CODEMA_19-PRE-AP-249

CODEMA 19-PRE-AP-249

ResumenNúmero 9 de "Atalaya patriótico de Málaga" que incluye artículos antifranceses, un extracto de La Gaceta de Gibraltar, noticias militares y las embarcaciones que entran y salen del puerto.
ArchivoHemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España
TypologyOtros
Fecha1809/04/08
LugarMálaga
ProvinciaMálaga
PaísEspaña
NoteImágenes: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=759a8ae6-4f46-4dd8-b171-717acdbcd11b

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ATALAYA PATRIÓTICO DE MÁLAGA NÚMERO IX DEL SÁBADO 8 DE ABRIL DE 1809. ESPAÑOLES: Nuestra patria se ve turbada con una guerra de que no ofrecen un solo exemplo las historias, la más inicua en sus causas, la más injusta y bárbara en su execución y la más horrible en sus consecuencias si llegásemos a ser vencidos. No se pelea por ningún derecho oscuro de corona. No se contiende por los límites de alguna montaña, río o provincia. No se batalla por desavenencias de gabinetes que fácilmente se transigen con la entrega de ( 194 ) alguna plaza, con el valor de algunos millones o el sacrificio de algunos centenares de ciudadanos. Nuestro monarca y real familia robados y arrestados con una perfidia solo digna de los franceses. La mofa y el escarnio más insolente con que se burla de una nación generosa compuesta de doce millones de habitantes. La orgullosa obstinación con que se nos quiere obligar a reconocer por monarca a un ridículo extrangero, sin otros méritos que el de su apellido odioso, sin otros títulos que los de su raza incógnita o espuria, y sin otros derechos que los del cañón y la ba- yoneta, queriendo hacer callar las leyes, la razón y hasta la voluntad misma como si fuéramos una colonia de negros esclavos y no una nación de primer orden que ha sabido en la más justa guerra conducir a su capital los reyes franceses amarrados al carro de sus victorias. Ved aquí las causas porque peleamos y que creemos mirará benignamente el dios de las batallas y de las misericordias. La exacción de nuestros jóvenes para ir a esclavizar otros países que ( 195 ) en nada han ofendido ni molestado a los franceses como el nuestro que hace cerca de 20 años los estaba colmando de beneficios a costa de su misma sangre y subsistencia. Las más gravosas contribuciones con que oprimen los pueblos conquistados. La ignominia y crueldad con que tratan a los heroicos zaragozanos y a los inmortales defensores de la patria, a quienes los griegos y los romanos hubieran levantado estatuas. La horrorosa barbarie con que, como en señal de un triunfo digno de los valientes soldados de Napoleón, tremolan al aire los inocentes niños clavados en las bayonetas a vista de sus desoladas madres. El horrendo abuso que hacen de nuestras mugeres, el saqueo de los templos, la sacrílega profanación del alto dios que los habita y en cuya presencia se estremecen hasta las potestades del abismo. El ultrage y degüello de los ministros del santuario, venerados en toda la tierra por espacio de sesenta siglos en todos los países libres de franceses. Ved aquí el modo con que se executa la guerra contra una nación la más inocente ( 196 ) y que con un grito general clama venganza a los cielos y a la tierra contra el más infame de todos los hombres, y que entre las calamidades y desgracias incalculables que nos ha causado tiene la avilantez de elevar su voz fementida para asegurarnos que no lo mueve el deseo de mandar en España y solo el de hacer felices a los españoles. ¡Monstruo nunca visto, hombre sobre todos los malvados, pues ha sacado de la infamia a Atila, a Nerón, a Calígula, a Domiciano! Es esta una guerra que choca esencialmente con todos los medios de composición. Nuestro honor y la libertad española se hallan igualmente comprometidos que el tiránico poder de Napoleón. O España ha de recibir el yugo ignominioso de la esclavitud, o el colosal imperio de Bonaparte va a verse reducido al polvo de donde salió por las garras del león, a quien tuvo la