CODEMA19-LAPAVERA-1892-2
CODEMA19-LAPAVERA-1892-2
Resumen | Número 6 del periódico festivo "La Pavera", año I, 14 de abril de 1892, Manila |
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Archivo | Biblioteca Virtual de Prensa Histórica |
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Typology | Otros |
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Fecha | 14/04/1892 |
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Lugar | Manila, Filipinas |
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LA PAVERA.
Periódico festivo
TELÉFONO NÚMERO 348
Año I. Manila, 14 Abril de 1892. Número 6.
[margen superior: imagen] LA LEYENDA DEL PITIRROJO
SUMARIO
Texto - «Causeries» (De Semana
Santa), por Periquito. A mi
madre en Viernes Santo, por
Nuñez de Arce. – Historia de
una barba (novela corta, por Ar-
pad Berczik. – Meditación, por
Baltasar de Alcazar. – Nues-
tra revista, por Ernestina Bies.
– A Judas, por J. Nicasio Ga-
llego. – Pensamientos. – Conoci-
mientos útiles. – Anuncios.
Grabados. La leyenda del pitir-
rojo, composición alegórica, ar-
reglada de M. Giacomelli, por V.
Rivera y Mir. – La Semana
Santa, por Tenteng. – Visitando
estaciones, por Villar. – Anun-
cios ilustrados: El Judio Errante,
por Ignacio.
«CAUCERIES.»
(De Semana Santa)
La tierra cristiana guarda profundo respeto al recuerdo del drama
que hace cerca de dos mil años se desenvolvió en la cúspide del
Calvario, y por eso no es de extrañar que las campanas hayan cesado
durante estas horas de alegrar el alma del católico, las músicas
hayan recogido sus placenteras armonías, y profundos gemidos se
escapen de los pechos piadosos.
Gran consolacion dá al creyente el visitar hoy los templos donde
desde la más aristocratica dama hasta la mujer de más humilde
cuna va como penitente á postrarse á los pies del Salvador, a
implorar misericordia, al igual de la doncella de Magdálo que en
otros tiempos ungiera con olorosísimo bálsamo las plantas de Jesús.
Y si al visitar este día al Redentor preso y maltratado por nues-
tro amor, lucen nuestras bellas sus más preciadas galas, sus más
ricas preseas, es, indudablemente, para honrar al visitado, para de-
mostrarle la consideracion en que le tenemos,... y es día este en
que no hay persona que no acuda á la casa del Señor á dar pruebas
de su afecto cristiano.
Por eso, las procesiones que de nuestras iglesias salen se ven
tan concurridas, y la devocion hace que las imágenes estén
lujosamente vestidas, y, sembrado el traje de pedrería, le lleven
bordado en oro, con labor afiligranada.
Y por eso tambien, hoy la caridad distribuye sus dones con pro-
fusion entre la gente menesterosa, y los enemigos se perdonan, y los
deudores y acreedores transigen, y abandona el magistrado su
baston, y el grande se confunde y baja la cabeza para ver a
su altura al pequeño, y las diversiones cesan en absoluto, y
los coches interrumpen su ordinario servicio y... todo debe de
hacernos recordar y nos recuerda el sacrificio del Gólgota.
Si nuestros sentimientos religiosos no nos inspiraran hoy, las
ideas de piedad que dentro de nuestro ser sentimos, la quietud
que este pueblo cristiano demuestra en estos días, en que al par
que la bulliciosa alegría desaparece la vida social, y la vida activa
y agitada de la presente generacion se suspende para dejar en-
trada, siquiera momentáneamente, al reposo del espíritu abstraído
en la contemplacion de los santos misterios de nuestra redencion,
todas estas concausas nos impulsarian á abatir la frente ante la
grandeza y misericordia del Señor, á castigar nuestro pensamiento
mundano, del mismo modo como le maceraban los antiguos cenobitas
para, confundidos y humillados, repetir con el Poeta:
«Mas ¡ay! que eres tú solo
La víctima de paz que el hombre espera;
Si del Oriente al escondido polo
Un mar de sangre criminal corriera,
Ante Dios irritado
No expiacion, fuera pena del pecado.»
Periquito.
