CODEMA19-LAPAVERA-1892-2

CODEMA19-LAPAVERA-1892-2

ResumenNúmero 6 del periódico festivo "La Pavera", año I, 14 de abril de 1892, Manila
ArchivoBiblioteca Virtual de Prensa Histórica
TypologyOtros
Fecha14/04/1892
LugarManila, Filipinas

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LA PAVERA. Periódico festivo TELÉFONO NÚMERO 348 Año I. Manila, 14 Abril de 1892. Número 6. [margen superior: imagen] LA LEYENDA DEL PITIRROJO SUMARIO Texto - «Causeries» (De Semana Santa), por Periquito. A mi madre en Viernes Santo, por Nuñez de Arce. Historia de una barba (novela corta, por Ar- pad Berczik. Meditación, por Baltasar de Alcazar. Nues- tra revista, por Ernestina Bies. A Judas, por J. Nicasio Ga- llego. Pensamientos. Conoci- mientos útiles. Anuncios. Grabados. La leyenda del pitir- rojo, composición alegórica, ar- reglada de M. Giacomelli, por V. Rivera y Mir. La Semana Santa, por Tenteng. Visitando estaciones, por Villar. Anun- cios ilustrados: El Judio Errante, por Ignacio. «CAUCERIES.» (De Semana Santa) La tierra cristiana guarda profundo respeto al recuerdo del drama que hace cerca de dos mil años se desenvolvió en la cúspide del Calvario, y por eso no es de extrañar que las campanas hayan cesado durante estas horas de alegrar el alma del católico, las músicas hayan recogido sus placenteras armonías, y profundos gemidos se escapen de los pechos piadosos. ​Gran consolacion al creyente el visitar hoy los templos donde desde la más aristocratica dama hasta la mujer de más humilde cuna va como penitente á postrarse á los pies del Salvador, a implorar misericordia, al igual de la doncella de Magdálo que en otros tiempos ungiera con olorosísimo bálsamo las plantas de Jesús. Y si al visitar este día al Redentor preso y maltratado por nues- tro amor, lucen nuestras bellas sus más preciadas galas, sus más ricas preseas, es, indudablemente, para honrar al visitado, para de- mostrarle la consideracion en que le tenemos,... y es día este en que no hay persona que no acuda á la casa del Señor á dar pruebas de su afecto cristiano. Por eso, las procesiones que de nuestras iglesias salen se ven tan concurridas, y la devocion hace que las imágenes estén lujosamente vestidas, y, sembrado el traje de pedrería, le lleven bordado en oro, con labor afiligranada. ​Y por eso tambien, hoy la caridad distribuye sus dones con pro- fusion entre la gente menesterosa, y los enemigos se perdonan, y los deudores y acreedores transigen, y abandona el magistrado su baston, y el grande se confunde y baja la cabeza para ver a su altura al pequeño, y las diversiones cesan en absoluto, y los coches interrumpen su ordinario servicio y... todo debe de hacernos recordar y nos recuerda el sacrificio del Gólgota. ​Si nuestros sentimientos religiosos no nos inspiraran hoy, las ideas de piedad que dentro de nuestro ser sentimos, la quietud que este pueblo cristiano demuestra en estos días, en que al par que la bulliciosa alegría desaparece la vida social, y la vida activa y agitada de la presente generacion se suspende para dejar en- trada, siquiera momentáneamente, al reposo del espíritu abstraído en la contemplacion de los santos misterios de nuestra redencion, todas estas concausas nos impulsarian á abatir la frente ante la grandeza y misericordia del Señor, á castigar nuestro pensamiento mundano, del mismo modo como le maceraban los antiguos cenobitas para, confundidos y humillados, repetir con el Poeta: «Mas ¡ay! que eres solo La víctima de paz que el hombre espera; Si del Oriente al escondido polo Un mar de sangre criminal corriera, Ante Dios irritado No expiacion, fuera pena del pecado.» Periquito. A MI MADRE EN VIERNES SANTO ¿Por qué cuando