—Modas . — Lámina : Figurines y Música .
EL COMERCIO
Articulo 1.º
La historia del comercio forma una
parte muy esencial en la historia de la ci-
vilizacion moderna y se halla al mismo tiem-
po casi desatendida en la de los pueblos de
la antigüedad . A primera vista sorprende
esta anomalia . ¿ Pues que , se dirá , la mara-
villosa Atenas , cuyos recuerdos , cuyas le-
yes , no menos que su gusto esquisito en las
artes , nos llenan de admiracion ; la soberbia
Roma , cuyos monumentos nos asombran ,
cuyo Iujo y esplendor llegaron al mas alto
grado de magnificencia , esas antiguas ca-
pitales del mundo y de las ciencias fueron
menos grandes , menos cultas que lo llega-
ron á ser en la edad media Venecia la en-
cantadora con sus palacios flotantes y la
misma ciudad de san Pedro con sus artes ,
sus templos suntuosos y su poderosa in-
fluencia en los destinos del universo ? La
Roma antigua conquistando el mundo con
sus armas , asi como la Italia cristiana do-
minándole con el prestigio religioso , pue-
den considerarse como los centros de la
civilizacion de una y otra época y sin em-
bargo en la primera el comercio era des-
deñado por aquellos orgullosos guerreros ,
al paso que en la segunda se miraba ya , no
solo como un elemento de prosperidad , sino
tambien como un principio civilizador . La
causa de esta diferencia debe buscarse en
el mismo espiritu de las instituciones so
ciales : aquellos soberbios estados de la an-
tigüedad cimentaban su poder sobre el va-
no aparato de la fuerza material ; puede
decirse que eran pueblos de soldados y de
esclavos : el trabajo y la industria se consi-
deraban como egercicios impropios de los
hombres libres y cuando se agotaban los
recursos necesarios para sostener la prepon-
derancia militar venia á tierra el árbol que
creció sin raices que le sostuviesen . Por
el contrario las sociedades modernas , crean
do aquellos intereses que constituyen la
verdadera fuerza de las naciones , se liga-
ron unas á otras con vínculos eternos de
reciproca conveniencia y el comercio , es-
trechando estas relaciones , es la balanza que
sostiene el equilibrio político entre los pue-
blos civilizados . Desempeña ademas el
comercio una alta mision de cultura y hu-
manidad : su influencia activa y eficaz hasta
en los pueblos mas bárbaros ha sabido do-
meñar los mas feroces caracteres y suavi-
zar las costumbres mas groseras y la afi-
cion que inspira hacia las comodidades de
la vida no menos que el trato que propor-
ciona entre gentes de tan diferentes usos y
orígenes son los medios que emplea para
introducir lentamente los gérmenes de la
civilizacion y llegar á establecer la mas
completa armonia .
Con títulos tan gloriosos al reconoci -
miento del género humano nos ha parecido
228
muy digno el comercio de ocupar por un
momento la atencion de nuestros lectores ;
y asi nos proponemos trazar una sucinta re-
seña de su historia , ya que no nos permita
estendernos en esta interesante materia la
concision que ecsige un artículo de pe-
riódico .
Uno de los primeros pueblos que adqui-
rieron celebridad por su comercio fué el de
los fenicios . Situado en las costas de un
pais árido y estéril y rodeado ademas de
naciones poderosas , supo sin embargo lla-
mar la atencion universal por su engrande-
cimiento mercantil . La emulacion que esta
prosperidad causaba le atrajeron el odio de
los demas pueblos orientales y una obsti-
nada lucha que concluyó por destruir á Ti-
ro , capital de la Fenicia ; pero sus indus-
triosos habitantes , á quienes daban los de-
sastres nuevo vigor , hallaron medio de trans-
portar sus riquezas á un lugar no lejano , don-
de se vió á poco nacer otra segunda Tiro
mas opulenta y fuerte que la primera y
que , poblando el mediterráneo con sus ba-
jeles , envió sus colonias á los paises mas
distantes y desconocidos . Una de ellas dio
origen á las [ sic ] célebre Cartago , cuya desme-
dida ambicion llegó á serle bien funesta .
