CODEMA19-URB-1862
CODEMA19-URB-1862
Resumen | Libro "Tratado de urbanidad", del autor Luis Gómez Pereira, publicado en 1862 en Almería. |
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Archivo | Libro sacado de Google Books |
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Typology | Otros |
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Fecha | 1862 |
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Lugar | Almería |
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Provincia | Almería |
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País | España |
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TRATADO
DE
URBANIDAD
por
Don Luis Gomez Pereira,
Profesor Normal, Vice-Director de la Escuela Normal Superior de
Almería, individuo de la Diputacion Arqueológica de la misma, y
de algunas Reales Sociedades Económicas de España, autor de va-
rias obras científicas y literarias etcetera.
ALMERIA. = 1862.
IMPRENTA DE DON MARIANO ALVAREZ ROBLES,
Calle de las Tiendas número 19.
Al Señor Don Pedro Lledó.
La amistad que nos une justifica algun tanto esta
dedicatoria. Acéptela Vsted pues, convencido del apre-
cio y consideracion que le profesa su afectísimo se-
guro servidor y amigo.
Que Besa Su Mano
Luis Gomez Pereira
Esta obra es propiedad de su autor. URBANIDAD. [subtítulo: De la Urbanidad en general.]
PREGUNTA. Qué es Urbanidad?
RESPUESTA. El arte de arreglar nuestras palabras y ac-
ciones, acomodándolas al tiempo, objeto, sitio y
estado de las personas con quienes tratamos.
P. Cual es el objeto de la Urbanidad?
R. El ejercitar el talento, y el disimulo de las faltas
propias con modales finos y con benevolencia.
P. Desde cuando debe ejercitar el hombre la benevo-
lencia?
R. Desde que entra en el mundo, pues para gran-
gearse el afecto ageno es preciso dar el propio.
P. Porqué medio se consigue el afecto ageno?
R. Despues del ejercicio de las virtudes morales y so-
ciales, por la estimacion de sí mismo, pero sin áni-
mo de sobreponerse á los demás, y hablando y
obrando de manera que satisfaga á todos sin reba-
jarse él lo más mínimo.
P. Bajo cuantas fases puede considerarse la Urbanidad?
R. Bajo tres, á saber: Religiosa, Moral, y Social. [subtítulo: CAPITULO PRIMERO.
Urbanidad religiosa.]
P. Qué es Urbanidad religiosa?
R. La que nos enseña á cumplir los deberes que tene-
mos para con Dios, su religion, templos y mi-
nistros.
P. Qué deberes nos marca la Urbanidad con respecto á
Dios?
R. Los de respeto, veneracion y agradecimiento tanto
en palabras como en acciones.
P. Qué deberes nos impone la urbanidad por lo que
toca á la religion?
R. El exacto cumplimiento de sus preceptos, la asisten
cia asidua á los actos que nos establece con mo-
destia circunspeccion y recogimiento.
P. Qué deberemos hacer cuando se vaya al templo?
R. Entrar en él con la cabeza descubierta, tomar de
la pila agua bendita formando con los dedos anular
é índice la cruz, y antes de signarnos si vamos acom-
pañados de alguna persona de respecto, le alarga-
remos la mano para que la tome de ella.
P. Despues de tomar agua bendita que se hará?
R. Dirijirse al punto que se elija con paso moderado,
la vista indicando modestia y permaneciendo en él
de rodillas, sentado ó en pié, segun lo exijan los
actos que se celebren. Si tenemos que variar de
puesto, al pasar por el altar en que está reservado
el Santísimo Sacramento ó en que se celebre misa se
hará una genuflecsion con la rodilla, ó con las dos
si está patente.
P. Cómo deberemos salir del templo?
R. Una vez ya concluidos los actos religiosos, de la
misma manera que hemos entrado.
P. Qué trage debe llevarse al templo?
R. El más modesto, decente y limpio que haya.
P. Cómo debemos portarnos en los actos religiosos fue-
ra del templo?
R. De la misma manera que dentro de él. Si estando
en la calle ó en casa pasase el Santo Viático nos des-
cubriremos y arrodillaremos permaneciendo así has-
ta que se haya retirado. Si fuésemos á caballo ó en
coche deberemos apearnos, ofreciendo el último al
sacerdote, y acompañándole á pié hasta que vuelva
al templo.