la tierra suspende su alegría y llora contristada la muerte del Señor mi corazon recuerda tu nombre ¡oh madre mia! con religioso amor? Recuerdo que en mis horas de amargo desaliento consuela mis dolores y calma mi in- quietud; recuerdo, que es acaso mi solo sentimiento y mi única virtud. ¿Será porque en los años risueños y floridos de aquella edad que llega de la ino- cencia en pos, tu me enseñaste ¡oh madre! á pro- nunciar unidos tu nombre y el de Dios? No ... pero los santos misterios de este día animan la memoria de goces que perdí No ... pero agitado mi corazon ansía volar, volar á . Porque nació en tus brazos la que así me inspira, y son en este valle de lástima y dolor, tu afecto y mi creencia dos cuerdas de una lira, dos hojas de una flor. Nuñez de Arce. HISTORIA DE UNA BARBA (NOVELA CORTA) Continuación. Florencia 20 abril. Durante nuestra permanencia en Venecia, no le he hablado más de la barba. He querido observar qué es lo que haría. Esperaba que se arrepentiría de su terquedad y que los remordimientos le llevarían á casa de barbero... Pero, he esperado en vano. León no ha sentido ningun remordimiento; su barba crece con un vigor espantoso: sus mejillas se erizan de pelos, cada día más... Ya no hay qué dudar: León rehúsa obedecerme, y parece que hace alarde de ello y que protesta contra mi poder, dejándose la barba!... EL JUDIO ERRANTE. (Sus últimas memorias íntimas) ¡Anda, anda, maldito de Dios! ¡Qué frase más terrible!​ Hace 1892 años que me empuja á caminar y á caminar sin descanso. ​Y el sol me sorprende con el báculo en la mano y con las alpargatas puestas... ¡menos mal si tuviera un par de zapatos de los que á medida hace el BAZAR DEL CISNE! Y la luna y las estrellas me van empujando á lo desconocido, al rincón más escondido de los orbes... ¡y no me dejan tiempo para com- prar unos magníficos embutidos que vende La Extremeña, pasaje de Perez, al lado del Casino! Las brisas cálidas del Sahara han tostado mi tez y no he encontrado ante mi paso una copa de sorbete tan delicado como el de Las Delicias! Y tengo hambre y sed y mi condena fatal, eterna, no me deja ocasion para regalarme con un cubierto de los que el Restaurant de Pa- rís sirve tan bien!​ ¡Ni siquiera para tomar una copa de COGÑAC BISQUIT DUBOUCHE, únicos agentes en Manila, J. M. Tuason y C.a, Goiti 11, con una gaseosa de las que el Rosario fa- brica! ​Ay! si al menos pudiera hacer algunas jor- nadas á pie, otras á caballo enjaezado por el ARNÉS, y la mayor parte en carruajes de los que tan fuertemente construyen PADERN Y FONT! ¡Pero ni ese consuelo me queda! ​Y mi alma está triste como el terebinto de Judea y mi corazón reventando de pena como el tamarindo del Sampalucan! Los cielos no se apiadan de mi desventura y me veo obligado á no poder fumar de los es- quisitos puros de la COMPAÑÍA GENERAL DE TABACOS DE FILIPINAS. Porque el fatal ¡anda, anda! ha caído sobre mi cabeza y no se separa de ella... ¡cómo si estuviera pegado con la goma líquida que des- pacha el BAZAR FILIPINO! ​Y las horas pasan, y los días corren para mi sin medida, porque me robaron en el es- trecho de los Dardanelos un magnífico reloj Roskoff, que compré por poco dinero en LA ESTRELLA DEL NORTE! Y el ábrego destemplado quitando la suavidad de mi rizosa cabellera... porque no he podido adqui- rir un excelente sombrero de casa de CÓRDOBA! Si en un momento de obsesion, de dureza de sentimientos pude retirar de mi corazón la piedad del justo, sufro el castigo y no me quejo; solo pido indulgencia para poder detenerme á cenar en el CAFÉ UNIVERSAL (antiguo Recreo), comprar unos víveres del MINDANAO, unos cigarrillos de la TABAQUERIA DE PEREZ, Escolta 31, arrancarme