imprudencia de despertar cuando reposaba descuidado en el seno de su generosidad y nobleza. Mil veces, en la amargura de su agitado corazón, ( 197 ) habrá execrado los excesos de su ambición disparatada, pero ya empeñado en la contienda, Napoleón no cede. El momento en que el tirano ceda, en aquel se oirán cruxir las cadenas de la Europa y de Estocolmo a Constantinopla, de Lisboa a Petersburgo se entonarán cánticos de alegría y resonarán las gracias al cielo por haber cebrado la libertad perdida. No hay remedio, españoles, nos hallamos en la terrible alternativa o de ser viles esclavos de esa chusma francesa o de libertar la Europa entera y sepultar el imperio francés en su cuna. Lo segundo es un empeño muy arduo y muy difícil, y solo digno de los descendientes de los conquistadores del nuevo mundo; pero lo primero es todavía más insoportable y más ignominioso. Bonaparte es un aborto del infierno y posee toda la malicia de las furias que le dieron el ser, y logra al mismo tiempo la desmesurada fortuna que le comunica el maligno genio tutelar que le inspira y lo protege. Por tanto es enemigo declarado del género humano; solo ama a ( 198 ) mismo y a su funesta gloria y renombre, a cuyo intento le es indiferente y aun gustoso sacrificar 5000 franceses. Su actividad sin igual consigue fácilmente poner en execución cuantos abundantes medios le sugiere su poder y su malignidad sin exemplo. La masa enorme de su imperio y de sus exércitos se mueve velozmente al imperio de su voz porque este es el sistema de la tiranía. Entre el mandato del déspota y la obediencia de los esclavos no hay la menor dilación, no media un solo momento. Por otra parte, no creáis que sus esclavos detesten sus cadenas. Para esto es menester nobleza de alma y grandeza de carácter, y los franceses se hallan degradados y cubiertos de oprobrio, de envilecimiento y de infamia. Aquel vasallage infame y estúpido no discurre ya, ni aun apetece, porque desde el Pirineo hasta el Elva no hay más discurrir ni deliberar, no hay más apetecer ni desear que la santísima voluntad del sapientísimo Napoleón venido de lejas tierras a mandar a los franceses como a una manada de bes- ( 199 ) tias de arado y de carga. El francés es naturalmente animal, sin carácter ni principios. Ayer los admiró la Europa poseídos del más exaltado entusiasmo por su independencia doblar la rodilla ante el árbol de la libertad, y hoy los contempla con indignación y tedio el universo, trabados sus pies y manos con los cordeles de la esclavitud y sentados en el fango de su ignominia entonar himnos de alabanzas al déspota extrangero que los oprime y envilece. Ayer guerreaban contra la tiranía imaginada de un rey francés y hoy pelean por consolidar y extender la de Napoleón venido de los infiernos. La dinastía de los Borbones espiró irrevocablemente; la España se borrará de la lista de las naciones y se pondrá en la de los salvages y esclavos... Este es el sistema que ocupa todo el fondo de su dañado corazón y del que absolutamente no cede sino con la proscripción suya y de toda su parentela. Nosotros tenemos menos fuerzas, no contamos por ahora con recursos tan abundantes, pero el amor de ( 200 ) la patria vale por todo, el verdadero patriotismo fue siempre invencible, y por la justicia de nuestra causa contamos con la protección del cielo. Pero, españoles, alarma, mirad que el peligro es urgentísimo y no podemos librarnos sino con esfuerzos extraordinarios. Mirad que demasiado fáciles e incautos nos pierde la más ciega credulidad y la confianza más ilimitada. Desconfiad de esa multitud de charlatanes y escritores frívolos que por no contristaros os venden lastimosamente, semejantes a aquellos médicos inhumanos y bárbaros que por no desagradar al enfermo y sus domésticos ocultan sus mortales dolencias cuando aún pudieran tener remedio. Soy amantísimo de mi patria, hablo a una nación que suspira en la más inquieta agitación y desasosiego por su libertad e independencia, y no quiero hacer traición a la verdad, y