A MI MADRE EN VIERNES SANTO
¿Por qué cuando la tierra suspende
su alegría
y llora contristada la muerte del Señor
mi corazon recuerda tu nombre ¡oh
madre mia!
con religioso amor?
Recuerdo que en mis horas de amargo
desaliento
consuela mis dolores y calma mi in-
quietud;
recuerdo, que es acaso mi solo sentimiento
y mi única virtud.
¿Será porque en los años risueños y
floridos
de aquella edad que llega de la ino-
cencia en pos,
tu me enseñaste ¡oh madre! á pro-
nunciar unidos
tu nombre y el de Dios?
No sé... pero los santos misterios
de este día
animan la memoria de goces que perdí
No sé... pero agitado mi corazon ansía
volar, volar á tí.
Porque nació en tus brazos la fé que
así me inspira,
y son en este valle de lástima y dolor,
tu afecto y mi creencia dos cuerdas de
una lira,
dos hojas de una flor.
Nuñez de Arce.
HISTORIA DE UNA BARBA
(NOVELA CORTA)
Continuación.
Florencia 20 abril.
Durante nuestra permanencia en Venecia, no le he hablado más de la barba.
He querido observar qué es lo que haría. Esperaba que se arrepentiría de
su terquedad y que los remordimientos le llevarían á casa de barbero...
Pero, he esperado en vano.
León no ha sentido ningun remordimiento; su barba crece con un vigor
espantoso: sus mejillas se erizan de pelos, cada día más... Ya no hay
qué dudar: León rehúsa obedecerme, y parece que hace alarde de ello y que
protesta contra mi poder, dejándose la barba!...
EL JUDIO ERRANTE.
(Sus últimas memorias íntimas)
¡Anda, anda, maldito de Dios!
¡Qué frase más terrible! Hace 1892 años que
me empuja á caminar y á caminar sin descanso.
Y el sol me sorprende con el báculo en la
mano y con las alpargatas puestas... ¡menos
mal si tuviera un par de zapatos de los que
á medida hace el BAZAR DEL CISNE!
Y la luna y las estrellas me van empujando
á lo desconocido, al rincón más escondido de
los orbes... ¡y no me dejan tiempo para com-
prar unos magníficos embutidos que vende La
Extremeña, pasaje de Perez, al lado del Casino!
Las brisas cálidas del Sahara han tostado mi
tez y no he encontrado ante mi paso una copa
de sorbete tan delicado como el de Las Delicias!
Y tengo hambre y sed y mi condena fatal,
eterna, no me deja ocasion para regalarme con
un cubierto de los que el Restaurant de Pa-
rís sirve tan bien! ¡Ni siquiera para tomar una
copa de COGÑAC BISQUIT DUBOUCHE, únicos
agentes en Manila, J. M. Tuason y C.a, Goiti
11, con una gaseosa de las que el Rosario fa-
brica!
Ay! si al menos pudiera hacer algunas jor-
nadas á pie, otras á caballo enjaezado por el
ARNÉS, y la mayor parte en carruajes de los
que tan fuertemente construyen PADERN Y FONT!
¡Pero ni ese consuelo me queda!
Y mi alma está triste como el terebinto de
Judea y mi corazón reventando de pena como
el tamarindo del Sampalucan!
Los cielos no se apiadan de mi desventura y
me veo obligado á no poder fumar de los es-
quisitos puros de la COMPAÑÍA GENERAL DE
TABACOS DE FILIPINAS.
Porque el fatal ¡anda, anda! ha caído sobre
mi cabeza y no se separa de ella... ¡cómo si
estuviera pegado con la goma líquida que des-
pacha el BAZAR FILIPINO!
Y las horas pasan, y los días corren para
mi sin medida, porque me robaron en el es-
trecho de los Dardanelos un magnífico reloj
Roskoff, que compré por poco dinero en LA
ESTRELLA DEL NORTE!
Y el ábrego destemplado vá quitando la suavidad
de mi rizosa cabellera... porque no he podido adqui-
rir un excelente sombrero de casa de CÓRDOBA!