Habia estendido esta nacion sus relaciones
comerciales desde el mar de las Indias has-
ta la parte occidental de Africa y , com-
prendiendo todas las costas del Mediterrá-
neo , se introdujo en España , en las Galias
y hasta en la Gran Bretaña , conocida en-
tonces bajo la denominacion de islas Ca-
sithérides . La prepotencia que adquirieron
los cartagineses por la superioridad de su
cemercio [ sic ] les hizo aspirar á la gloria de las
conquistas y celosos del engrandecimiento
que obtenian los romanos con la fortuna de
sus armas se propusieron vencerlos , único
paso que les faltaba para alcanzar la mo-
narquia universal . Célebre es en la histo-
ria de los siglos esta lucha obstinada en que
dos pueblos sobresalientes se disputaban
la soberania del mundo y sabido es tambien
que la victoria , si al principio se ma-
nifestó propicia á los de Cartago , los aban-
donó despues y ató al carro triunfal del
vencedor el poder , las riquezas y hasta el
nombre de este pueblo famoso . En su rui-
na hubiera ido probablemente envuelta la
del comercio , si la Grecia , aprovechando las
nociones que habia adquirido en este ramo
por su trato con los fenicios , no le hubiera
cultivado con ardor ; pero en especial la is-
la de Rodas y la colonia de los focios , fun-
dadora de Marsella , fueron los pueblos que
mas partido sacaron de la catástrofe de los
cartagineses .
En el reinado de sus primeros empe -
radores echó Roma de ver la necesidad de
ocuparse del comercio , tanto para entre-
tener su marina como para sostener sus re-
laciones con los paises mas apartados de sus
vastos dominios . Considerado bajo esta mi-
ra puramente politica y prohibido á la no-
bleza por leyes especiales emplearse en
esta profesion , el comercio entre los roma-
nos , á pesar de la posesion de Alejandria ,
emporio y escala de todo el oriente , no lle -
gó á un alto grado de prosperidad hasta
que trasladada la silla del imperio á Cons-
tantinopla entabló esta capital sus relacio-
nes mercantiles no solo con los pueblos
orientales , usurpando á Alejandria este
privilegio , sino tambien con todas las na-
ciones de Europa y vino á ser el punto
donde refluian las riquezas , el lujo y el
mas activo y considerable tráfico .
En esta situacion una revolucion la mas
espantosa y radical que han conocido los si-
glos vino á cambiar totalmente la faz de
las naciones del occidente europeo y á su-
mirlas en la mas completa abyecion . Tor-
rentes de guerreros desprendidos del norte
sin mas ley que la fuerza , ni mas egerci-
cio que las armas , se apoderaron de estos
paises , derribando el coloso romano , carco-
mido ya por las semillas corruptoras del
vicio y la disolucion . Libertad , ciencias ,
industria , todo pereció ; y el gobierno feu-
dal que establecieron los conquistadores
era el menos apropósito para salvar de tan
completa devastacion estos preciosos teso-
ros de los pueblos civilizados . Concretan-
donos al comercio solo podremos decir que
sino se redujo á la nulidad , porque esto es
229
imposible , retrogradó al menos á su infan-
cia . El espiritu marcial y la ignorancia de
los señores anatematizó semejante profe-
sion y la hez del pueblo que en ella se
ocupaba lo hacia con el desmayo propio del
abatimiento en que yacia . Sin esperanza
de enriquecerse , porque los magnates se
apoderaban á su antojo ds [ sic ] cuanto llegaban
á poseer , los plebeyos comerciantes eran so-
lo unos histriones que concurrian de feria
en feria llamando la atencion del vulgo
con espectáculos propios de su grosera es-
tupidez y de esta manera facilitaban la sa-
lida de su generos [ sic ] . ¿ Ni que otra mira ele-
vada podia concebir una clase tan degrada-
da por la mas humillante esclavitud ? Verdad
es que los judios llegaron en aquella épo-
ca á hacerse dueños casi esclusivos de to-
da clase de tráfico y mercaderia y supieron
dar á este ramo alguna mas estension ; pe-
ro aquel pueblo , envilecido tambien y pros-
cripto , carecia de las garantias y de la pro-
teccion necesaria para obtener grandes re-
sultados y todos sus conatos debian estre-
llarse contra el espíritu feroz y mortífero
de aquel siglo de hierro .
