CODEMA_19-PRE-AP-245

CODEMA 19-PRE-AP-245

SummaryNúmero 5 de "Atalaya patriótico de Málaga" que incluye un fragmento de "Ensayos políticos en forma de diálogo entre Carlos III y el Conde Floridablanca", noticias militares, catálogo de precios de algunos productos, las embarcaciones que entran y salen del puerto y el suplemento del número.
RepositoryHemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España
TypologyOtros
Date1809/03/11
PlaceMálaga
ProvinceMálaga
CountryEspaña
NoteImágenes: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=56a5e77f-3a6a-4d7f-8812-89daa088ed94

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ATALAYA PATRIÓTICO DE MÁLAGA. NÚMERO. V. DEL SÁBADO II DE MARZO DE 18o9. ENSAYOS POLÍTICOS EN FORMA de diálogo entre Cárlos III y el Conde Floridablanca POR Don. JUAN DURAN y ARROYO. ADVERTENCIA. Comunmente los que leen las historias políticas de los imperios y naciones, no tienen otro objeto que notar los grandes acontecimientos, que ellas nos refieren, y ya se entristecen, ó ya se alegran viendo su origen ó sus ruinas, sus prosperidades ( 98 ) ó decadencias, sin llevar mas adelante sus consideraciones. La filosofía y la verdadera política, siempre atentas al bien de la humanidad, siguen en sus lecturas y ob-servaciones otro rumbo muy distinto, y ciertamente mas fundado é interesante. Mientras que el comun de los que leen historias se detienen en contemplar la grandeza de los sucesos que ellas nos cuentan, el filósofo y el buen político, á quienes nunca sorprehenden los capri-chos de las pasiones, apartan la vista de los hechos, y pasan á escudriñar é in-dagar escrupulosamente las causas que los preparan, tomando de esta manera lec-ciones de los siglos pasados para los pre-sentes, y haciendo que nosotros sirvamos de leccion y exemplo á los venideros. Á buen seguro que si las historias se hu-bieran escrito, y que si se leyeran baxo este plan é ideas, que entonces la muchedum-bre de ellas hubiera sido mas interesante á los hombres. Que nuestro amado Fer-nando séptimo, legítimo Rey de España, fué vilmente conducido á Bayona por ( 99 ) engaño; que allí se le han hecho las mayores violencias para que renuncie la corona, hasta amenazádole de muerte; que por una serie inaudita de absurdos diplomáticos se nos quiere obligar á re-conocer por nuestro Monarca á un tal Josef Napoleon, y que á conseqüencia se ha encendido una guerra la mas cruel, y la mas justa que sostuvo jamas la Nacion Española, son unos hechos extraordinarios que han excitado la indignacion y ven-ganza de los españoles, que causan la sorpresa y admiracion de la Europa, y que formará una de las épocas mas memorables de nuestra historia política: pero la posteridad sabia y sensata no se contentará con la rela-cion sencilla de estos acontecimientos; sino que deseará saber que rumbo tomáron los resortes del corazón humano para haber llegado á tan desastrados fines, y quales fueron las causas físicas, políticas y morales que asi en España como en Francia los predispusieron y causaron. Este es el objeto que se propone ave-riguar el presente discurso. El autor no ( Ioo ) es tan necio y presuntuoso que se per-suada haber desempeñado exâctamente el plan propuesto, pues ni la cortedad del tiempo que ha empleado lo permite, y ni tampoco su ingenio está tan acostum-brado, como era necesario en calcular los acontecimientos políticos; pero no obstan-te se halla penetrado de algun contento y satisfaccion por que le parecen ciertas las causas que alega, por que dexa al-gunos documentos para el Homero ó Plutarco que haya de referir nuestras glorias, por que podrá servir de estímulo á ingenios superiores al suyo; y sobre todo, por que le parece haber hecho algo de bueno y útil en beneficio de su patria y de sus conciudadanos, á quienes ama profundamente, y cuya fe-licidad, honor y gloria desea con todas las veras [sic] de su corazón ver restablecidas á su antiguo explendor y lustre. El autor conoce, que la crítica es algunas veces bastante clara y libre, y que con la mitad de claridad y libertad que hubiera hablado un año hace, le ( IoI ) hubieran encogido el resuello para toda su vida; pero ya, gracias al cielo, se aca- la tirania en España; y en adelante gozando de un gobierno dulce, suave y justo, baxo el reynado del amable Fer-nando, ó de la autoridad que á Su. Magestad. represente, se ofrecerá