Si en un momento de obsesion, de dureza de
sentimientos pude retirar de mi corazón la piedad
del justo, sufro el castigo y no me quejo; solo
pido indulgencia para poder detenerme á cenar
en el CAFÉ UNIVERSAL (antiguo Recreo), comprar
unos víveres del MINDANAO, unos cigarrillos de
la TABAQUERIA DE PEREZ, Escolta 31, arrancarme
unas muelas en casa de ARÉVALO, el de la plaza de
Goiti, para después poderme comer tres ó cua-
tro libras de los riquísimos dulces de la CONFITE-
RIA ESPAÑOLA.
Y si mi delito es tan grande que no me per-
mita retratarme en la ANTIGUA FOTOGRAFIA DE
VAN-CAMP, concédeme ¡oh, cielo! el tiempo ne-
cesario de descanso para hacerme un chaquete
de esos que tan á punto corta la tijera de FONT,
SUCESOR DE GIBERT Y FONT!
Pero ¡ay! mis dias fueron malditos y las som-
bras tenebrosas de la noche me envuelven de nuevo
en mi camino, sin poder guiarme con la deslum-
bradora luz que dán los hermosos quinqués que
vende LA PUERTA DEL SOL!
Y la fuerza impulsiva que hace diez y nueve
siglos me empuja, no me permite escoger de casa
de TORRECILLA Y C.a unas corbatas de última
moda, que han recibido!
Y no me deja ni fijarme en las preciosas alhajas
de ULLMANN HERMANOS, en las grandes existen-
cias del BAZAR VELASCO, ni en los muchos premios
Oh, Mina, querida amiga! Cuánta razon tenías cuando me aconsejaba
que no me fiara de Leon, pues no le creías hombre capaz de humillarse
ante su mujer.
Su actitud sencilla y serena, parece ocultar gran fuerza de voluntad,
y Mina me aconsejó bien diciéndome que le doblegara en los primeros dias
de noviazgo, pues entonces la cosa era fácil.... y estuvimos mucho tiempo
buscando una ocasión propicia.
Mina empezó á domar á su marido, quitándole el vicio de mover las
piernas al compás de un movimiento nervioso. Mina le suplicó que dejara
tan mala costumbre con el pretexto de que la atacaba los nervios. Como
este movimiento ya constituía en él una segunda naturaleza, muy á me-
nudo se olvidaba y su pié volvia á su eje cicio favorito; pero Mina solo
tenía que lanzarle una mirada significativa, y el pié se detenía en seco.
He aquí como Mina logró que su marido adivinara sus deseos con una sola
mirada, y que se habituara á hacer lo que ella queria.
– Pero, Leon, no mueve los piés! – le dije yo... Ella me respondió inme-
diatamente:
– Si no mueve los piés, fumará, y ahí tienes una mala costumbre que
es preciso quitársela... Pero, Victorina, ahora que caigo... si le hicieras
afeitar la barba!
Me quede estupefacta. Qué idea se le ocurrió!.. La barba de Leon es
una obra maestra de suavidad, de belleza.. jamas le ha tocado la na-
vaja!... yo le quiero más con barba que sin ella.
– No me aconsejes esto! – la dije indignada.
– Es que renuncias á dominarle?
– Qué me importa esto, sí yo no aspiro á reinar?
Pero Mina no se dió por satisfecha con esta contestacion. Entonces me
dijo que si la mujer aspira á gobernar á su marido, no es con la idea
de tener dominio sobre el, sino para asegurar la felicidad conyugal. Ella
quiere que su marido no se deje influir por sus amigos y que con-
cluya con los placeres frívolos que destruyen la influencia bienhechora de
la mujer.
-Este sacrificio -prosiguió Mina- te pondrá de manifiesto los grados de
amor de tu prometido.
Tantas fueron sus reflexiones, que, al fin, cedí.
Rogué, supliqué á Leon con voz persuasiva que se afeitara, pues su barba
no me gustaba, y al fin condescendió en ello, haciendo gran sacrificio.
Mina me decía en el instante en que nos embarcamos en el tren para
hacer nuestro viaje de novios:
-¡Cuidado, que Leon vuelve á dejarse la barba!
¡Como presentía lo que habia de suceder!
(Continuará)
ARPAD BERCZIK.
MEDITACION
Mi alma, que es el talento
que de ti, Dios, alcancé,
conozco que la empeñé
y empeñéla en un contento,
que fácilmente gasté.