A un acontecimiento tan grande como
estraordinario debió el comercio la fortu-
na de salir de su lastimoso estado La voz
de un pobre hermitaño conmovió al mundo
cristiano y todo el que poseia una espada
acudió á rescatar el sepulcro del Redentor
del poder de los infiales - [ sic ] Los soldados de
la cruz encontraron en oriente un gran tea-
tro de gloria y de combates ; pero tambien
hallaron dulzuras y deleites : la suavidad
del clima , la fragancia de los campos , la
hermosura de las mugeres , el lujo , en fin ,
y la molicie de los orientales fueron poco
á poco suavizando la fiereza caracteristica
de los cruzados ; y al regresar estos á su
patria cargados con ricas telas y otras pre-
ciosidades , introdujeron la aficion hácia los
goces y comodidades de la vida , al paso que
con la amenidad de su trato contribuyeron
grandemente á disminuir la dureza de las
costumbres feudales Las relaciones con los
pueblos de levante se hicieron cada vez mas
estrechas y el comercio cobró con este
motivo nuevo vigor y actividad . La Italia
fué el primer pais que sacudió el yugo
impuesto hasta entonces por el fanatismo ,
el orgullo y la ignorancia ; y lanzándose á
la carrera de las especulaciones mercantiles ,
vino á ser el centro del buen gusto , de las
riquezas y de la cultura europea . — Del se-
no de los mares habia salido una ciudad
magnífica y ambiciosa ; y , Venecia la hija
de las aguas , no tardó en enseñorearse de
ellas , formando poderosa escuadras , y apro-
vechándose de su ventajosa posicion mari-
tima para apoderarse del comercio de Ale-
jandria y de las indias orientales .
A la prosperidad del comercio en Italia
era consiguiente el progreso de su indus-
tria . Habían sobresalido especialmente los
italianos en la fabricacion de toda especie
de tegidos ; pero ensayada despues esta ma-
nufactura por los alemanes y otros pueblos
del norte lograron mayores ventajas que
aquellos y les sobrepujaron en este como
en los demas ramos de industria manufac-
turera . Tal fué la base y el origen del con-
siderable comercio de las ciudades Anséa-
ticas , que reuniéndose entre si con el
fin de darle mas impulso , obtuvieron pri-
vilegios de su soberanos para gobernarse
por si solas y formaron una confederacion
célebre en los anales del mundo con el nom-
bre de liga Teutónica . Esta formidable po-
tencia comercial llegó á hacerse respetar
de las naciones mas poderosas ; y hubiera
sostenido tan elevado rango , en razon de su
engrandecimiento rápido y progresivo , á
no ser por las diferencias que se suscitaron
entre algunos de sus jefes , diferencias que
concluyeron por la disolusion de la liga .
En esta época , desembarazados ya los
portugueses de las guerras contra los mo-
ros , á quienes arrojaron de su pais y aun
persiguieron en Africa , empezaban á dar
aumento á su comercio con el descubri-
miento de la isla de la Madera y otros
que hicieron en la costa meridional de
aquella parte del globo ; pero estaba reser-
vada á los españoles la gloria de ensanchar
considerablemente la esfera de las relacio-
nes y empresas comerciales ; presentando a
230
todos los pueblos de la tierra un nuevo
mundo rico en producciones naturales , ob-
jeto de la ambicion de todas las naciones y
punto donde se fijó desde luego la vista de
los mas atrevidos especuladores . El descu-
brimiento de América , cambiando totalmen-
te el giro de los negocios mercantiles , ejer-
ció su influencia en la politica y en las mi-
ras de todos los gobiernos y señaló el prin-
cipio de una era nueva en la historia del
género humano . Por esta razon nos ha pa-
recido conveniente establecer en tan mar-
cado acontecimiénto da division de los dos
articulos que nos proponemos escribir para
completar el ligero bosquejo que vamos tra-
zando .