P. Qué nos prescribe la urbanidad con respecto á los
ministros de la religion?
R. Que los respetemos y consideremos, aprovechando
sus consejos y huyendo la crítica de sus acciones. [subtítulo: CAPITULO II.
De la Urbanidad moral.]
P. Qué es Urbanidad moral?
R. La que nos indica las virtudes que hemos de prac-
ticar, y los vicios de que hemos de huir.
P. De qué virtudes debe estar adornado el hombre so-
cialmente?
R. De todas, pero en especial la justicia y la bene-
volencia.
P. Qué es justicia y qué benevolencia?
R. Justicia es la disposicion á portarnos con los de-
mas como quisiéramos que lo hiciesen con nosotros.
Por benevolencia se entiende el afecto que debemos
á nuestros semejantes.
P. Qué vicios deben evitarse en sociedad?
R. Todos generalmente, por que no merece el nombre
de bien educada una persona que no se asoc-
tumbre á refrenar sus impulsos voluntativos. [subtítulo: CAPITULO III.
Urbanidad social.]
P. Qué es Urbanidad social?
R. La que nos marca el exacto cumplimiento de los
deberes que todo hombre de educacion tiene que
cumplir en las diversas ocasiones que se les presen-
ten durante su vida como individuo de la sociedad.
P. Qué prendas son las que hacen cortés al hombre?
R. Aquellas que tengan más de natural que de adqui-
rido, siendo las principales el buen uso de la pala-
bra, la expresion de los ojos, la modestia en el jes-
to, el movimiento conveniente de la accion, el de-
coro en la aptitud del cuerpo, y la atencion á lo
que nos rodea.
P. Son comunes á todos los paises las reglas de ur-
banidad?
R. Las tocantes á la parte religiosa y moral si señor;
pero las que atañen á la social varian con arreglo á
la costumbre de los pueblos. [subtítulo: CAPITULO IV.
De la Conversacion.]
P. Qué nos impone la urbanidad en el uso de la pa-
labra?
R. El acomodarnos al sexo, edad y demas circunstan-
cias de los oyentes, hablar bien y sin murmurar,
huir de las narraciones demasiado largas, evitando
el uso de las palabras bajas y de mal sentido, y no
escojiendo la sátira, la ironia ni la bufonada.
P. Cómo se debe usar de la chanza?
R. Con moderacion y oportunidad pues de lo contra-
rio hiere, y ante personas corteses y de talento
pues los ignorantes ó mal educados son propensos á
incomodarse por atribuirla á sí mismos. Los niños
no deben emplearla, pues indica falta de respeto, y
á veces insolencia y descaro.
P. Qué condiciones debe tener la voz para ser agra-
dable?
R. Las de exactitud y pureza en la articulacion, flexi-
bilidad y grato sonido en las modulaciones con ar-
reglo á la expresion.
P. Cómo debe dirijir la vista el que habla?
R. Rectamente hácia la persona á quien se dirije sin
andar divagando ni recorriéndola por los objetos del
aposento. Cuando haya varios individuos se dirijirá
al más digno, y cuando sean dos ó más indistinta-
mente ya á uno ya á otro.
P. Qué debemos hacer cuando nos hablen?
R. Prestar una atencion constante, no interrumpir con
fruslerias ridículas, manifestando al mismo tiempo
nuestra opinion con comedimiento en el caso que se
nos pregunte ó el asunto lo exija. Si lo que nos re-
fieren es algun hecho debemos manifestar ignoran-
cia de él aun cuando lo sepamos, no correjirle aun-
que se separe de la verdad, sino esperar á que con-
cluya y entonces rectificaremos las inesactitudes en
que haya incurrido.
P. Es lícito hablar en secreto?
R. No señor.
P. A qué distancia deben colocarse las personas que
hablan?
R. Ni muy lejos para oir bien, ni muy cerca para evitar
que dé nuestro aliento en el rostro de otro, procu-
rando que al hablar ó escupir no salte la saliva á
los demás.
P. Cuando nos alaben qué deberemos decir?
R. Usted me favorece, doy á Vsted las más espresivas
gracias por su atencion, ú otras frases semejantes.