si en algún tiempo (lo que el cielo no permita) llegásemos a ser esclavos de Fraccia, no aumentará entonces mi desconsuelo la pena y el remordimiento de haber ocultado la ( 201 ) peligrosa situación en que nos hallamos y no haberla manifestado cuando se pudiera aún remediarla. Españoles, la patria adolece mortalmente, aún hay tiempo de librarla; pero si nos descuidamos un poco ya no tiene remedio. ¿Qué lentitud es esta? ¿Qué inacción tan vergonzosa y lamentable? ¿Qué nos detiene para no acudir todos en masa a la defensa siendo forzoso hacerla después sin fruto cuando el enemigo toque a nuestras puertas? ¿Acaso el temor de morir? ¡Qué disparate! Los españoles están destinados al matadero por Napoleón. Acaso nos libraríamos de ella peleando debidamente por la patria; pero si no, la sufriremos inevitablemente, peleando después contra Alemania, después contra el turco, después contra el ruso, después contra el sofí de Persia, y después contra los demonios cuando Napoleón no tenga naciones contra quien pelear. ¿Nos detiene quizá el temor de perder nuestros intereses? Los conservaríamos si los defendiéramos con honor; pero si no, es forzoso que los numerosos exércitos ( 202 ) de Bonaparte se mantengan a costa de los españoles como país conquistado y de cuya afección nunca estará satisfecho el tirano. ¿Nos intimida tal vez la incertidumbre y dificultad de la victoria? La victoria siempre la consigue el que la quiere; el que la abandona siempre la pierde. Y sobre todo, aun cuando la patria llegase a perecer, siempre es consuelo de un buen ciudadano haber puesto los medios para salvarla aunque quede sepultado entre sus ruinas. Entonces los justos escribirán nuestros nombres en el libro de la vida, no añadiremos la infamia a nuestras desgracias, ni seremos testigos de la horrorosa escena en que nuestras doncellas y mugeres serán víctimas de un lascivo mameluco y de un coracero brutal, ni veremos los templos en que habitaba Dios con sus santos hechos cuadras inmundas de sus caballos. No presenciaremos degollar clérigos, religiosos y monjas, no veremos nuestras costumbres abolidas, extinguidos nuestros usos, nuestras leyes proscriptas, nuestro sosiego y tranquilidad domés- ( 203 ) tica turbada a cada momento, y finalmente nuestras personas, nuestros bienes, nuestras vidas siempre en continuo peligro y pendientes de los alguaciles y cómitres franceses que ni aun nos permitirán desahogarnos con lágrimas y suspiros, porque a los tiranos así les irrita la alegría de sus esclavos, como sus melancolías y apocamiento. Ved aquí las consecuencias precisas si llegásemos a ser vencidos. A las armas, pues, españoles, guerra, guerra horrible si queremos no ser vencidos; guerra, sangre y fuego. Perezcan 5000 ciudadanos si con este sacrificio se liberta la patria. No consultemos a la razón, ni demos oídos a los clamores de la humanidad. ¡Que la rabia y el furor penetre hasta lo íntimo de nuestros corazones! ¡Que no se vea en España un español vivo junto a un francés con vida! Guerra, sangre y fuego, y si no viles esclavos de los franceses. Auméntese las corrientes de nuestros ríos con sangre humana, tiñan las aguas del océano y Mediterráneo, y cuando en las cuatro partes del mundo obser- ( 204 ) ven tan horroroso fenómeno entonces las naciones tomarán de España exemplos de valor y de patriotismo, pronunciarán nuestro nombre con veneración profunda y los siglos cantarán nuestras glorias y proezas. EXTRACTO DE LA GAZETA DE GIBRALTAR DE 24 DE MARZO Truro, 13 de marzo. Cartas de 13 del pasado de la costa de Holanda aseguran que la guerra entre Francia y el Austria es inevitable. Si estas voces y la llegada de Bonaparte a Strasburgo son ciertas, como lo es el haber pasado por Irún de España para Francia dos divisiones francesas, compuestas cada una de 10 a 120 hombres, entonces no podemos concebir otro motivo de estos rumores y movimientos sino el rompimiento entre Francia y el Austria. Si esta potencia ha resuelto hacer un grande esfuerzo en el ventajoso