unas muelas en casa de ARÉVALO, el de la plaza de Goiti, para después poderme comer tres ó cua- tro libras de los riquísimos dulces de la CONFITE- RIA ESPAÑOLA. Y si mi delito es tan grande que no me per- mita retratarme en la ANTIGUA FOTOGRAFIA DE VAN-CAMP, concédeme ¡oh, cielo! el tiempo ne- cesario de descanso para hacerme un chaquete de esos que tan á punto corta la tijera de FONT, SUCESOR DE GIBERT Y FONT! Pero ¡ay! mis dias fueron malditos y las som- bras tenebrosas de la noche me envuelven de nuevo en mi camino, sin poder guiarme con la deslum- bradora luz que dán los hermosos quinqués que vende LA PUERTA DEL SOL! Y la fuerza impulsiva que hace diez y nueve siglos me empuja, no me permite escoger de casa de TORRECILLA Y C.a unas corbatas de última moda, que han recibido! ​Y no me deja ni fijarme en las preciosas alhajas de ULLMANN HERMANOS, en las grandes existen- cias del BAZAR VELASCO, ni en los muchos premios Oh, Mina, querida amiga! Cuánta razon tenías cuando me aconsejaba que no me fiara de Leon, pues no le creías hombre capaz de humillarse ante su mujer. Su actitud sencilla y serena, parece ocultar gran fuerza de voluntad, y Mina me aconsejó bien diciéndome que le doblegara en los primeros dias de noviazgo, pues entonces la cosa era fácil.... y estuvimos mucho tiempo buscando una ocasión propicia. Mina empezó á domar á su marido, quitándole el vicio de mover las piernas al compás de un movimiento nervioso. Mina le suplicó que dejara tan mala costumbre con el pretexto de que la atacaba los nervios. Como este movimiento ya constituía en él una segunda naturaleza, muy á me- nudo se olvidaba y su pié volvia á su eje cicio favorito; pero Mina solo tenía que lanzarle una mirada significativa, y el pié se detenía en seco. He aquí como Mina logró que su marido adivinara sus deseos con una sola mirada, y que se habituara á hacer lo que ella queria. Pero, Leon, no mueve los piés! le dije yo... Ella me respondió inme- diatamente: Si no mueve los piés, fumará, y ahí tienes una mala costumbre que es preciso quitársela... Pero, Victorina, ahora que caigo... si le hicieras afeitar la barba! Me quede estupefacta. Qué idea se le ocurrió!.. La barba de Leon es una obra maestra de suavidad, de belleza.. jamas le ha tocado la na- vaja!... yo le quiero más con barba que sin ella. No me aconsejes esto! la dije indignada. Es que renuncias á dominarle? Qué me importa esto, yo no aspiro á reinar? Pero Mina no se dió por satisfecha con esta contestacion.​ Entonces me dijo que si la mujer aspira á gobernar á su marido, no es con la idea de tener dominio sobre el, sino para asegurar la felicidad conyugal. Ella quiere que su marido no se deje influir por sus amigos y que con- cluya con los placeres frívolos que destruyen la influencia bienhechora de la mujer. ​-Este sacrificio -prosiguió Mina- te pondrá de manifiesto los grados de amor de tu prometido. ​Tantas fueron sus reflexiones, que, al fin, cedí. ​Rogué, supliqué á Leon con voz persuasiva que se afeitara, pues su barba no me gustaba, y al fin condescendió en ello, haciendo gran sacrificio. Mina me decía en el instante en que nos embarcamos en el tren para hacer nuestro viaje de novios: -¡Cuidado, que Leon vuelve á dejarse la barba! ​¡Como presentía lo que habia de suceder! (Continuará) ARPAD BERCZIK. MEDITACION Mi alma, que es el talento que de ti, Dios, alcancé, conozco que la empeñé y empeñéla en un contento, que fácilmente gasté. Y , mi Dios, eres tal, que de tu propio caudal la desempeñas, Señor, con que yo ponga el dolor de haberla empeñado mal. Si el cargo que me haceis, que tan apurado viene, contador justo no tiene cuando entregado me habeis, Y en el gasto