á los Españoles una carrera brillante, y un asilo y salvaguar-dia para poder declamar libremente con-tra qualquiera abuso, que quiera introdu-cirse, donde quiera que se halle, y sea de la clase que fuere, con lo qual ga-naremos mucho bien de la parte de adentro, y mucho honor de la de afue-ra; por que desengañémonos de una vez y hablemos con claridad, la tirania y el despotismo que prohibia á los espa-ñoles hablar libremente en los asuntos y materias mas principales ha sido, y no otra, la causa por que España no ha podido nivelarse con las demas naciones de Europa en ilustracion y cultura. Á algunos y también á algunas les alcanzará de firme la crítica y censura, y les amar-gará naturalmente; pero les aconseja en ( Io2 ) caridad que sufran, que aguanten, que callen y no se descubran, pues si no lo hacen aumentarán sus delitos sobre-manera, y que toleren con paciencia ó sin ella; que con bastante impaciencia y por largo tiempo hemos sufrido los aman-tes de la patria, viéndolos hacerse indig-nos de ella, y justamente acreedores á su odio, á su censura y reprehension, quando la corrompian y deshonraban con su conducta delinqüente y bastarda. Ple-gue al cielo que estos tales conozcan los males incalculables, que han acarreado á la nacion, y que movidos á verdadero arrepentimiento, den una condigna satis-faccion, que para ellos será la honra, para la patria el bien, y para el autor la complacencia de haber en algún modo cooperado á tan laudables fines. Diálogo entre Carlos III y Floridablanca. Carlos. La alegría y la algazara con que los justos hacían resonar estas bóve-das celestiales, mansiones de la paz y ( Io3 ) del placer, me anunciaban la entrada de algun virtuoso extraordinario; y movido de tanta causa he venido al recibimiento, y han logrado mis ojos ver lo que tanto tiempo hace deseaban. Si la felicidad que desfrutamos los moradores del Olimpo fuera susceptible de algun aumento, en cosa alguna pu-diera yo tenerle tanto como el tener por compañero y participante de mis glorias al que sentado á mi derecha en el mun-do, de allá baxo, eternizó mi nombre en la historia de los Reyes, é hizo el suyo el mas célebre entre los Ministros del universo. ¡Oh Moñino venturoso y bien hadado! Al fin mis votos penetraron hasta el solio del Altísimo. Llegaste por fin á la mansion eterna en que verás, , tia-ras, capelos, cetros y coronas; pero ve-raslas, no con los falsos brillos que les da el corrompido mundo, que felizmente has dexado, y con los esmaltes inmorta-les de las heroicas virtudes con que se desempeñaron hasta la consumacion de la carrera perecedera: el exercicio de ( Io4 ) aquellas virtudes es el que forma aquí las distinciones, y ellas las que distinguen y aproxîman mas al Eterno aquellos dignos atletas, que con satisfaccion pueden decir: concluimos nuestra comision, guardamos . Tu virtud te igualó ya conmigo; ni yo soy tu Rey, ni mi Ministro, ni vasa-llo, que todos lo Somos de aquel que siempre es, y de tal manera, que ni los tiempos ni la eternidad Causan en él al-teracion ni vicisitud alguna. Tu asiento será tanto mas superior y elevado quanto mas sublimes, y dificiles fuéron las obli-gaciones que te confié en beneficio de aquella nacion, que te recomendé tan encarecidamente en la última hora de mi pasamiento, pues mis últimas palabras no se encaminaban á otra cosa que á rogar á mi hijo Carlos por la conservacion de la religion santa, y por la felicidad de una Nacion noble, generosa y digna de mejor fortuna, y como tambien para conseguir tan sagrados objetos, le encargué estrechamente conservase en su gracia y amistad no solo á , sino á todos los ( Io5 ) Ministros que como se distinguiesen en un virtuoso noble desempeño. Floridablanca. Cargado de años y abrumado de ultrages, amarguras y sen-timientos, he llegado por las misericordias del Señor á la region de la verdad, en que ni la propia, alabanza, ni la lisonja, ni el fraude, ni la adulacion pueden te-ner lugar alguno. Conducido desde mis primeros años por las luces de la razon y del Evangelio conocí, que el hombre vino al mundo únicamente para dedicarse, con todas sus facultades y poder, en la honra del Criador, y en beneficio y utilidad de sus semejantes. Vos mismo, Señor, me visteis, aun con quebranto y menoscabo de mi salud, emplear todas las horas, mi instruccion y talentos en tan santos fines: manifestando al