J. M. Bremon .
A LA BELLA MARQUESA
DE ARCOS .
( Habana I84o )
Hay , Señora , una ilusion
Que dentro del alma crece ,
Que embalsama el corazon ,
Y el viento de la razon
Asolador desvanece .
Asi la rosa temprana
Abre su cáliz de amor
En la risueña mañana ,
Y en el sol que la engalana
Muere la suave flor .
Hay , Señora , un pensamiento
Que engalana la ecsistencia ,
Pero , que frágil portento
Dura tan solo un momento ,
Aroma de la creencia .
Asi sus alas de gasa
Al viento ofrece amorosa ,
Y festiva en torno pasa
De la antorcha que la abrasa
La sencilla mariposa .
Hay , Señora , un bello día
Que vemos lo que soñamos ,
Que soñamos la alegria ,
Y en un vergel de armonia
Vemos solo lo que amamos .
Asi el pájaro inmortal
Que solo en la mente habita ,
Para gozar celestial
De la dicha terrenal
De sí propio resucita .
Yo tambien creí , señora .
Que , al ver esa noble frente ,
De mi lira protectora
La armonía inspiradora
Brotara suavemente .
Creí que al oir tu acento
Angélica inspiracion ,
Fácil fuera al pensamiento
Trasladar el sentimiento
Que nace en el corazon .
Creí que al ver tu hermosura
De mi labio brotaria
Un torrente de dulzura ,
Que asi la alondra murmura
Al nacer brillante el dia .
Creí que fácil cantar
Tantas perfecciones fuera ,
Ese modesto mirar ,
Y ese aroma de azahar
De tu megilla de cera .
Creí que tu melodía ,
Lira , mi solo consuelo ,
A mi labio bajaria ;
Para cantar , bella mia ,
Tantas dàdivas del cielo .
Pero , ¡ ay Matilde ! sus dones
Mi arpa no me prestó ;
Y bella entre mis viosiones ,
Yo sé amar tus perfecciones ;
Cantarlas , oh hermosa , no .
Jacinto de Sillas y Quiroga .
231
LAS CHULETAS A LA VICTIMA
y lord Byron en Newstead .
En una lluviosa y melancólica tarde del
mes de noviembre de 1805 , atravesaba una
silla de posta el pequeño lugar de Newstead .
Como los caminos de aquella parte del conda-
do de Nottinghan no estàn en tan buen estado ,
que puedan lisongear á los pocos viageros que
recorren aquel pais salvage , le sucedió á la
silla de posta lo que habia sucedido ya en el
mismo sitio á otros carruages en varias oca-
siones : volcó al darla vuelta hàcia un palacio
antiguo , cuyas altas torres , y los espesos eleva-
dos bosques que le circundaban , mantenian
allí con su sombra una especie de precipicio
húmedo , resbaladizo é intransitable .
Los habitantes del lugar que preveian la
catástrofe inevitable , se apresuraron á ir á so-
correr á las personas que estaban dentro del
carruage . Eran un hombre , jóven todavia , y
un estrangero de noble y magestuoso semblan-
te . En sus facciones parece que se descubria
aquella especie de resignacion irónica , que se
contrae en la adversidad y en la persecucion
de la fortuna contraria : así , mostró mirar la
caída , como un acontecimiento natural de su
destino , una consecuencia de la fatalidad que
le perseguia . A pesar de lo mucho que pade-
cia , y de no poder andar sino con gran difi-
cultad , apenas salió de la silla , se puso á ayu-
dar á los paisanos à sacar á su compañero ,
preso aun en ella . Luego que se aseguraron
entrambos mutuamente de que no habian re-
cibido la menor lesion , echaron la vista à su
alrededor , por ver si encontraban donde al -
bergarse , porque las composturas que habia
que hacer en el carruage pedian mucho tiem-
po , sin contar con que no habia ningun car-
retero en Newstead , y que era preciso enviar
à buscar uno al lugar inmediato .