desigual no me deja descargado el pesar de haber gastado vuestra hacienda tan mal, Venga la pena que iguala las cuentas, venga el rigor, castigar podreis, Señor, al que os cuenta tan mala. ​Mas la me representa, que aunque es corto mi descargo, sois tan liberal y largo, que... habreis de romper la cuenta. BALTASAR DE ALCAZAR. NUESTRA REVISTA. A pesar de haberse propuesto los Señores​ Condes de Caspe, ante la noticia de una desgracia de familia, evitar el 5 del actual la manifestacion que, con motivo de ser el santo de la Señora​ Doña Vicenta Vazquez Queipo de Despujol, tenia preparada buen - mero de jóvenes de esta Capital y provincias limítrofes, no obs- tante, no pudo sustraerse del todo la distinguida esposa de nues- tra Superior Autoridad á la natural demostracion de cariño y res- peto que le ofrecieron sin número de señoras y señoritas de nues- tra buena sociedad y las representantes de las jóvenes de los arra- bales y de algunos pueblos cercanos, quienes ofrecieron sencillos y delicados recuerdos á la noble dama cuyo onomástico festejaban. ​La distincion y afabilidad proverbiales en la Señora​ de Despujol, así como el franco y afectuoso trato del Señor Conde de Caspe, hi- cieron agradables y brevisimos los momentos que en el Palacio de Malacañang estuvieron las muchas personas que allí vimos con- gregadas. ​¡Lástima grande que en la fecha citada no hubieran transcurrido los nueve dias que es de rigor se guarde ante una noticia del carácter de la que aflige á los Señores​ de Despujol! Porque los pre- parativos hechos por el pueblo hubieran podido exhibirse y ha- brian resultado propios y adecuados á los magníficos festejos que por el cumpleaños de S. E. se verificaron el mes pasado: la popu- laridad de los Señores​ Condes de Caspe es tal, que de todas partes acuden hasta Malacañang individuos que por sus condiciones so- ciales no soñaron con la idea de poder llegar hasta la primera Autoridad del Archipiélago. ​Bien es verdad que salva el natural temor del que entra por primera vez en la respetable morada del Excelentísimo Señor Goberna- dor General la atencion y amabilidad de nuestro ilustrado go- bernante. ​Y esta época indudablemente será de recuerdo memorable para la sociedad filipina, pues que la coloca en condiciones de disfrutar en todos los órdenes y clases de una vida social, cuyo centro, cuyo eje, debe de ser el prestigio de España sostenido por el tacto y esquisita cortesía demostrados por los Señores​ Condes de Caspe. ​Los últimos efluvios de las modas europeas son la costumbre implantada del lujo que ostentan en las alhajas las jóvenes sol- teras, hasta el extremo de ser corriente que, contra lo acostum- brado hasta ahora, en París lleven más costosas preseas las seño- ritas que las señoras. Amplia y abierta la ley de la Moda en este ramo, las sortijas se usan á voluntad, y desde la llamada de hombre hasta la de más valor por las numerosas piedras que lleva, todas resultan hoy apropiadas para el adorno de jóvenes casaderas. Hay una verdadera avalancha en el tocado de toda señorita elegante en el uso de alfileres diversos, y á los de concha em- butida de brillantes ó de piedras de color para adorno del pei- (1892.) SEMANA SANTA [margen inferior: imagen] nado, hacen competencia los de diamantes montados sobre oro para los sombreros, los de variadas formas y riqueza empleados para sujetar una banda, ó un fichú, ó para fijar un pliegue en el corpiño del vestido, y sobre todos los de perlas, gruesas de tamaño, en forma de pera, muy en boga para adornar costosos sombreros. Como novedad y grande, esas alhajas de tal modo se han intro- ducido en nuestro tocado, que se hace indispensable en la toilette