mundo que ni los honores, ni los placeres, ni las riquezas tienen cabida alguna en el corazon de un Ministro de Estado, que sabe serlo. Algunas veces el Ángel de las dudas y tinieblas atacaba mi ; pero siempre en vano, pues vivía persuadido ( Io6 ) que baxo un Dios justo, á quien no debe serle indiferente el órden ó el des-órden, la virtud ó el vicio, no podian quedar sin recompensa las inmensas fa-tigas de aquellos que no procuran la di-cha y la felicidad para ellos, sino para sus conciudadanos, que no buscan rique-zas para , sino para su patria; que no establecen placeres y diversiones sino para el pueblo, y finalmente que no anhelan, no se fatigan por sus intereses, descanso y beneficios, sino para los de la nacion, que se le ha confiado, y que ordinaria-mente paga con ingratitudes y desprecios. Carlos. Aunque en el estado en que nos hallamos no turban ni alteran nues-tro reposo las cosas de la tierra, con todo, no puedo mirar con indiferencia la suerte de los mortales, y mas particu-larmente la de aquellos, cuyo gobierno y felicidad puso en otro tiempo el Altí-simo en mis manos. Yo partí de aquel mundo para este con el consuelo de ha-ber trabajado quanto pude en beneficio de la España y sus habitantes, y con la ( Io7 ) dulce esperanza de que siguiendo mi hijo Carlos el sistema, y los senderos que le trazamos, baxo tus luces y demas Mi-nistros, que tanto le recomendé, podía muy bien la Nacion Española haberse elevado al mas alto grado de explendor y gloria, que jamas logró, y haberse grangeado el amor, la estimacion y res-peto de las demás Naciones. ¡Quantas ve-ces y yo nos admirabamos y lamen-tabamos, de que aquella Nacion nunca hubiera conseguido el poder, la eleva-cion y grandeza á que naturalmente de-bian elevarla sus posesiones en uno y en otro mando, su situacion geográfica para el comercio en ambos mares, la be-nignidad de su clima, la abundancia de sus frutos, la riqueza de sus minas y el carácter magnánimo de sus naturales! El cielo la destinó para ser la admira-cion de las naciones, y el exemplo de la grandeza humana; pero las guerras continuas inevitables, con que fué preciso sostener los derechos de la gran nacion y mas que todo el horroroso paréntesis ( Io8 ) que á la sabiduría de muchos gobiernos que nos precedieron abrió la detestable política del que principió por mi falle-cimiento y tu caída la han tenido siem-pre nervada, ignorante, aherrojada y pri-vada de aquellos grandes estímulos que elevan á las naciones y las engrandecen. Asi pensábamos con razón de nuestra Es-paña, y yo esperaba que mi hijo Cár-los; qual otro Tito, llamado justamente las delicias del género humano, fuese el Monarca destinado por el cielo para ele-varla á tanta prosperidad y gloria; pero ¡quanta fué la sorpresa y admiracion de mi alma, y quanto el dolor y amargura de mi corazon, quando de mi queri-do Ministro supe los imprevistos y extraordinarios acontecimientos ocurridos en aquella desgraciada península, grandes en ; pero pequeños en comparacion de los que este sábio político temia! En el momento en que vos cerrásteis los ojos, me decia, empezó la España á padecer, cuyas funestas conseqüencias llorará por muchos siglos. Asi pronosticaba mi vir- ( Io9 ) tuoso privado de lo que veia, y yo deseo vivamente me refieras lo ocur-rido posteriormente, y quales son tus jui-cios y conjeturas sobre la suerte venidera de aquella nacion. Se continuará. NOTICIAS DE MADRID. Un oficial de la contaduria de pro-pios y arbitrios, que salió de aquella el 15 del pasado dice: que poco antes de su salida se anunció por los papeles públicos que ya se hallaba toda España en paz y tranquilidad, despues de cuya época nada han vuelto á publicar de las armas fran-cesas ni de las españolas: y que com mo-tivo de haber algunos anónimos introdu-cido por el correo papeles al Señor Be-liard, Gobernador de Madrid, manifestán- dole con el exemplo de las provincias que todo era falso, publicó un decreto anun-ciando al público que ya estaba libre la comunicacion de correos para todas partes, lo que creido por algunos incautos tra-taban poner sus cartas en el correo; pero ( II0 ) se contuvieron al ver una guardia extraor-dinaria, que fundadamente se cree estaba destinada para pillar los que á pie jun-tillas dan crédito á quanto nos publi-can sus embusteros papeles. (Cosa dura es de creer que los franceses no respeten