- - Mi querido amigo , dijo el estrangero , son-
riéndose , á su compañero ; estamos amenazados
à no pasarlo hoy muy esplendidamente .
- - Estamos hechos ya à estos percances , con-
testó el otro viagero .
- - Y sin embargo , ese es justamente el único
genero de infortunio , á que hasta ahora no
he podido acostumbrarme con resignación .
Veamos ; preguntemos á estas buertas gentes ,
si nos podrán vender ; aunque no sea mas que
huevos y leche , porque aqui no tenemos que
esperar ni la menor pieza de caza , ni el más
pequeño bocado de carne .
En efecto à todas las preguntas que el es-
trangero hizo à los paisanos en buen inglés . —
¿ Teneis carne ? ¿ Teneis huevos ? ¿ Teneis leche ?
contestaron con un eterno y desconsolador —
No , sir .
En esto un anciano , montado en un fur-
goon que guiaba él mismo , llegó delante del
palacio , vió la gente que estaba al lado de la
silla de posta , atravesó por medio de ella y
no tardó mucho en ponerse al corriente de
la catàstrofe acaecida á los viageros , y del
riesgo que corrian de no comer aquel dia mas
que pan negro , ni beber mas que cerveza de-
testables
Señores , les dijo : aunque no pueda saca-
ros completamente del grave apuro en que os
veis , podré remediarle en parte , à lo menos .
El palacio que estais viendo acaba de entrar
por derecho hereditario bajo el dominio de
un señor jóven , á quien sirvo de mayordomo ,
y que debe venir á tomar posesion de él muy
pronto . Su madre me ha enviado aqui con
algunos dias de anticipacion à hacer los pre-
parativos necesarios , porque Newstead hace
seis meses que no se habita . Ya comprende-
reis que no habré venido à este pais montaraz ,
sin traer con que pasarlo medianamente . Ahí
tengo una empanada de venado , con la cual
tendré á mucha dicha poder obsequiaros .
Traígo tambien algunas provisiones frescas ,
una pierna de cordero , y unas costillas de car-
nero ; pero el cocinero y los criados no llega-
rán hasta mañana ; y como no tengo á nadie
que pueda preparar esta viandas , será preci-
so que por hoy os contenteis con la empa-
nada .
- - No tal , dijo el estrangero . En cambio de
la hospitalidad que nos ofreceis , y que acep-
tamos agradecidos en gran manera , yo os
ofrezco mis talentos en el arte de cocina con
la mayor franqueza . He sido soldado , y me
hallo hoy condenado al destierro : con esto
quiero deciros , que me he visto mas de una
vez en la precision de plegarme á la necesi-
dad , la cual entre otras muchas lecciones no
poco saludables que me ha dado , me ha hecho
industrioso para luchar contra las contingen-
cias de una mala comida . Supongo que habrá
en el lugar algun muchacho que dé vueltas al
asador , en que voy á poner esa pierna de cor -
232
dero , que de lo demas yo me encargo .
Concluido este festivo tratado , se metieron
el mayordomo y los dos viageros en el pala-
cio , y tomaron á todo su sabor posesion de la
cocina . Encendiose lumbre ; una vara de
avellano sirvió de asador para la pierna , y el
estrangero , quitándose el vestido y remangán-
dose , preparó las costillas como sino hubiese
hecho otra cosa en toda su vida . Pero , hasta
que las chuletas estuvieron sabiamente adere-
zadas y cubiertas de manteca , con su migajon
de pan desmenuzado , su sal y su pimienta , no
notaron que no habia parrillas . Esta gravi-
sima dificultad desconcertó un poco y puso
pensativo al aparejador gastrónomo ... Reflec-
sionó por algunos instantes , y despues esclamó
con el mismo placer que Arquimedes , cuan-
do acertó con su famoso problema :
— Ya he dado con ello .