de toda dama distinguida. Para estar en consonancia con nuestros gustos y dar motivo á nuestro sexo contrario para que con alguna razon pueda decir que no pensamos más que «en moños y cintas», ha empezado á hacer fortuna la moda de emplear en las confecciones cintas an- chas y estrechas: se usa y se prodiga en los vestidos y en los sombreros formando rosetas, lazos, escarapelas, tirantes, etcétera. Váyase esto por la extravagante moda, impuesta por no menos extravagantes jóvenes, de ostentar en la levita un clavel... verde, cuyo color se consigue á fuerza de riegos especiales que dan á la bonita flor el desagradable aspecto del verdín. Pasada esta semana de oracion, en la que las costumbres piadosas aconsejan el flagelamiento del espíritu, ya que no hay muchas veces suficiente valor para flagelar la carne (con lo que quedarían, en la mayor parte de las ocasiones, flagelados el mundo y el demonio), se dice que serán un hecho las bodas de varias be- llísimas señoritas con galantes caballeros que rendidos por las ardides del amoroso niño se ofrecen á Himeneo... ​¡Dios haga que en el altar de aquel se conserve la antorcha de la dicha siempre luciente para los futuros contrayentes! ​Ocupa hoy lugar preeminente en los trajes las chaquetillas de azabache bordado sobre terciopelo, las que tienen la inmensa ven- taja de adaptarse á todos los vestidos, presentando variado aspecto á cada confeccion á que se unen. ​Estas chaquetillas carecen de mangas, y abiertas por delante, á veces lo están tambien por la espalda, se sujetan cerca del cuello por un alfiler. Pueden tambien confeccionarse con terciopelo bordado y suelen dar estas prendas un sello de agradable esbeltez á nuestros ceñi- dos cuerpos de vestido que tan largos se estilan hoy. Los Señores Condes de Caspe, Marqueses de Palmerola y Marqués de Ahumada, presenciaron la devota y lucida procesion que salió del templo de Santa Cruz en la tarde del domingo, desde los bal- cones de la casa del acaudalado vecino de dicho arrabal Señor Paterno. Despues fueron obsequiados los nobles visitantes con una es- pléndida cena que en su honor tenían preparada los dueños de la casa. Susúrrase que el domingo se dará en la espaciosa morada de un acomodado vecino de Santa Cruz un gran baile. De resultar comprobada la noticia, nuestras elegantes verán en esa reunion un pretexto para lucir confecciones las que, las más no- tables, detallaremos. ​Telegraficamente se ha recibido la noticia del fallecimiento de la hermana del Señor Marques de Ahumada y por tan sensible per- dida hacémosle presente el testimonio de nuestra pena. De París dice mi colega V de Castelfido, cuya competencia es por todos reconocida: «El vestido Princesa sigue mereciendo el favor de las elegantes: Aunque sencilla de aspecto, esta forma se generaliza difícilmente, y su aristocracia procede precisamente de una correccion, de una perfeccion que sólo las principales casas de costura pueden reali- zar.​ Para que un vestido Princesa vaya bien, es preciso un corte irreprochable y una ejecucion esmeradísima.» «En la apariencia parece que es una simple funda hendida por delante, desde la cintura, y cerrada á lo largo del lado izquierdo. Pero tiene este vestido una gracia y una distincion que constituyen todo su encanto.​ El vestido, color pan de especia, adornado con un bordado fino de azabache, cuyo bordado es muy claro y va hecho de tubitos muy ligeros y brillantes.​ Por delante cae uno de esos petos que están tan de moda, y que viene á ser un al- zacuello formado de un volante de encaje y montado con bastante vuelo á cada lado.