el sagrado sigilo de correos y correspon-dencias.) El Señor Beliard fué un dia de carnestolendas al corral de la Cruz en un birlocho muy decente, tirado de ex-celentes mulas (por mas señas que eran hurtadas, por que esta canalla bendita y filantrópica ha entrado en España muy penetrados de la máxîma evangélica, que todos los bienes sean comunes y que nada sea propio) y mientras Su. Señoria, se estaba divirtiendo, los pacíficos madrileños le qui-taron el hipo al cochero, y le birlaron el birlocho y las mulas al Señor Gober-nador, sin que hasta ahora se haya po-dido averiguar que rumbo tomáron estos bienes se moventes, adquiridos por legítimo derecho de rapio rapis, y pérdidos por aquello de lo que es del diablo, el dia-blo se lo lleva. (Los franceses no quie- ( III ) ren acabar de creer que hai brujas en Madrid) La misma suerte han corrido 4 cañones de á 8. y 2 de á 4 que tenian nuestros aliados y caros hermanos, en una casa de portazgo media legua de Madrid, en el camino del Escorial cus-todiados por una gran guardia de fran-ceses; pues esta es la hora en que no se sabe que camino han llevado los ca-ñones ni los franceses, que los custo-diaban; aunque segun presentes, y ante-cedentes se cree que habran baxado á los profundos abismos á pagar el por-tazgo en la barca de Aqueronte. Posteriormente se fixó un decreto para que todos los empleados en Madrid hiciesen dimision de sus empleos en el término de 24 horas; y verificado esto fixaron otro para que el que quisiese continuar pretendiese de nuevo, y en efec-to al que lo hizo se le concedió. Item mas, otro decreto en que se dispone y ordena (una treta para robar): que los Canónigos de Toledo que en el término perentorio de ocho dias no acudan á ocu- ( II2 ) par sus sillas se darán éstas por vacantes (y sus rentas para gastos de campaña.) Es cosa estraña que los franceses para robar las rentas de los Canónigos guarden alguna máscara y difraz. El Señor Marquina está padeciendo los efectos naturales de su conducta en el desprecio y vilipendio que sufre de parte de los franceses, quienes, como todo hom-bre indigno, tratan bien á los traidores mientras perciben los frutos de su traicion; pero quando no, los desprecian y los in-sultan como á hombres que vendiendo su casa no pueden tener ley á la agena. Los honrados y virtuosos Urquijo y Ofarril son por ahora los íntimos y viles confidentes de Su. Magestad. Botellas, lo que prueba que todavia estos indignos españoles le son útiles; pero yo les aseguro que en dexan-do de serlo correrán la fortuna que su alta traicion merece, y que llegarán á verse sin patria, sin hacienda, sin vergüenza y sin asilo, pues ni lo hay, ni es justo que lo haya para los traidores ni en los cielos ni en la tierra. ( II3 ) Aseguran que Pepillo el simple, tonto é inocente sale algunas veces á caballo (gran figura para unas sombras chinescas) por las calles de Madrid, y que en oyen-do á algun peluquero ó amolador que dice: viva el Rey Pepe que se le cae la baba, y se hincha y envanece dando unas risotadas como un fatuo ó un borracho. Hablamos del Rey filósofo de Morla. Que fué un dia su merced al hospital, y con una caridad edificante entregó de limosna á los pobres un poco de dinero que aca-baba de robar del fondo de cruzada. Por noticias posteriores se dice: que entraron en Madrid varios carros de he-ridos franceses de las acciones habidas con el Señor Cuesta, cuyos pormenores no tenemos todavía. Una de las gazetas de Madrid contiene dos especies peregrinas, como todas sus cosas, la primera es: que los austríacos han penetrado hasta lo interior de la Baviera; pero que han sido completamente derro-tados por los franceses en tres acciones. Ellos mismos confiesan el hecho, que ( II4 ) es lo que nos importa, ahora que lo cuentan como acostumbran. La segunda es: que apesar de estar las mares infestadas de naves inglesas ha llegado felizmente á Cadiz el navio San. Justo, que condu-ce de América para Su. Magestad. (el Rey Pepe) Io millones de pesos fuertes ¿Qué tal? ¿digo algo, ó me rompo la cabeza? Si esto no es mentir, yo no se que querran ustedes. Dice tambien dicha ga-zeta: que han llegado á Paris el Rey de Baviera y el de Westfalia á cumplimentar á la Josefina. Mucho es que no dicen que van á mudar aires, por que esta baraja de nuevos Reyes y figuras, quando el viento contrario les sopla en popa y salen á