momento en que el tirano ha estropeado y aminorado considerable- ( 205 ) mente sus exércitos con las fatigas de una campaña de invierno en España (la mayor parte de la cual queda por conquistar todavía), puede aún no ser tarde para recobrar la libertad del continente. Austria se presentará en el campo con exércitos frescos y numerosos bien sabedora de lo sagrado de su causa e íntimamente persuadida que estos son los últimos esfuerzos que puede y debe hacer por su independencia y conservación. El Austria, circuida de enemigos, espiada por los enviados y agentes franceses, ha tenido que ceder a las circunstancias, pero habiéndose mudado estas y no viendo los límites de su imperio acordonados por exércitos de Napoleón, se ha aprovechado de la mejor ocasión que pudiera ofrecérsele y ha puesto en movimiento toda la monarquía austríaca. El resultado de su actividad y prudencia ha sido un exército de 3500 hombres bien disciplinados, bien equipados y provistos, además de otro de reserva de 600 y un cuerpo de milicias de cerca de 2000, sin incluir los húngaros que están levantados ( 206 ) y armados completamente. Consideremos ahora como se halla Francia preparada para resistir estas fuerzas tan poderosas. Todas sus fuerzas, exceptuando parte de las divisiones de Davoust y Bernadote y un cuerpo de tropas en el obispado de Fulda al mando del general Oudinot, han marchado a España. Todo su exército en Alemania podremos estimarlo en 800 hombres, además de los conscriptos, 300 de los cuales habrán ya pasado el Rin. Obsérvese que nada hay más obscuro que la conscripción francesa, pero por una atenta observación y comparación de hechos, nos atrevemos a asegurar que solo la mitad del número que Bonaparte pide al Senado es la que se levanta por este medio, y así podemos creer que los conscriptos de este año y del venidero, cuando sean llamados, no pasarán de 800, debiendo ser 1600, según pide el mensage. Esta es la fuerza efectiva, por un cálculo exacto, que Bonaparte puede emplear por ahora contra el Austria y que compone un total de 1200 hombres, suponiendo que 200 ( 207 ) de los conscriptos se han destacado a España a reforzar sus exércitos. El siguiente cálculo lo es de las fuerzas de los príncipes de la confederación del Rin: Baviera 360, Saxonia 240, Westfalia 200, Witemberg 120, Baden 1000, Berg 40; y los demás príncipes unos 120, por todo 1090, fuerzas a la verdad muy débiles en comparación de los poderosos exércitos de la casa de Austria. Y por otra parte, ¿qué confianza podrá tener Bonaparte en estos exércitos heterogéneos, separados entre por mil maneras y divididos por la distinción de intereses? ¿Se ha estinguido en Alemania toda la semilla y la fuerza de su antigua unión y adhesión política que la hacía invencible? ¿No hay temores ni rezelos en estos príncipes sobre la suerte que pueda tocarles? ¿Los saxones, los hannoverianos, hessianos, francones, e igualmente que las provincias desmembradas de Prusia se habrán olvidado de lo pasado y vivirán insensibles a su degradación y a la suerte de sus antiguos soberanos? El desastre de los ( 208 ) individuos, la privación de medios para su subsistencia, la aniquilación del comercio extrangero, los ultrages hechos en general a todos, las exacciones, despilfarro e insolencia de su tirano: ¿todas estas cosas no producen un interior descontento, un deseo de represalias, una sed de venganza, un ardiente deseo de que las cosas se restablezcan a su antiguo orden, a su antigua libertad y a su abundancia antigua? Imaginar que los alemanes están satisfechos después de haber perdido cuanto hay de apreciable entre los hombres o que unos príncipes, después de la horrible ingratitud que Bonaparte ha usado con la real familia de España, permanezcan tranquilos en su presente estado de vasallage, es la cosa más contraria y más repugnante a la razón y a la naturaleza. Por aquella parte ninguna sincera ni permanente ayuda puede esperar Napoleón. Los almacenes establecidos antes en el Rin es necesario rellenarlos