Y tú, mi Dios, eres tal,
que de tu propio caudal
la desempeñas, Señor,
con que yo ponga el dolor
de haberla empeñado mal.
Si el cargo que me haceis,
que tan apurado viene,
contador justo no tiene
cuando entregado me habeis,
Y en el gasto desigual
no me deja descargado
el pesar de haber gastado
vuestra hacienda tan mal,
Venga la pena que iguala
las cuentas, venga el rigor,
castigar podreis, Señor,
al que os dá cuenta tan mala.
Mas la Fé me representa,
que aunque es corto mi descargo,
sois tan liberal y largo,
que... habreis de romper la cuenta.
BALTASAR DE ALCAZAR.
NUESTRA REVISTA.
A pesar de haberse propuesto los Señores Condes de Caspe, ante
la noticia de una desgracia de familia, evitar el 5 del actual la
manifestacion que, con motivo de ser el santo de la Señora Doña
Vicenta Vazquez Queipo de Despujol, tenia preparada buen nú-
mero de jóvenes de esta Capital y provincias limítrofes, no obs-
tante, no pudo sustraerse del todo la distinguida esposa de nues-
tra Superior Autoridad á la natural demostracion de cariño y res-
peto que le ofrecieron sin número de señoras y señoritas de nues-
tra buena sociedad y las representantes de las jóvenes de los arra-
bales y de algunos pueblos cercanos, quienes ofrecieron sencillos
y delicados recuerdos á la noble dama cuyo onomástico festejaban.
La distincion y afabilidad proverbiales en la Señora de Despujol,
así como el franco y afectuoso trato del Señor Conde de Caspe, hi-
cieron agradables y brevisimos los momentos que en el Palacio
de Malacañang estuvieron las muchas personas que allí vimos con-
gregadas.
¡Lástima grande que en la fecha citada no hubieran transcurrido
los nueve dias que es de rigor se guarde ante una noticia del
carácter de la que aflige á los Señores de Despujol! Porque los pre-
parativos hechos por el pueblo hubieran podido exhibirse y ha-
brian resultado propios y adecuados á los magníficos festejos que
por el cumpleaños de S. E. se verificaron el mes pasado: la popu-
laridad de los Señores Condes de Caspe es tal, que de todas partes
acuden hasta Malacañang individuos que por sus condiciones so-
ciales no soñaron con la idea de poder llegar hasta la primera
Autoridad del Archipiélago.
Bien es verdad que salva el natural temor del que entra por
primera vez en la respetable morada del Excelentísimo Señor Goberna-
dor General la atencion y amabilidad de nuestro ilustrado go-
bernante.
Y esta época indudablemente será de recuerdo memorable
para la sociedad filipina, pues que la coloca en condiciones de
disfrutar en todos los órdenes y clases de una vida social, cuyo
centro, cuyo eje, debe de ser el prestigio de España sostenido por el
tacto y esquisita cortesía demostrados por los Señores Condes de Caspe.
Los últimos efluvios de las modas europeas son la costumbre
implantada del lujo que ostentan en las alhajas las jóvenes sol-
teras, hasta el extremo de ser corriente que, contra lo acostum-
brado hasta ahora, en París lleven más costosas preseas las seño-
ritas que las señoras.
Amplia y abierta la ley de la Moda en este ramo, las sortijas
se usan á voluntad, y desde la llamada de hombre hasta la de
más valor por las numerosas piedras que lleva, todas resultan
hoy apropiadas para el adorno de jóvenes casaderas.
Hay una verdadera avalancha en el tocado de toda señorita
elegante en el uso de alfileres diversos, y á los de concha em-
butida de brillantes ó de piedras de color para adorno del pei-
(1892.)
SEMANA SANTA [margen inferior: imagen]
nado, hacen competencia los de diamantes montados sobre oro para
los sombreros, los de variadas formas y riqueza empleados para
sujetar una banda, ó un fichú, ó para fijar un pliegue en el
corpiño del vestido, y sobre todos los de perlas, gruesas de tamaño,
en forma de pera, muy en boga para adornar costosos sombreros.
Como novedad y grande, esas alhajas de tal modo se han intro-
ducido en nuestro tocado, que se hace indispensable en la toilette
de toda dama distinguida.