orza, dicen luego en sus gazetones, que van á mudar de aires, y que sus vasallos se quedan llorando; y esto es verdad, mal que le pese á esta casta de Reyes an-dantes y aventureros. NOTICIA GRACIOSA. Cierta Señora de crédito que salió de Madrid el dia 14 de Enero asegu- ( II5 ) ra: que poco antes de verificarlo, se co-municó órden por los Alcaldes de Cor-te á los de barrio, y por éstos á los vecinos de su demarcacion, para que todos, sin excluir las comunidades religio-sas, concurriesen á su respectiva parro-quia, y estando Dios manifiesto, jurasen y firmasen en su augusta presencia por Rey de España á Josef Buenaparte: executóse asi; y al siguiente día publicó la gaze-ta de Madrid quan complacido habia quedado Su. Magestad. con el amor, fidelidad y obediencia de sus vasallos. Ya se infiere lo mucho que estos admirarian la edi-ficante religiosidad de un Soberano tan benéfico y zeloso de las respetables le-yes del juramento. Al intento. Por oir misa entera, (era Domingo) de su hacienda á su aldea cierto payo salió mui de mañana en su borrico: ¡Con que afan caminaba el buen christiano! Como llaman rabones á los mulos, Quando no tienen rabos en los C ISLA. ( II6 ) Por no perder la misa ciertamente sacrificado hubiera hasta su asno; Asi fué, que terciándole con brio uno sobre otro mas y mas varazos, conseguir de este modo pretendia que su burro apretase mas el paso: Harre demonio, harre, le decia; que temo que la misa haya empezado. El animal no entiende otro lenguage sino el de mucho palo y poco grano, y por tanto aunque á impulso de la vara daba alguna carrera, luego al tardo y perezoso paso se volvia: se desespera y rabia el aldeano, y despues de arreciar golpes y golpes sobre el pobre borrico; harre diablo, por último le dice enfurecido; que si pierdo la misa va á tu cargo. Zaragoza, cuya gloriosísima defensa pondra en el olvido á Sagunto, á Numan-cia, y las Termópiles, era la ciudad des-tinada por la Providencia para ser el exemplo y modelo, que deben imitar los pueblos, y para darnos á conocer ( II7 ) hasta donde llegan los esfuerzos del amor á la patria: una ciudad sin fuertes, sin castillos, sin fosos, ni contrafosos, ni mu-rallas, ni ningun género de defensa de las que da la naturaleza ó el arte de la guer-ra ha visto por espacio casi de nueve me-ses estrellarse contra sus deleznables bardas todo el orgullo, la altivez y el frau-de de esas quadrillas de bandoleros, cuyo capitan Napoleon ha propalado que las plazas mas fuertes de Europa las tomaba en quince dias. No quiso Dios que Su. Magestad. Imperial. y Real. hubiera venido en persona al sitio de Zaragoza, cuya toma le hu-biera sido mas importante, que las corre-rias, que ha hecho por la Galicia inú-tilmente, y al amparo de quatro espa-ñoles enemigos de la patria, que les dio el ser. Los inmortales defensores de aquel baluarte de la libertad española pidieron permiso á su digno General Palafox pa-ra apoderarse de una bateria de morte-ros, que tenian los enemigos en la torre Bernardona,y que les hacia mucho daño dióles un batallon de voluntarios, con los ( II8 ) que salieron de noche, sorprehendieron á los enemigos, llevaron los morteros á la ciudad, y puestos en procesion con los sa-bles levantados y ensangrentados hasta el puño fueron á dar las gracias á la Vírgen del Pilar. Asi se portan los paisanos de Don. Quixote, como dice ese faramalla y ridículo Emperador, ó los paisanos de los Viriatos, de los Pelayos y Ramiros, de los Rodri-gos de Vivar, de los Gonzalez de Cór-doba, de los Corteses y de otros inume-rables como pregona la Europa entera. Tenemos el disgusto de no poder anunciar al público de oficio la decla-racion de guerra entre el Austria y Fran-cia; pero la aseguran muchos documen-tos, entre ellos los siguientes, y asi la te-nemos como cierta: Cadiz 27 de Fe-brero. El Enviado de Austria ha llegado aquí hoy, ha estado con el Señor Villel y ha salido para Sevilla. Trae buenas noti-cias acerca del Austria y Rusia en favor de la causa que defendemos, y de que am-bos estarán ya con sus exércitos al frente del tirano. ( II9 ) Copia de una carta del Encargado de negocios de Inglaterra fecha en Lisboa el I4 de Febrero, en contestacion á otra del Señor Forjas, Secretario del Gobierno Portugues. Acabo de tener la honra de recibir la carta de Vuestra. Excelencia. y tengo el gran placer de acreditar la noticia verdadera de que la Austria ha declarado la guerra contra Fran-cia: lo tengo sabido por Sicilia de una au-toridad la mas respetable, y tambien que esta noticia se confirma por otras: no pue-do con todo felicitar á Vuestra. Excelencia. de un acon-tecimiento que da lugar á mas feliz espe-ranza, y que prueba que el exemplo de la España ha hecho esparcir el espíritu de la bravura, y la independencia. = Tengo el honor de ser &c.