Con una habilidad y una inteligencia , de
que el mejor cocinero de este mundo pudiera
darse por satisfecho , encerró una chuleta en
medio de otras dos , las sugetó con un hilo , y
las puso subre las ascuas . Salió al punto la
llama , estremecieronse las carnes en el asador ,
y el viagero le empezó á dar vueltas lenta-
mente . De este modo las dos costillas esterio-
res se reducian bien pronto à brasas , pero la
de enmedio quedaba sana y salva , jugosa , es-
quisita , tierna y en su punto , sin haber per-
dido la menor partícula de su sustancia , an-
tes bien empapada en los jugos de las otras
dos .
— Vean VVstedes . que buenas invenciones se de-
ben á la necesidad : esclamó el viagero , sir-
viendo á sus comensales el delicioso plato . Des-
de hoy no quiero comer ya chuletas prepara-
das de ningun otro modo ; le diré à mi cocinero ,
que las bautice con el nombre de Chuletas à
la victima .
Sentáronse à la mesa , hicieron honor á las
Chuletas , sin olvidar la pierna de cordero , ni
la empanada de venado . El mayordomo , hom-
bre de buen tacto , hacia los honores de la me-
sa con la atencion mas respetuosa , porque se
habia penetrado al momento de que sus con-
vidados no eran personas vulgares ... cuando
de repente se sintió ruido de caballos en el pa-
tio , y se vió lleger [ sic ] á galope un jóven de singu-
lar belleza . Saltó del caballo en tierra con mu-
cho aturdimiento , sin mirar siquiera si el cria-
do que le acompañaba le habia podido seguir
ó no , y frotàndose las manos con una alegria
natural , esclamó :
- - Mi palacio ! mis estados ! todo esto para
mi ! . . , A dios pobreza ! A dios trebajo ! [ sic ] A dios
repreensiones eternas de mi madre ! ... De re-
pente vió á los estrangeros ... Salierónsele los
colores á la cara , porque podian haber oido
sus exclamaciones . Pero esta conmocion de
sorpresa y de rubor se desvaneció al instante ,
y el jóven se acercó á los desconocidos . Estos
advirtieron que cojeaba un poco , como que
parecia que tenia malo un pie . El mayordo-
mo , que se había adelantado hácia el jóven ,
le mostró respetuosamente su sorpresa de que
hubiese venido tan pronto .
- - Yo no contaba , dijo á su amo , con que
Milord llegase hasta dentro de tres ó cuatro
días . Milady , vuestra madre , me habia dicho ,
que V. H. esperaria ... . .
– Esperar ! esperar ! ... Ocho dias ! ¿ no es es-
to ? ... Ocho dias mortales ! ... . Esperar ! ¿ y qué ?
que me hubiesen limpiado , blanqueado , y
acaso desfigurado este antiguo palacio de mi
tío , mio en el dia ! No por cierto ; luego que
supe su muerte , le fuí à hacer los últimos su-
fragios . Despues hice que me tragesen un ca-
ballo , y heme aquí en Newstead , antiguo do-
minio , donde pasé los primeros años de mi infan-
cia ¡ Newstead , con cuya posesion tantas veces
había soñado cuando era pobre y estaba in-
cierto acerca del porvenir ! ...
- - Pero quienes son estos forasteros ?
- - Dos viageros franceses , cuyo carruage se
ha roto á la puerta de vuestro palacio . Les
he ofrecido hospitalidad en vuestro nombre ,
del mejor modo que he podido .
- - Has hecho muy bien , Murray , - y se ade-
lantó hácia los dos franceses .
– Señores , les dijo , seais muy bien venidos
á esta casa . Yo me daria el parabien de la ca-
sualidad que os ha traido a ella , sino debiese
esta honra à un accidente desagradable , y so-
bre todo si me hallase en estado de recibiros
de un modo decoroso .