Para estar en consonancia con nuestros gustos y dar motivo á
nuestro sexo contrario para que con alguna razon pueda decir
que no pensamos más que «en moños y cintas», ha empezado á
hacer fortuna la moda de emplear en las confecciones cintas an-
chas y estrechas: se usa y se prodiga en los vestidos y en los
sombreros formando rosetas, lazos, escarapelas, tirantes, etcétera.
Váyase esto por la extravagante moda, impuesta por no menos
extravagantes jóvenes, de ostentar en la levita un clavel... verde,
cuyo color se consigue á fuerza de riegos especiales que dan á
la bonita flor el desagradable aspecto del verdín.
Pasada esta semana de oracion, en la que las costumbres piadosas
aconsejan el flagelamiento del espíritu, ya que no hay muchas
veces suficiente valor para flagelar la carne (con lo que quedarían,
en la mayor parte de las ocasiones, flagelados el mundo y el
demonio), se dice que serán un hecho las bodas de varias be-
llísimas señoritas con galantes caballeros que rendidos por las
ardides del amoroso niño se ofrecen á Himeneo...
¡Dios haga que en el altar de aquel se conserve la antorcha
de la dicha siempre luciente para los futuros contrayentes!
Ocupa hoy lugar preeminente en los trajes las chaquetillas de
azabache bordado sobre terciopelo, las que tienen la inmensa ven-
taja de adaptarse á todos los vestidos, presentando variado aspecto
á cada confeccion á que se unen.
Estas chaquetillas carecen de mangas, y abiertas por delante, á
veces lo están tambien por la espalda, se sujetan cerca del
cuello por un alfiler.
Pueden tambien confeccionarse con terciopelo bordado y suelen
dar estas prendas un sello de agradable esbeltez á nuestros ceñi-
dos cuerpos de vestido que tan largos se estilan hoy.
Los Señores Condes de Caspe, Marqueses de Palmerola y Marqués
de Ahumada, presenciaron la devota y lucida procesion que salió
del templo de Santa Cruz en la tarde del domingo, desde los bal-
cones de la casa del acaudalado vecino de dicho arrabal Señor Paterno.
Despues fueron obsequiados los nobles visitantes con una es-
pléndida cena que en su honor tenían preparada los dueños de
la casa.
Susúrrase que el domingo se dará en la espaciosa morada de un
acomodado vecino de Santa Cruz un gran baile.
De resultar comprobada la noticia, nuestras elegantes verán en
esa reunion un pretexto para lucir confecciones las que, las más no-
tables, detallaremos.
Telegraficamente se ha recibido la noticia del fallecimiento de
la hermana del Señor Marques de Ahumada y por tan sensible per-
dida hacémosle presente el testimonio de nuestra pena.
De París dice mi colega V de Castelfido, cuya competencia es
por todos reconocida:
«El vestido Princesa sigue mereciendo el favor de las elegantes:
Aunque sencilla de aspecto, esta forma se generaliza difícilmente,
y su aristocracia procede precisamente de una correccion, de una
perfeccion que sólo las principales casas de costura pueden reali-
zar. Para que un vestido Princesa vaya bien, es preciso un corte
irreprochable y una ejecucion esmeradísima.»
«En la apariencia parece que es una simple funda hendida por
delante, desde la cintura, y cerrada á lo largo del lado izquierdo.
Pero tiene este vestido una gracia y una distincion que constituyen
todo su encanto. El vestido, color pan de especia, vá adornado
con un bordado fino de azabache, cuyo bordado es muy claro y
va hecho de tubitos muy ligeros y brillantes. Por delante cae uno
de esos petos que están tan de moda, y que viene á ser un al-
zacuello formado de un volante de encaje y montado con bastante
vuelo á cada lado. El bordado se repite en la manga y en la
espalda.»
Ernestina Bies.
A JUDAS.
Cuando el horror de su traicion impia
del falso apostol fascino la mente,
y del árbol fatídico pendiente,
con rudas contorsiones se mecía;
Complacido de su misera agonia,
mirábale el demonio frente á frente,
hasta que ya, del término impaciente,
de entrambos pies con ímpetu le asia.