porque se han transportado más allá de los Pirineos. Su fuerza en Alemania es insuficiente; la de Italia basta apenas para su ( 2o9 ) defensa es menester, pues, para atacar á el Austria con alguna esperanza de buen suceso, que haga marchar una considerable parte de los exércitos que tiene en España, hácia á tras, y por el mismo camino que tomó quatro meses ha. ¿Y se atreverá á hacerlo? ¿Sacrificará sus pretensiones am-biciosas sobre aquel reyno, dexando á los españoles exâsperados, y en la oportuna coyuntura de organizar extensamente los recursos y patriotismo de la Nacion Es-pañola? ¿Está acaso ignorante que un exér-cito ingles está pronto para abrazar está coyuntura, y unido con los españoles arro-yarán la fuerza que se dexe á tras? Todas estas consideraciones deben ha-cerse para conocer el estado presente de la Europa. En todas las provincias prusianas se han manifestado síntomas hostiles contra los franceses. El viage del Rey y de la Reyna á Petersburgo, la poderosa eloqüen-cia de aquella ilustre y amable Señora, sus sufrimientos, sus quejas, su inextinguible antipatia á la Francia, y su decaido estado no dexarán de producir una profunda y ( 2Io ) saludable impresion en el corazon de Ale-xandro. Tales son los fundamentos principales para esperar una guerra entre Francia y Austria. Los recursos de esta se hallan prontos, bien organizados y reconcentrados; mientras que los de aquella estan debili-tados y disminuidos. Las tropas austríacas no han sufrido una campaña de invierno con todos los desastres y horrores que le son consiguientes. La voz de sus vasallos, el resto de Alemania y de Europa están en su favor, y si llegare á sucumbir caerá gloriosamente honrada y lamentada, y so-lamente un año antes de quando debiera ser si Bonaparte conseguia conquistar los patriotas españoles. Su suerte entonces seria inevitable y su debilidad y su infatuacion en permanecer tanto tiempo indolente la privaria de la conmiseracion de las demas potencias. El Austria seria sumergida sin ser estimada ni compadecida, quando se pronunciase la sentencia del tirano, de que la casa de Habsburg era ya indigna de reynar. ( 2II ) NOTICIAS NACIONALES. Tarragona 28 de Marzo. A noche á las I2 salió una di-vision de esta plaza de 5ooo hombres, con 5oo de caballería y 6 cañones, que forman una compañia de á caballo. Las órdenes, que lleva el General de esta division, es picar la retaguardia á la del enemigo que estaba en Reus, y debia salir en la madrugada, lo que sabemos efectuó. Nuestra division sigue su cami-no, y va ocupando los puestos que el enemigo dexa, segun avisan los par-tes que llegan continuamente. La tropa restante está sobre las ar-mas. Esta mañana llegó á esta con su escudo de premio el Padre Monge Co-ronel, que tanto ha dado que hacer á los enemigos en Aragon. El Gene-ral Coupigni está en Tortosa, y no tarda- en llegar á esta. Vinaros I9 de Marzo. Con el motivo de haber tenido no- ( 2I2 ) ticias estos dias de que los franceses de Alcañiz se habian internado en partidas sueltas por las fronteras del reyno de Valencia, y confines de Aragon, se des-pacharon varios somatenes de los pueblos de la comarca, y de esta Villa salieron tambien piezas de artillería para aquellos desfiladeros. Despues hemos sabido que los enemigos se retiraron, y que su ob-jeto, segun parece, no era otro, que lla-mar la atencion del Marques de Lazan, y divertirle sus fuerzas, para de éste mo-do poder reforzar por la parte de arri-ba el exército frances del campo de Tar-ragona, que parece se hallaba en bastante apuro. Han salido de Valencia para Mo-rella á reforzar la division del General Roca un batallon de tropa de linea, otro de tropas ligeras y un regimiento de caballeria; á los quales, despues se-guiran otros. Esta mañana pasó por aqui con di-reccion á Cataluña el General Blake; va mui animoso y nos ha infundido las mas lisonjeras esperanzas. Las noticias de Ca- ( 2I3 ) taluña son mui satisfactorias, por lo que estamos con bastante confianza. ANDALUCIA. Baza 24 de