Mostráronle los viageros su gratitud en
los términos mas espresivos ; y despues de una
conversacion , en la cual no le fué muy dificil
al jóven lord apreciar las modales distinguidas ,
el talento y la instruccion de sus huépedes , [ sic ] le
manifestaron estos su deseo de ver el castillo ,
antigua abadia , cuyo origen se remontaba á la
conquista de los Normandos .
Se continuará .
233
CRONOLOGIA DEL
ENTENDIMIENTO HUMANO .
Siglo 27 despues de la creacion .
14 antes de Jesucristo : 1400 . 300
LA PROFETISA DEBORA ,
HERCULES Y AMPHION .
Invenciones , progresos de las artes y de
las ciencias .
Lino inventó el arte de hilar las tripas
ó intestinos de los animales para hacer cuer-
das sonoras , que sustituyó en la lira á las
de hilo que hasta entonces se habian usado .
Pasa por el inventor del verso lírico , y es-
cribió sobre las plantas y los animales , y
un tratado de astronomia en verso .
Amphion , Olympo , Marsyas y Orfeo
perfeccionan la música , y se hacen célebres
en este arte . Este último , Melampo y Meu-
beo cultivaron la poesia y la medicina . Es-
culapio instruido en la escuela de Chiron
unió la cirujia à la medicina é inventó un
gran número de remedios .
MUSICA .
A este número acompaña la cancion
titulada : El Desden , letra de Don . Juan
Bautista Sandoval , puesta en música por
Don . Nicolás Diaz Zavala : á continuacion
transcribimos las dos restantes estrofas .
2.ª
De mi pecho la llama ardorosa
Sin tener compasion despreciaste ,
Y á otro amante feliz consagraste ,
Bella esquiva , tu tierna pasion .
Tú , del mal que me oprime gozosa ,
De mis penas te barlas ingrata ,
Y entre tanto , oh hermosa , me mata
De los zelos el fiero aguijon .
No enojosa
A mis amores
Tus rigores
Pago den ,
Que penosa
Es ¡ ay ! mi suerte :
Me da muerte
Tu desden .
Mira afable al que tanto te adora ,
Cesen , pues , tus desdenes , Elisa .
Y tu angélica y tierna sonrisa
Grato alivio á mis males dará ;
Y gozando de plácida calma ,
Sin sentir ya desdenes ni enojos ,
Ni nublados veranse mis ojos
Ni angustiado mi pecho estará .
No enojosa &c .
LA MODA .
Los aprestos militares de que para su de-
fensa se ocupa hoy la capital de la Francia ,
en manera alguna han entorpecido la marcha
de la Reina del mundo , que continua impá-
vida ofreciendo á sus adictos los mas esquisi-
tos modelos del buen gusto , y el Petit Cour-
rier , el Journal de Tailleurs y Long Champs
ocupan sus columnas con los resultados mas
brillantes de las investigaciones fashionables
de las mas célebres modistas y de los sastres
mas acreditados .
Los almacenes de objetos , de modas pare-
ce se proveen para mucho tiempo ; y en estos
repertorios del buen gusto se encontrarán las
mas esquisitas telas , los mas delicados ador-
nos , ofreciendo siempre la inagotable va -
234
riedad , aun cuando las murallas de la gran
provincia ( 1 ) lleguen algun dia à verse
coronadas con sus mil cañones y sus 100.000
combatientes . Los franceses entonces como
ahora obrarán conforme á su caracter . Mue-
lles y relajados en los circulos sociales , en
sus brillantes soirees , al par que entusiastas de
su honor militar asi empuñarán la pesada lan-
za , como admirarán la delicadeza y reconoce-
rán las incalculables ventajas de los guantes á
la Rusa que Monsieur . Sorré Deslisle ofrece á las
elegantes en su casa almacen Rue Vinienne ,
núnero 33 , y asi correrá ansioso de distin-
guirse en el campo de batalla , como en los
Eliseos , y con el mismo afan que leerá en el
Monitor las glorias del pabellon tricolor , de-
vorará las columnas del Petit Courrier para
estar al corriente de los caprichos de la moda ,
á quien no siempre tendremos lugar de ta-
char de injusta y olvidadiza : previendo que
la estacion de los yelos pudiera ser rigorosa [ sic ]
en demasia , se apresura à organizar vestidos de
invierno , tomando por modelo , aunque varián-
dolos siempre , á los que en la misma estasion
usan las señoras de Rusia . Asi que el invierno
prócsimo establecerà una semejanza inespera-
da entre las hijas del Sena y las elegantes de
San Peterburgo .