Mas cuando vió cesar del descompuesto
rostro la convulsion trémula y fiera,
señal segura de su fin funesto,
Con infernal sonrisa placentera
sus labios puso en el horrible gesto,
y el beso le volvió que á Cristo diera.
J. Nicasio Gallego.
PENSAMIENTOS.
Para Jesucristo no hay distincion
entre el Señor y el esclavo, entre el
hombre y la mujer. No somos los hijos
de la esclava, sino de la mujer libre.
-San Pablo á los Gálatas.
Los escitas sacaban los ojos á sus
esclavos para que no se distrajeran
mientras hacían la manteca.
Hay personas que sacan los ojos á
los ruiseñores, para que canten mejor.
Casi dan tentaciones de creer que un
pensamiento análogo preside á la
educacion que se dá á las mujeres.
Daniel Stern.
Parece que la Naturaleza ha colo-
cado á la mujer entre los hombres,
para fortalecer las extremidades de
la cadena social, la infancia y la ve-
jez. -Bernardino de Saint Pierre.
Hacer hijos solo cuesta trabajo y
dolor; pero el grande honor es formar
hombres, y esto lo hacen mejor las
mujeres que nosotros. -J. de Maistre.
Las mujeres juegan con su belleza
su establecimiento de la Calle de Magallanes y
en su elegante sucursal de la Escolta!
Y....... ¿es qué ha llegado el término de mis dias?
Y si no, ¿por qué no puedo seguir escribiendo?
¿Qué causa me lo impide?
¡Es verdad!
Pero…..
«¿Por qué volveis á la memoria mia
tristes recuerdos del placer perdido
á aumentar la ansiedad y la agonía
de este desierto corazon herido?»
Sí, no quisiera recordarlo!
La que formaba mis pocas y momentáneas ale-
grias, la simpática MAQUINA SINGER, que Abad
me vendió en tal dia como hoy el año pasado, se
me quemó hace poco, en un incendio, y la pena....
agobia más mi vida... apenas me deja tiempo para
poder continuar estas mis memorias.
Solo algun consuelo tengo fumando de los piti-
llos de la fabrica de tabacos y cigarrillos Nuestra
Señora de la Paz y Buen Viaje, Asuncion, Bi-
nondo.
¿Y el fuego del cielo caerá sobre mi ca-
beza...? ¿Me ha de privar de la vida ahorra
que he comprendido, por el retrato que me ha
hecho la Fotografia de Pertierra, que toda-
vía podría ser yo feliz si encontrara a mi Sara?
¿Por qué sarcasmo de la suerte hoy viene
á visitarme esta Muerte tantos siglos llamada,
tantos siglos deseada?
¿Morir... cuando empiezo á comprender lo
cómodos que son los muebles que vende la Pre-
visora de Martinez, en San Jacinto, y lo agra-
dable é higiénico que es el suscribirse á La
Pavera y leer sus anuncios? Yo protesto de
tan cruel castigo!
Mas no; desprecio vida, placeres soñados,
venturas, para satisfacer uno de mis
más grandes deseos: que mi entierro corra
á cargo de La Funeraria, Goiti 3, incom-
parable para estos servicios.
Qué Jehová le premie á March su
buen gusto y que los Patriarcas lleven á
su casa todas las prosperidades que para los hijos
de Judá quisiera yo! – Amen.
que han tocado á billetes de lotería vendidos
sin prima por la Tabaqueria Nacional!
Pero ¿no olvidaría toda esta pena si me fuera
dable poder llevar conmigo provision de cigarri-
llos Chorritos de Gamú y de los tabacos Pa-
triarca de las Indias, de la COMPETIDORA
GADITANA?
Ay, si, y mis noches serían menos desconso-
ladoras con los retratos que tan bien hechos he
visto en el muestrario de la Fotografia In-
glesa.
Mas si mi destino es cruzar la vida sin des-
canso, si yo soy el retrato viviente de las
desazones que la humanidad tiene en esta exis-
tencia miserable, cúmplase mi destino!
Y ya que sumiso me conformo con el terrible
castigo que en un dia aciago cayera sobre mi,
sobre Ahasverus para hacer de él el judio
errante, seáme dado en mi viaje llevarme al-
gunos efectos, cuya lista presentó escrita en un
hermoso papel de LA FLOR DE CATALUÑA:
Tabaco sin pero de LA INSULAR, en la Ha-
bana no los fuman tan buenos.