​ El bordado se repite en la manga y en la espalda.» Ernestina Bies. A JUDAS. Cuando el horror de su traicion impia del falso apostol fascino la mente, y del árbol fatídico pendiente, con rudas contorsiones se mecía; Complacido de su misera agonia, mirábale el demonio frente á frente, hasta que ya, del término impaciente, de entrambos pies con ímpetu le asia. Mas cuando vió cesar del descompuesto rostro la convulsion trémula y fiera, señal segura de su fin funesto, ​Con infernal sonrisa placentera sus labios puso en el horrible gesto, y el beso le volvió que á Cristo diera. ​J. Nicasio Gallego. PENSAMIENTOS. Para Jesucristo no hay distincion entre el Señor y el esclavo, entre el hombre y la mujer. No somos los hijos de la esclava, sino de la mujer libre. ​-San Pablo á los Gálatas. ​Los escitas sacaban los ojos á sus esclavos para que no se distrajeran mientras hacían la manteca. Hay personas que sacan los ojos á los ruiseñores, para que canten mejor. Casi dan tentaciones de creer que un pensamiento análogo preside á la educacion que se á las mujeres. Daniel Stern. Parece que la Naturaleza ha colo- cado á la mujer entre los hombres, para fortalecer las extremidades de la cadena social, la infancia y la ve- jez. -Bernardino de Saint Pierre. ​Hacer hijos solo cuesta trabajo y dolor; pero el grande honor es formar hombres, y esto lo hacen mejor las mujeres que nosotros. ​-J. de Maistre. Las mujeres juegan con su belleza su establecimiento de la Calle de Magallanes y en su elegante sucursal de la Escolta! Y....... ¿es qué ha llegado el término de mis dias? Y si no, ¿por qué no puedo seguir escribiendo? ¿Qué causa me lo impide? ​¡Es verdad! Pero.. «¿Por qué volveis á la memoria mia tristes recuerdos del placer perdido á aumentar la ansiedad y la agonía de este desierto corazon herido?» ​Sí, no quisiera recordarlo! La que formaba mis pocas y momentáneas ale- grias, la simpática MAQUINA SINGER, que Abad me vendió en tal dia como hoy el año pasado, se me quemó hace poco, en un incendio, y la pena.... agobia más mi vida... apenas me deja tiempo para poder continuar estas mis memorias. Solo algun consuelo tengo fumando de los piti- llos de la fabrica de tabacos y cigarrillos Nuestra Señora de la Paz y Buen Viaje, Asuncion, Bi- nondo. ¿Y el fuego del cielo caerá sobre mi ca- beza...? ¿Me ha de privar de la vida ahorra que he comprendido, por el retrato que me ha hecho la Fotografia de Pertierra, que toda- vía podría ser yo feliz si encontrara a mi Sara? ¿Por qué sarcasmo de la suerte hoy viene á visitarme esta Muerte tantos siglos llamada, tantos siglos deseada? ¿Morir... cuando empiezo á comprender lo cómodos que son los muebles que vende la Pre- visora de Martinez, en San Jacinto, y lo agra- dable é higiénico que es el suscribirse á La Pavera y leer sus anuncios? Yo protesto de tan cruel castigo! Mas no; desprecio vida, placeres soñados, venturas, para satisfacer uno de mis más grandes deseos: que mi entierro corra á cargo de La Funeraria, Goiti 3, incom- parable para estos servicios. Qué Jehová le premie á March su buen gusto y que los Patriarcas lleven á su casa todas las prosperidades que para los hijos de Judá quisiera yo! Amen. que han tocado á billetes de lotería vendidos sin prima por la Tabaqueria Nacional! Pero ¿no olvidaría toda esta pena si me fuera dable poder llevar conmigo provision de cigarri- llos Chorritos de Gamú y de los tabacos Pa- triarca de las Indias, de la COMPETIDORA GADITANA? Ay, si, y mis noches serían menos desconso- ladoras con los retratos que tan bien hechos he visto en el muestrario de la Fotografia In- glesa. Mas si mi destino es cruzar la vida sin des- canso, si yo soy el retrato viviente de las desazones que la humanidad tiene en esta exis- tencia miserable, cúmplase