= Cradoch. NOTICIAS DEL PUERTO. Embarcaciones que en él han entrado desde el dia 27 de Febrero hasta el 6 del corriente con carga-mento para esta ciudad y América. Barco Nuestra. Señora de los Desamparados, de Santa Pola, con arroz. Laud San. Josef, patron Josef Llorens, de Valencia con Vino, aguardiente y pasas. ( I2o ) Tartana Santo Christo del Grao, patron Rafael Vergel, de Torrevieja con aguardiente y queso. Laud Santo Christo del Grao, patron Pedro Sa-rueda, de Valencia con arroz y papel. Laud Santa Ana, patron Josef Dols, de Ali-cante con barrilla. Falucho ingles Eliza, patron Domingo Firpo, de Gibraltar con arcos de hierro. Laud Vírgen del Castillo, patron Domingo Va-quer, de Gibralrar con hierro y cueros. Xaveque San Joaquin, patron Miguel Orst, de Cadiz con pertrechos de guerra para Tarragona. Tartana Nuestra. Señora de Misericordia, patron Ma-nuel Villegas, de Cadiz con pertrechos para Tortosa. Londro Santísima Trinidad, patron Ricardo Mu-an, de Cadiz con azucar, campec. cacao y café. Laud Vírgen de la Mar, patron Manuel Carbo-nel, de Gibraltar con ropas para Motril. Precios de granos y otros géneros en la Alhon-diga y almacenes en 8 de Marzo. Trigo segun calidad la fanega. de 38 á 5o reales. Cebada de la tierra idem. de 24 á 26. Idem del mar de 21 á 22. Aceyte de oliva la arroba. á 4I. Aguardiente. prueba de aceyte arroba. á 34. Bacalao inglés. el quintal. de 7 I/2 á 8. pesos. fuertes. Cacao de Caracas la fanega. á 7I. pesos. fuertes. Arroz de Valencia la arroba. de 27 á 29. reales. Azucar blanca de la Habana de 6o á 64. Idem terciada. la arroba. 5o á 54. Manteca de Irlanda la libra. de 8 á 9. SUPLEMENTO AL NUMERO. V. DEL ATALAYA PATRIÓTICO DE MÁLAGA. La Junta Central Suprema Gubernativa del Reyno al Pueblo de Cadiz. En medio de los gravísimos cuidados y de las atenciones tan vastas como importantes que ocupan á la Junta Suprema, un suceso ines-perado ha venido á interrumpirlas, y á lle-nar su corazon de luto, y cubrirle de amar-gura. Vuestro patriotismo, convertido en frene-si, ha desconocido, hábitantes de Cadiz, toda subordinacion y órden, y ha atentado contra la persona de un comisionado de la misma Jun-ta, Representante de la Nacion en ella, el qual á despecho de la inviolabilidad de su carácter y ministerio hubiera acaso sido víctima de vues-tro furor sin la defensa y escudo que los dig-nos voluntarios honrados generosamente le pres-taron ¿Y quál es, engañados Gaditanos, la cau-sa de semejante tropelía? Son tal vez las vo-ces tan injustas conto absurdas de que con la ( 2 ) entrada del batallon extrangero se iba á po-ner á Cadiz á merced del enémigo? Pero con-siderad á sangre fria el fundamento de tal in-culpacion, y os avergonzaréis de haberla hecho- Sabed que el Marques de Villel no ha tenido parte alguna en esa medida, que tanto os ha alarmado: sabed que esos extrangeros son po-lacos y alemanes, gente que no pertenece al dominio de ninguno de los Napoleones, traida á España por fuerza, y que deserta en todas partes de las vanderas francesas. El Gobierno al determinar que fuesen á Cadiz, no creyó jamas que un número corto de hombres que habian abrazado nuestra causa pudiesen disminuir el sentimiento de vuestra seguridad. La mayoría inmensa de ese vecindario, su patriotismo y leal-tad bien probada y su vizarria conocida no de-xaba duda alguna que pudiese contenerlos fa-cilmente si se desmandaban, ó embarcarlos al instante que pudiesen dar cuidado, ó produxe-sen disgusto. Pero si el movimiento tiene causas dife-rentes; si la entrada de las tropas extrangeras no ha sido mas que una ocasion para precipi-tarle; si en él habeis querido manifestar vues-tra desconfianza hacia el Vocal comisionado, la Junta de Gobierno os asegura que no pueden caber en su conducta los motivos odiosos y cri-minales que serian necesarios para justificar el olvido en que habeis incurrido de toda mode-racion y justicia. La larga y activa correspon-dencia del Marques