Mas en tanto que este brillante pensamien-
to llega á realizarse y cuyos figurines , no tar-
darán en llegar , nuestras bellas continuan ,
aunque con muy ligeras variaciones , llevando
sus elegantes vestidos de raso labrado de me-
dio color , de merino de seda , y alguna que
otra de moire , del corte y adornos de los úl-
timos figurines que las hemos ofrecio .
Modas de Caballeros .
Que no crean nuestros elegantes que el
modelo que acompañamos ofrece la definiti-
va en cuanto á la parte mas esencial del ves-
tido de otoño : esto no es otra cosa que un
proyecto de paletot , cuyo corte y adorno no
han dejado de merecer la mas amarga critica
por parte de algunos adeptos parisiens , no
atreviéndose por lo tanto el Journal á pre-
sentarlo como adoptable , sino como un ensa-
yo susceptille de reforma .
En efecto las vueltas cruzadas , los bolsillos
bajos y los botones de delante mas bajos que
el tronzado [ sic ] de la cintura , no establecen dife-
rencia digna de consideracion entre el último
( 1 ) Asi llamaba , á Paris Luis XIV .
paletot y el proyecto ó ensayo que represen-
ta nuestro figurin .
La variedad consiste en que al corte de la es-
palda està dispuesto de modo que el talle resulte
bastante ancho , à fin de que la abertura de los
faldones forme un ángulo desapacible , quedando
sin embargo profusamente cruzados , y el ga-
lon que guarnece el borde libre del faldon ar-
moniza con los de las costuras , ofreciendo una
elegante visualidad .
TEATRO :
Hemos asistido á las representaciones líri-
cas egecutadas por la compañia , cuya llega-
da á esta tuvo lugar el 26 del pasado . Una
aventura de Scaramuccia , Clara de Rosemberg
y Puritanos y Caballeros , nos han dado á co-
nocer á los cantantes , nuevos en este teatro ,
de cuyos conocimientos y buen gusto ha juz-
gado el público con el acierto instintivo que
le es peculiar .
La señora Villó ( doña Cristina ) verificó su
primera salida en los Puritanos , y al presen-
tarse en la escena , fue saludada con un aplau-
so general , á cuya afectuosa demostracion
manifestó , en estremo conmovida , su gratitud
á un público tan benévolo como justo . Su voz
nos ha parecido como siempre angelical ; y
creemos que durante su ausencia de este tea-
tro se ha perfeccionado en la parte mímica .
Tenemos entendido que las señoras Mo-
rales y Villó egecutarán la Norma en dos de
estas prócsimas noches , representando alter-
nativamente los papeles de Norma y Adalgisa .
Lo esperamos con ansia é informaremos á
nuestros suscritores del resultado de una fun-
cion , en que estas dos célebres cantantes se es-
merarán en complacer à un público de quien
tantas demostraciones de aprecio tienen reci-
bidas .
Errata de erratas .
En el número 26 del Guadalhorce pagina
218 columna 2.ª linea . 31 donde dice firmiun , lea-
se firmium ; y en la línea 33 donde se ha im-
preso diax , léase Oiax . En el número . 27 pagina .
234 , columna . 1.ª línea 24 donde dice ni , lease
mi ; y en la pagina . 225 , columna . 1.ª línea 16 don-
de dice autorida , lease autoridad .
Director y Editor , A. J. Velasco .
Màlaga : Imprenta . del Comercio .
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