mi destino! Y ya que sumiso me conformo con el terrible castigo que en un dia aciago cayera sobre mi, sobre Ahasverus para hacer de él el judio errante, seáme dado en mi viaje llevarme al- gunos efectos, cuya lista presentó escrita en un hermoso papel de LA FLOR DE CATALUÑA: Tabaco sin pero de LA INSULAR, en la Ha- bana no los fuman tan buenos. Y como mis digestiones son laboriosas, por la edad y por el exceso de ejercicio corporal, una cuarterola sin par vino DE MOMPO, alma- cen del Luzon. Y ya que mi rostro surcan profundas arru- gas, daréme con el maravilloso jabon de la Fábrica de Jolo, que suaviza la tez y reju- venece al individuo. Y para no ir tan mal cuidado en mi ropa blanca, comisionaré á LAS NOVEDADES me sur- tan de esa tela que tienen y que apenas la siente el cuerpo. Y como con estos calores pudiera cojer unas viruelas, me llevaré tambien algunas docenas de latas de miel de California, esquisito postre que vende LA CASTELLANA y que tan bien sienta antes de fumar un riquísimo habano de los que elabora EL PATRIOTA, de la calle de Asuncion, Binondo. Y una colección de las obras literarias que ricamente presentadas tienen RAMIREZ Y C.a en {7r} como los niños con un cuchillo, y se hieren.-Victor Hugo. Es preciso enseñar á las mujeres lo que más tarde tendrán ellas que en- señar á sus hijos.-Guizot. No hay obra noble en que la mujer no esté mezclada.-Mons.​ Dupan- loup. La mujer paga siempre todos los desmanes del hombre. ​-Roque Bar- cía. Si el hombre es el rey de la na- turaleza, no olvide que la mujer es la reina; que la mujer fué su madre, y que es ó ha de ser la madre de sus hijos.-Severo Catalina La mujer ha nacido para amar; el amor es su distintivo, el móvil de sus acciones, el despertador de sus vir- tudes, el estímulo de sus grandes hechos.-Doctor Alonso y Rubio El amor profundo, el amor ver- dadero, se reconoce muy pronto en que mata todas las pasiones: orgullo, ambicion, coquetería, todo se pierde y todo desaparece ante él.-Michelet. Para dirigir á un sér, ¿qué se necesita?​ Conocerlo. ¿Y para cono- cerlo? Observarlo. ​¿Y para obser- varlo?​ Tratarlo. Entre dos personas de igual inteligencia ¿cuál conocerá mejor el niño? ​¿La que no le más que de paso, ó la que le dio vida, le vigila, le vela, le enseña las primeras frases, y cuando aún no sabe disimular, sorprende los se- cretos de su carácter y de su cora- zón?-Legouvé. El matrimonio es el acto más trascendental de la vida, y por con- siguiente el que menos se medita. -Severo Catalina. La mujer circunspecta y pudorosa es una gracia que sobrepuja á todas las gracias. -Una mujer casta y pura! ​Su pre- cio está por encima de todos los teso- ros de la tierra. -La prudencia de la mujer es el don del mismo Dios. -Una mujer sensata y silenciosa! Nada iguala á los tesoros de su pru- dencia.-Eclesiastés. Los deberes de la mujer son nada menos que los fundamentos de toda la vida humana. ¿No son las muje- res, en efecto, quienes arruinan ó sostienen las casas, quienes arreglan todo el pormenor de las cosas domés- ticas, y quienes, por consiguiente, deciden de todo lo que toca más de cerca á todo el género humano? Por eso tienen la principal parte en las buenas ó malas costumbres de casi todo el mundo. Una mujer juiciosa, aplicada, llena de religión, es el alma de toda una gran casa; todo lo ordena en ella para los bienes temporales y para la salvacion.-Fenelon. Sólo cuando te hemos perdido sabe- mos lo que vales.​ Entonces el hom- bre tiene frío en su hogar porque tiene frio en su corazon.-Teodoro Baró. La humildad es el lugar del divino amor; por esto la Virgen fué Madre de Dios.-Jaime Arbós, Poro. CONOCIMIENTOS UTILES Paella valenciana.