de Villel, que la Junta tiene á la vista, no respira en todas partes más ( 3 ) que zelo por el bien de la Patria, y diligen-cia para promover de todos modos vuestra se-guridad y defensa. Comparad el estado en que estaban estos objetos antes de su llegada á Ca-diz con las obras executadas y proyectadas des-pues. Podrá quizá haber errado en los medios de execucion, y la Junta está muy agena de reputar impecables á sus individuos: podra tal vez haber equivocado los verdaderos límites de las facultades anexâs á su comision. ¡Pero no teníais otro medio de manifestar vuestro disgus-to que con un movimiento tumultuario! Nadie se ha venido á quejar á la Junta de los pro-cedimientos del Marques; nadie la ha enterado de que su comisionado en Cadiz habia perdi-do el amor y la confianza del Pueblo. Algu-nos pocos anónimos son los que han venido á sus manos sobre esas tristes disensiones, favo-rables unos al Marques, otros contrarios, y todos á la ley de equidad y de sana política despreciables. Medio es ese tan vil, como fa-tal y peligroso, el de la sedicion. ¿Quál pues era el que os quedaba? El que conviene á pe-chos francos y rectos como los españoles: el de quejaros descubierta y noblemente al Gobierno, y el Gobierno os hubiera hecho justicia. Pueblo de Cadiz, una comision exâminará la conducta del Marques de Villel: esta comi-sion no se compondrá de individuos de la Jun-ta Suprema para evitar en materia tan grave toda sombra de parcialidad: qualquiera de vo-sotros sera oido que quiera acusarle de malver-sacion é infidencia; y la sentencia será ajustada ( 4 ) á la ley. Él mismo implora la justicia de la Junta para que asi se haga: su honor mismo, la opinion del Gobierno y la satisfaccion pú-blica necesariamente lo prescriben. Si el Mar-ques resultase culpable, será castigado en pro-porcion al abuso que haya hecho de su alto ministerio y de la confianza nacional; pero si es declarado inocente, es preciso que la repara-cion, que se haga á su buen nombre ultrajado, sea tan pública y solemne como cruel y escan-dalosa ha sido la agresion. Acordaos, hijos de Cadiz, de la situacion amarga en que el Estado se mira, y guardaos de las pérfidas artes con que los enemigos quieren asesinar á los buenos españoles. No son solo los ingratos que huyeron con los franceses, y han vuelto despues con ellos, los que mas daño ha-cen á la Patria: son esos agitadores oscuros pagados por ellos ó por el tirano, que abusan de vuestra confianza y descaminan vuestro pa-triotismo. Ellos son los que desuniendoos del ver-dadero punto de reunion que es el Gobierno, induciendoos desconfianzas y sospechas, os lle-van por caminos tortuosos y culpables al pre-cipicio y á la servidumbre: ellos son los que alte-ran el órden social, convierten la lealtad en ra-bia, y el zelo en sedicion. La junta tiene, por desgracia, hartas pruebas de estas maquinacio-nes infernales en noticias que cada dia recibe, y en correspondencias que ha interceptado. Aun no puede señalar los culpables; pero algun día lo hará; y al dar en su digno y terrible cas-tigo el grande escarmiento gue aterre á los que ( 5 ) quieran imitarlos, vosotros lloraréis con vergüen-za vuestro error, y aprenderéis, á conocer los seres viles, y degradados que os fascinaban y os arrastraban á la anarquia y los delitos, Oh! No los escucheis, habitantes de Cadiz: y jamas per-dais la confianza en el Gobierno, entre cuyas primeras atenciones y cuidados está siempre pre-sente ese emporio del comercio de los dos mundos, y una de las áncoras de la nacion Española. Sublevacion de los Suizos. Bonaparte haciendo la reparticion del mun-do como un nuevo Adan ha señalado para Rey de los cantones Suizos al Príncipe de Neuf-chatel, el que ha tenido tan buena acogida como Don. Josef; pues aquellos naturales no des-mintiendo su caracter, que siempre les llamó á la independencia, no quieren perderla ni se-llar su afrenta y esclavitud. Toman las armas á porfia para sacrificarse en las aras de la li-bertad, y con una sublevacion gloriosa provo-can á los pueblos de la Italia, y á la Europa entera á sacudir el yugo del Tirano opresor. Noticias recibidas de sugetos fidedignos. La entrada de las tropas francesas en Sa-lamanca se celebró con el mayor aplauso de los Cuerpos caracterizados del pueblo: se cantó con este motivo muy solemnemente una Misa en ha-cimiento de gracias, que celebró el