Marzo. Anoche entró en esta ciudad la esposa del Excelentisimo Señor. Don. Francisco Palafox, salió de Zaragoza 6 dias despues de la capi-tulacion, á fuerza de sobornar las guar-dias con dinero, y de haber ocultado su clase baxo de un trage humilde: asegura que en Zaragoza no quedaban mas que 7D franceses, y los mas de ellos acam-pados, por temor de las enfermedades que reinan todavía en la ciudad; que 10D fueron á Madrid, y 2oD á Francia custodiando los prisioneros de Zaragoza; que el inmortal Palafox está mejor, y limpio de calentura, pero prisionero de guerra; y que el General Lannes man- al Cabildo Eclesiástico celebrase una Misa solemne, con su Te Deum, lo que se efectuó, pero al llegar al Te Deum, se calaron sus sombreros, como mui hom-bres, fumando y riendo, con la misma satisfaccion que en el café ó en el teatro. ( 2I4 ) Cadiz 25 de Marzo. Anoche entró una corbeta de guer-ra inglesa, que ha tocado en Xijon, y trae noticias y aun cartas del Mar-ques de la Romana, pidiendo dinero, armas y municiones. En conseqüencia el Señor Villel mandó por pronta providen-cia, se le remitieran abordo de dicha cor-beta, dinero, fusiles, chuzos y municio-nes, y que se haga á la vela al mo-mento. Es regular lo verifique mañana, pues ya se hallan embarcados dichos efectos. 28 de Marzo. Hoy ha entrado en este puerto la fragata española Maria (antes americana) de la Habana y Charleston en 25 dias desde el último puerto y dice: que en la América septentrional se había ya levan-tado el embargo, y se hallaba libre el comercio para todo, exceptuando por aho-ra Inglaterra y Francia hasta nueva orden. 3I de Marzo. Cartas de Lisboa recibidas por el correo aseguran la entrada de una fra- ( 2I5 ) gata de guerra inglesa en 6 dias de Inglaterra, con la noticia de haber el Austria, Prusia y Rusia declarado guer-ra á Francia, y que habian marchado para Petersburgo los Reyes de Prusia con su primer Ministro. Parece ser que Bona-parte los habia convidado á pasar á Pa-ris, pero el Ministro les recordó lo ocur-rido en Bayona, y los disuadió intimi-dándoles con que iban á formar la se-gunda parte de la historia del infortu-nado Fernando. NOTICIAS DEL PUERTO. Embarcaciones que en él han entrado desde el dia 27 de Marzo hasta el 3 de Abril con cargamento para esta ciudad y América. Polacra D. N. M. Capitan Rafael Moyano, de la Habana con azucar y campeche. Místico ingles Furia, Capitan Francisco Marti-nez, de Gibraltar con botas, hierro y fardos de ropa. Bergantin español Fortaleza, Capitan Don. Agus-tin Fernandez, de Cartagena de Indias con al-godon, quina, palo brasil y cacao. Barco Nuestra. Señora del Carmen, patron Tomas Llorens, de Venidorme con vino. Barco Santo Christo del Grao, patron Josef Llo-rens, de Cartagena con acero, aguardiente, ( 2I6 ) papel y algodon. Laud San. Juan, patron Juan Gelpi, de Villasar con vino. Laud San. Josef, patron Josef Zaragoza, de Ali-cante con vino. Xabeque San Antonio, patron Josef Trilles, de Almeria con betunes para el Rey. Laud Santa Marta, patron Tomas Soler, de Villahollosa con vino. Bergantin el amado Fernando, Capitan Don. Pa-blo Ricard, de la Habana con azucar, cueros, palo de campeche y efectivo. Laud Nuestra. Señora del Carmen, patron Raymundo Vega, de Peñiscola con vino. Laud Santo Christo del Grao, patron Josef Ba-llester, de Benidorme con vino, papel, paños y algodon. Polacra Virgen del Pilar, patron Josef Guerre-ro, de Gibraltar con ropas. Precios de granos, y otros géneros en la Alhon-diga y almacenes en 24 de Abril. Trigo segun calidad la fanega. de 4o á 51. reales. Cebada de la tierra idem. de 24 á 26. Idem de la costa 2I á 22. Aceyte de oliva la arroba. 42 á 42 ½. Aguardiente. prueba de aceyte arroba. 34 á 35. Cacao de Caracas la fanega. á 67. pesos. Arroz de Valencia la arroba. de 28 á 3o. reales. Azucar blanca de la Habana de 65 á 66. Idem terciada. la arroba. á 5o. Manteca de Irlanda la libra. 8 ½ á 9. Bacallao ingles el quintal. de 7 ½ á 8. pesos.

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