P. Cuando tengamos que alabar á alguno cómo lo ha-
remos?
R. Sin adulacion ni bajeza, procurando que la ala-
banza sea justa, oportuna y proporcionada. [subtítulo: CAPITULO V.
De las Visitas y Tertulias.]
P. Cual es el objeto de las visitas?
R. El establecer entre los hombres relaciones más ín-
timas que las que se producen los negocios ó el in-
terés.
P. Cuantas clases hay de visitas?
R. Cuatro; de etiqueta, confianza, de enfermos y de
duelo.
P. Cómo deben hacerse las visitas de etiqueta?
R. En horas cómodas y acostumbradas en el pais, pro-
curando que sean cortas para no hacerse molesto.
P. Qué debe hacerse al llegar á una casa que se visi-
ta y despues de entrados en ella?
R. Llamar con moderacion y hacer que pasen recado.
Cuando se llegue á donde estén los dueños de la
casa pediremos permiso para entrar, nos descubri-
mos dejando el sombrero y baston ó paraguas en la
antesala ó llevándolos en la mano si no la hubiere,
saludaremos respetuosamente ó con cierta cordiali-
dad segun que sean superiores ó que su caràcter nos
invite á ello. Si fueren amigos el saludo será fran-
co, pero siempre comedido, oportuno y corto. Ha-
biendo señoras deben ser las preferidas en el sa-
ludo, y una vez cumplida esta mision con los due-
ños de la casa debe saludarse á todos en general, y
en particular á algun conocido si lo hubiere.
P. Qué debemos hacer despues de saludar?
R. Sentarnos cuando nos lo insinuen los dueños y en
el puesto inferior, á no ser que nos obliguen á pa-
sar á otro. Una vez ya sentados no se tomará parte
en la conversacion que haya como no se nos pre-
gunte. Despues manifestaremos el objeto de la visi-
ta con la brevedad posible. Una vez concluido este,
y terminada la conversacion pendiente, nos pondre-
mos en pié, ofreciéndonos al dueño de la casa, y
despidiéndonos de los demas.
P. Las visitas de confianza cuando y cómo deben ha-
cerse?
R. Siempre en la época y con las circunstancias de las
anteriores, pero usando de alguna más libertad y
franqueza.
P. Deben hacerse en persona ó por tarjeta?
R. De ambos modos, aunque en las de etiqueta está
menos admitido. La tarjeta puede servirnos tam-
bien para dejarla cuando no encontremos al dueño
de la casa.
P. Qué prescribe la urbanidad al que recibe una vi-
sita?
R. Salir á recibirla hasta el sitio en que la encuentre;
obligarla á que entre la primera en la sala, y que
se coloque en el mejor puesto, tomarla el sombrero,
rogarla que lo coloque en lugar conveniente, cor-
responder á su saludo con amabilidad, entretener
el tiempo con conversaciones agradables, y al des-
pedirse invitarla á que no lo haga tan pronto, acom-
pañándola, en caso contrario, de la misma manera
que cuando entró, y ofreciéndola la casa si es por
primera vez.
P. Cómo deben hacerse las visitas de enfermos y due-
los?
R. Ligeras, usando frases cariñosas y de esperanza pa-
ra los primeros, y de conformidad en los segundos.
P. Qué acciones deben evitarse en las visitas?
R. Las ridículas y groseras, como recostarse en la si-
lla, estender ó cruzar los piés, apoyarse sobre los
codos ó las manos, frotarse estas, rascarse, boste-
zar etcetera, ó manifestar con la accion lo que quere-
mos decir con las palabras.
P. Qué traje debe usarse en las visitas?
R. De ceremonia en las de etiqueta, el que prescriba
el uso en las de confianza, decente en las de en-
fermos y modesto en las de duelos.
P. Qué nos impone la urbanidad con respecto á las
tertulias?
R. Lo mismo que para las visitas, con la diferencia
que deben ser más animadas y festivas. Si alguno
posee alguna habilidad y le ruegan que la ejecute no
debe aguardar á que se lo digan muchas veces.
P. Qué deben hacer el dueño de la casa en las tertu
lias?
R. Procurar que todos se diviertan, estimulando la
reunion por los medios que le sean posibles. [subtítulo: CAPITULO VI.
