CODEMA_19-68-348

CODEMA 19-68-348

TítuloCODEMA 19-68-348
Tipo textual
ResumenCarta de Blas Mélida a su majestad sobre Salvador Barroco, quien fue alcalde de Málaga y despojado de empleo y cargo, para que sea rehabilitado por su buena labor.
ArchivoArchivo Histórico Nacional. Depósito de la Guerra, Estado y otros varios
ReferenciaCONSEJOS, 17782, Exp. 58, ff. 4r-5v
TypologyCartas privadas
Fecha1818/04/13
LugarMadrid
ProvinciaMadrid
PaísEspaña
TranscriptorEstrella García Muñoz

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[margen superior: Llego ala mesa en 19 de Mayo] Señor mano 2: Recibi la certificación que se cita en esta instancia Madrid 15 de Julio de 1818 en vista de orden Blas Melida Don Salbador Barroso Abogado de los Reales consejos, y del Ilustre Colegio de la ciudad de Malaga, recurre â Vuestra Majestad poniendo en su soberana consideracion que en tiempo de la dominacion enemiga obtubo y sirbió la Alcaldia mayor de aquella ciudad, sin desviarse por eso de los sentimientos de amor â su Rey y Nacion; antes por el contrario, no cesó de dar repetidas pruebas de la honradez de los que siempre le animaron: conserbò esta opinión, y se grangeó la del publico en los terminos expresibos que aparecen de la certificacion que acompaña; de modo que en tiempo de su destino mas bien fue un defensor de quantos quedaban al descubierto con el Govierno enemigo, que un empleado por este: su conducta le hizo acreedor á las repetidas y vivas instancias que se hicieron generalmente, y en particular por los Alcaldes de Barrio para que continuase en su destino luego que se retiraron las tropas Francesas, como asi se verifico: y le hizo gozar de una aceptacion tan universal que sus dictamenes heran los que se seguian y consultaban por las Juntas de seguridad y gobierno legitimo quando se ebaquaba la Plaza; Y quando estaba inbadida era el consuelo, refugio y resorze para la salvacion de los buenos. Nunca emigró, y si el temor no podia estimularle á ello por carecer de motibos para tenerle, habria manifestado una especie de ingratitud con los habitantes de Malaga que continuamente le daban pruebas de lo satisfechos que se hallaban del porte que había observado, y que clamaban por ser gobernados por el. Sin embargo como por las extinguidas Cortes se dictó el Decreto para la formacion de causas á los empleados, le fué forzoso cesar en el desempeño de la Jurisdiccion que seguia regentando por disposicion del General Ballesteros, á consequencia de los elogios con que se le agraciaba; y se le formò la indispensable causa en razon del particular, y que tubo el efecto que debia esperarse en rigorosa obserbancia, de aquella Ley, que fuè la absolucion; declarandole compreendido en el articulo que inabilitada á todo el que hubiese obtenido empleo por aquel Gobierno. Esta executoria estimulada por la Justificacion de Testigos informes del Ayuntamiento corporaciones y personas distinguidas, acrisolò el comcepto del que expone, que logró incorporarse en aquel colegio de Abogados y que afianzò mas su opinion, parece que es quanto puede apetecerse para que no experimente la suerte que justamente merecen los que sirviendo con otros objetos, ni prestaron servicios tan particulares, ni acreditaron sus sentimientos á favor de la causa comun, ni se grangearon por este orden la estimacion general. No obstante esto, el que expone experimenta hasta hoy una pribacion de obtener destino propios de su Carrera, y de regentar los oficios republicos apesar de que ha sido el siguiente en votos para desempeñar en este año y el anterior el de Sindico general de aquella ciudad. Vuestra Majestad y aun el Decreto de las Cortes en que se me declaró comprendido ofrecen recompensa á los meritorios de la clase del que expone abilitandoles por estas razones particulares para que restituidos al lleno de sus goces puedan exercer las mismas funciones que exercerian si no hubiesen servido ú obtenido tales Empleos: Hacer relacion de lo recomendable
de la causa del que expone seria molestar la atencion de Vuestra Majestad quando todo resulta de la certificacion que acompaña. Asi pues purificada su conducta tan elogiada por todos Suplica á Vuestra Majestad que en vista de lo que produce la misma certificacion
signo: que exibe- se digne reabilitarle para poder solicitar obtener y servir los empleos propios de su carrera de letras, y los Municipales y demas cargos públicos; pues en ello sobre proceder Vuestra Majestad con la rectitud que le es tan propia, dispensará un singular favor, que servirà de premio á los buenos sentimientos con que se conducido el suplicante arrostrando peligros é incomodidades. Madrid 13,, de Abril de 1818. Señor A. Los Reales Pies de Vuestra Majestad En virtud de Poder. Blas Melida [rúbrica]

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