Y como mis digestiones son laboriosas, por la
edad y por el exceso de ejercicio corporal, una
cuarterola sin par vino DE MOMPO, alma-
cen del Luzon.
Y ya que mi rostro surcan profundas arru-
gas, daréme con el maravilloso jabon de la
Fábrica de Jolo, que suaviza la tez y reju-
venece al individuo.
Y para no ir tan mal cuidado en mi ropa
blanca, comisionaré á LAS NOVEDADES me sur-
tan de esa tela que tienen y que apenas la
siente el cuerpo.
Y como con estos calores pudiera cojer unas
viruelas, me llevaré tambien algunas docenas
de latas de miel de California, esquisito postre
que vende LA CASTELLANA y que tan bien sienta
antes de fumar un riquísimo habano de los que
elabora EL PATRIOTA, de la calle de Asuncion,
Binondo.
Y una colección de las obras literarias que
ricamente presentadas tienen RAMIREZ Y C.a en {7r}
como los niños con un cuchillo, y se
hieren.-Victor Hugo.
Es preciso enseñar á las mujeres lo
que más tarde tendrán ellas que en-
señar á sus hijos.-Guizot.
No hay obra noble en que la mujer
no esté mezclada.-Mons. Dupan-
loup.
La mujer paga siempre todos los
desmanes del hombre. -Roque Bar-
cía.
Si el hombre es el rey de la na-
turaleza, no olvide que la mujer es la
reina; que la mujer fué su madre,
y que es ó ha de ser la madre
de sus hijos.-Severo Catalina
La mujer ha nacido para amar;
el amor es su distintivo, el móvil de
sus acciones, el despertador de sus vir-
tudes, el estímulo de sus grandes
hechos.-Doctor Alonso y Rubio
El amor profundo, el amor ver-
dadero, se reconoce muy pronto en
que mata todas las pasiones: orgullo,
ambicion, coquetería, todo se pierde
y todo desaparece ante él.-Michelet.
Para dirigir á un sér, ¿qué se
necesita? Conocerlo. ¿Y para cono-
cerlo? Observarlo. ¿Y para obser-
varlo? Tratarlo. Entre dos personas
de igual inteligencia ¿cuál conocerá
mejor el niño? ¿La que no le vé
más que de paso, ó la que le dio
vida, le vigila, le vela, le enseña
las primeras frases, y cuando aún
no sabe disimular, sorprende los se-
cretos de su carácter y de su cora-
zón?-Legouvé.
El matrimonio es el acto más
trascendental de la vida, y por con-
siguiente el que menos se medita.
-Severo Catalina.
La mujer circunspecta y pudorosa
es una gracia que sobrepuja á todas
las gracias.
-Una mujer casta y pura! Su pre-
cio está por encima de todos los teso-
ros de la tierra.
-La prudencia de la mujer es el
don del mismo Dios.
-Una mujer sensata y silenciosa!
Nada iguala á los tesoros de su pru-
dencia.-Eclesiastés.
Los deberes de la mujer son nada
menos que los fundamentos de toda
la vida humana. ¿No son las muje-
res, en efecto, quienes arruinan ó
sostienen las casas, quienes arreglan
todo el pormenor de las cosas domés-
ticas, y quienes, por consiguiente,
deciden de todo lo que toca más de
cerca á todo el género humano? Por
eso tienen la principal parte en las
buenas ó malas costumbres de casi
todo el mundo.
Una mujer juiciosa, aplicada, llena
de religión, es el alma de toda
una gran casa; todo lo ordena en
ella para los bienes temporales y
para la salvacion.-Fenelon.
Sólo cuando te hemos perdido sabe-
mos lo que vales. Entonces el hom-
bre tiene frío en su hogar porque
tiene frio en su corazon.-Teodoro
Baró.
La humildad es el lugar del
divino amor; por esto la Virgen
fué Madre de Dios.-Jaime Arbós,
Poro.
CONOCIMIENTOS UTILES
Paella valenciana.-Para guisar
una paella bien, se necesita tener
en cuenta muchas cosas, que, aún
cuando parezcan secundarias, son
de un interés primordial.