-Para guisar una paella bien, se necesita tener en cuenta muchas cosas, que, aún cuando parezcan secundarias, son de un interés primordial. 1.º La paella debe de cocerse con leña, es decir, con «fuego de llama» y procurar con gran cui- dado que no entre humo en la sartén ni caiga ninguna broza de la leña. 2.º Jamás debe de añadirse agua al arroz despues que ha comenzado á hervir, aún cuando se quede seco porque si se añade agua se pierde completamente todo el contenido de la sartén. 3.º Cuando se conozca que hay demasiado caldo para el arroz que está cociendo se aumentará el fue- go, avivando la llama, á fin de que el caldo se consuma y quede la paella en su verdadero punto de coccion. En este caso, algunos aficionados á la paella suelen quitar el caldo con una cuchara ó cacillo hasta dejar el absolutamente preciso para la debida coccion. 4.° Si resultase poco caldo en la sarten, ó que esta no tiene el su- ficiente, ántes de estar cocido el arroz, se separa el fuego de de- bajo de la sartén sin moverla del hornillo; pero sin que tampoco falte el fuego en absoluto, á fin de que el arroz se vaya concluyendo de cocer á fuego lento. 5.° Conviene que la sartén sea lo suficientemente ancha y propor- cionada al número de convidados, á fin de que la masa ó volumen de arroz puesto en ella sea lo me- nos espeso posible para que el fuego penetre bien todo lo que se haya de cocer. 6.° Al separar la sartén del fuego se deja en tierra, en punto en donde haya arena ó tierra y no piedra ó baldosas, y se deja reposar de diez á quince minutos con el fin de que concluya de consumirse el caldo que tenga y de que pierda el mucho calórico que saca del hornillo. Hechas estas prevenciones gene- rales, vamos á decir como debe de guisarse la paella valenciana. Después de frito el aceite se echa en él y se fríe el pollo y las de- más carnes que hayan de servirse; cuando estén de un color dorado, se fríen unos pedacitos de pimiento y tomate, se mezcla todo, y cuando va esté bien frito se pone el caldo necesario para que se cuezan bien las carnes que hay en la sartén y se pone el pimenton ó azafrán en polvo, que se considere necesa- rio para dar color. Cuando esté todo bien cocido, pueden añadirse caracoles, pedacitos de longaniza y demás adminículos que se quieran; despues de haber hervido unos cuantos minutos se añade el caldo necesario para el arroz, se pone la sal correspon- diente, se echa el arroz y se pone el fuego necesario. Para conocer si hay bastante agua en la sartén para cocer el arroz, no hay más que colocar una cu- chara de madera clavada por la pala en el centro de la sartén, y añadir caldo mientras se sostenga derecha.​ Cuando la cuchara no se sostenga en pié hay demasiado caldo. Cocida del modo que queda di- cho, y despues de reposar en la forma expresada, se sirve la paella. PERFUMERIA MODERNA Cuántas veces, vida mía, te asomarás al balcon pidiéndome que te traiga Amaryllis del Japon! 9- ESCOLTA -9 VAPORES-CORREOS DE LA COMPAÑÍA TRASATLANTICA DE BARCELONA (ANTES A. LOPEZ Y C.a) REPRESENTADA EN ESTE ARCHIPIÉLAGO POR LA COMPAÑÍA GENERAL DE TABACOS DE FILIPINAS. LINEA DE FILIPINAS. Prestan el servicio de dicha línea los vapores siguientes: Isla de Luzon.-Isla de Panay.-Isla de Minda- nao.-San Ignacio de Loyola.-Santo Domingo. Salida de Manila para Barcelona y Liverpool, cada cuatro mártes á partir del 1.º de abril de 1890, haciendo las escalas de costumbre en Oriente, y las de Valencia, Cartagena, Cádiz, Lisboa, Vigo, Coruña, y eventual la de Santander. De Barcelona salen cada cuatro viernes, a partir del 10 de enero de 1890. [margen superior: imagen] VISITANDO ESTACIONES

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