Del modo de portarse en la mesa.]
P. Qué debemos hacer cuando nos conviden?
R. Reusarlo con política, pero si insisten aceptar con
agradecimiento.
P. Cómo deberemos portarnos en la mesa?
R. No siendo los primeros en hacer algo hasta que
empiecen las personas superiores. Sentados y desdo-
blada la servilleta, el pan lo colocaremos á la íz-
quierda, el cubierto y cuchillo á la derecha, dejan-
do este siempre sobre el plato. La postura del cuerpo
debe ser recta y de manera que no se nos caigan
al comer las viandas en el mantel, ropa, suelo ó
plato, teniendo los codos sin apoyarlos en la mesa.
Los manjares no secos se tomarán con la cuchara ó
tenedor segun sean líquidos ó sólidos sin olerlos,
chupar los huesos ó espinas y cortezas colocando es-
tos en un lado del plato que no fregaremos con el pan
por ningun concepto. El pan debe partirse á medida
que se necesite y á trozos pequeños, no llenando de-
masiado los basos á fin de que no se derrama el
agua ó vino. Al beber procuraremos que la boca esté
vacia, y limpiarnos antes y despues con la servi-
lleta, lo mismo que los dedos cuando se ensucien.
P. Qué debemos evitar en la comida?
R. Todo lo que dé á entender guía ó preferencia de unos
manjares por otros; hacer ruido con la boca, lengua
ó labios; coger los bocados demasiado grandes ó sin
concluir los anteriores; empezar conversaciones tris-
tes ó nauseabundas; promover disputas; hacer el
gracioso, y toda clase de acciones descorteses. Tam-
bien comeremos de modo que concluyamos cuando
los demas.
P. A quien corresponden los honores de la comida?
R. A los dueños de la casa que servirán los platos,
prefiriendo á las señoras ó personas de distincion,
trincharán las viandas á no ser que rueguen á al-
guno que lo haga.
P. Cómo cumpliremos este cargo si se nos hiciere?
R. Colocados en el sitio oportuno para servir con co-
modidad, y vistas las clases de platos haremos estos
de manera que no pequen por esceso ni por defecto,
dejando el cucharon, trinchante y cuchillo sobre la
fuente. Las carnes se cortan en ruedas al través ó
hilo segun su clase, y las aves se trinchan levan-
tando alon, anca y pechuga sucesivamente; hechos
pedazos se rompe el caparazon, colocando los trozos
en un plato para que cada cual se sirva segun su
gusto. [subtítulo: CAPITULO VII.
De los paseos.]
P. Cómo deberemos pasearnos?
R. Con paso regular y modesto, el cuerpo en posicion
natural, sin arrastrar los piés, cediendo la derecha
ó acera á las personas superiores y señoras, y el
el medio si los paseantes fueren más de dos, procu-
rando en las vueltas cambiar sucesivamente y con
órden de sitio siendo todos iguales.
P. Si fuésemos llamados por alguno en paseo qué de-
beremos hacer?
R. Pedir permiso al que nos acompañe, que se retira-
rá un poco á no ser que se le inste en contrario, y
ser breve en la conversacion.
P. Cuando nos encontremos algun conocido ó amigo
qué haremos?
R. Si es superior ó sacerdote anticiparnos á descubrir-
nos y saludarles, y en general hacerlo con arreglo al
grado de respeto ó amistad que medie entre ambos.
P. Qué debe evitarse en paseo?
R. Toda accion indecorosa ó mal vista, como admi-
rarse, señalar con el dedo, hablar fuerte, ir distrai-
do etcetera. [subtítulo: CAPITULO VIII.
Del aseo y limpieza.]
P. Es importante la limpieza?
R. Si señor, por que hace formar buen concepto del
hombre que la practica.
P. Cómo debe emplearse la limpieza?
R. Nunca con exceso pues indica en este caso afemina-
cion.
P. A donde es estensiva la limpieza?
R. Al cuerpo, vestidos, libros, papeles y muebles que
procuraremos conservar sin romperlos ni mancharlos.
P. Cómo se atiende á la limpieza de nuestro cuerpo y
vestidos?
R. Lavando aquel diariamente al levantarse, y lim-
piando estos en la misma forma y cuando se salga
y venga de la calle.
FIN.
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