1.º La paella debe de cocerse
con leña, es decir, con «fuego de
llama» y procurar con gran cui-
dado que no entre humo en la
sartén ni caiga ninguna broza de
la leña.
2.º Jamás debe de añadirse agua
al arroz despues que ha comenzado
á hervir, aún cuando se quede seco
porque si se añade agua se pierde
completamente todo el contenido de
la sartén.
3.º Cuando se conozca que hay
demasiado caldo para el arroz que
está cociendo se aumentará el fue-
go, avivando la llama, á fin de que
el caldo se consuma y quede la paella
en su verdadero punto de coccion.
En este caso, algunos aficionados
á la paella suelen quitar el caldo
con una cuchara ó cacillo hasta
dejar el absolutamente preciso para
la debida coccion.
4.° Si resultase poco caldo en la
sarten, ó que esta no tiene el su-
ficiente, ántes de estar cocido el
arroz, se separa el fuego de de-
bajo de la sartén sin moverla del
hornillo; pero sin que tampoco falte
el fuego en absoluto, á fin de que
el arroz se vaya concluyendo de
cocer á fuego lento.
5.° Conviene que la sartén sea
lo suficientemente ancha y propor-
cionada al número de convidados,
á fin de que la masa ó volumen
de arroz puesto en ella sea lo me-
nos espeso posible para que el fuego
penetre bien todo lo que se haya
de cocer.
6.° Al separar la sartén del fuego
se deja en tierra, en punto en donde
haya arena ó tierra y no piedra
ó baldosas, y se deja reposar de
diez á quince minutos con el fin
de que concluya de consumirse el
caldo que tenga y de que pierda
el mucho calórico que saca del
hornillo.
Hechas estas prevenciones gene-
rales, vamos á decir como debe de
guisarse la paella valenciana.
Después de frito el aceite se echa
en él y se fríe el pollo y las de-
más carnes que hayan de servirse;
cuando estén de un color dorado,
se fríen unos pedacitos de pimiento
y tomate, se mezcla todo, y cuando
va esté bien frito se pone el caldo
necesario para que se cuezan bien
las carnes que hay en la sartén
y se pone el pimenton ó azafrán
en polvo, que se considere necesa-
rio para dar color.
Cuando esté todo bien cocido,
pueden añadirse caracoles, pedacitos
de longaniza y demás adminículos
que se quieran; despues de haber
hervido unos cuantos minutos se
añade el caldo necesario para el
arroz, se pone la sal correspon-
diente, se echa el arroz y se pone
el fuego necesario.
Para conocer si hay bastante agua
en la sartén para cocer el arroz,
no hay más que colocar una cu-
chara de madera clavada por la
pala en el centro de la sartén, y
añadir caldo mientras se sostenga
derecha. Cuando la cuchara no se
sostenga en pié hay demasiado
caldo.
Cocida del modo que queda di-
cho, y despues de reposar en la
forma expresada, se sirve la paella.
PERFUMERIA MODERNA
Cuántas veces, vida mía,
te asomarás al balcon
pidiéndome que te traiga
Amaryllis del Japon!
9- ESCOLTA -9
VAPORES-CORREOS DE LA COMPAÑÍA TRASATLANTICA
DE BARCELONA
(ANTES A. LOPEZ Y C.a)
REPRESENTADA EN ESTE ARCHIPIÉLAGO POR LA COMPAÑÍA GENERAL DE TABACOS
DE FILIPINAS.
LINEA DE FILIPINAS.
Prestan el servicio de dicha línea los vapores siguientes:
Isla de Luzon.-Isla de Panay.-Isla de Minda-
nao.-San Ignacio de Loyola.-Santo Domingo.
Salida de Manila para Barcelona y Liverpool, cada cuatro mártes á
partir del 1.º de abril de 1890, haciendo las escalas de costumbre en Oriente,
y las de Valencia, Cartagena, Cádiz, Lisboa, Vigo, Coruña, y eventual la
de Santander.
De Barcelona salen cada cuatro viernes, a partir del 10 de enero de 1890.
[margen superior: imagen] VISITANDO ESTACIONES
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