Dean de la Santa Iglesia, á la que concurrió el Reverendisimo. Obispo ( 6 ) y predicó un sermon famoso el Padre. Monseñor. Martel, Clerigo, que fué de menores de San. Cayetano, y despues salió al balcon aquel Prelado dio-cesano, y dixo. Viva Napoleon. En seguida nombraron doce Diputados, personas las mas cultas del pueblo para rendir el homenage al Rey de farsa Don. Josef, los quales entraron en Madrid, y llegados á palacio los introduxo el Marques Caballero en el quarto donde estaba Su. Real. Magestad. le manifestaron la diligencia que iban á practicar, y les contesto estas palabras: Yo bien que estas diligencias se hacen con vio-lencia, pero dentro de pocos meses verán todos la felicidad que les prometo: decid que estoy bien satisfecho del modo con que ha procedido Sa-lamanca, y que siempre la miraré y atenderé como á las niñas de mis ojos. Luego se retira-ron acompañándoles el Ministro Azanza, el qual dixo á uno de los Diputados, por haberlo co-nocido antes, que puesto era un sugeto instrui-do, seria muy grato al Señorr. Josef el que pro-curase hacer ver á todos la grande utilidad que lograrian en reconocerlo por Rey: á lo que contestó estas expresiones: Bien se conoce que Vuestra merced. no sabe como estan las Provincias cuyas expresiones advirtió haber causado á Azanza mucha mutacion. El tal Señor. Obispo de Sala-manca ha publicado una proclama en favor de los franceses tan asombrosa, que no la hubie-ra puesto mejor el mismo Napoleon: y en re-muneracion del beneficio que ha conseguido la ¡Qué debilidad y degradacion! ( 7 ) ciudad, tiene que subministrar diariamente á ca-da General frances al tiempo de tomar el cho-colate por la mañana quatrocientos reales, y se dice que ya se ha expedido el decreto del saqueo. Los movimientos, que ha hecho el Duque de Alburquerque con algunas pocas tropas de la vanguardia del exército del centro y Carolina han sido muy ventajosos, y solo dexan de ser-lo en sentir de aquellos que á todo avance llaman victoria, y á toda retirada pérdida. Los enemigos que ocupaban á Mora, abandonaron esta villa, y aunque no pudieron cortarse, co-mo se tenia dispuesto no obstante presentaron batalla en el camino de Toledo en número de 5oo granaderos de á caballo, donde fueron ba- tidos y puestos en vergonzosa huida. El re-sultado fue perder los enemigos Ioo hombres entre muertos y prisioneros, sin contar los mu-chos heridos, entre ellos un Coronel; tomándoles ademas I5 caballos, I8 maletas, 3o fusiles, Ioo sables, y el coche y mulas del General con todo su equipaje, y segun se dice mas de 2 millones en efectivo. Los enemigos intentaron despues atacar al Duque de Alburquerque con I4D, y para evitar el choque con fuerzas tan su-periores, se retiró con el mejor órden á Malagon, y al fin se reunió con el exército en Manza-nares. En esta expedicion no hemos perdido la vigésima parte de gente que el enemigo. El Gobierno ha publicado de oficio la paz entre la Inglaterra y la Turquia. Esta noticia es de la mayor importancia, pues en, caso de ( 8 ) que las tropas del gran Señor puedan entrete-ner y ocupar á los Rusos, puede entonces el Austria emplear todo su poder contra los fran-ceses. Malaga 8 de Marzo. Por el Capitan de un buque de esta ma-trícula que acaba de llegar de Plimouth en I5 dias se sabe, habian llegado á los puertos de In-glaterra las tropas que se embarcaron en Ga-licia; y que el gobierno no ha consentido se desembarquen debiendo volver á España con otras muchas que les han de seguir: y que en Inglaterra pagan quantiosos enganches. El 6 del presente entró en esta Ciudad el Señor Teniente General Blake, y marchó in-mediatamente á Cataluña, pero ignoramos con que destino. El 9 recibió este Real Consulado por un correo de Gabinete órden de la Junta Central para el es-tablecimiento, por asentista, de correo maritimo para el Austria por el puerto de Trieste, en el Mar Adriático, para donde debe salir de esta un bastimento cada diez dias: podran conducir ade-mas de la correspondencia, géneros y mercadu-rias de lícito comercio, tanto de extraccion co-mo de importacion. Esta disposicion demuestra bien claro la buena inteligencia que reyna en ambos gobier-nos, y lo mucho que interesa una comunica-cion seguida. Manifiesto de la Nacion Española y en su nombre la Junta Gubernativa á las Naciones de Europa. Se vende en Málaga y en Granada en las librerias. de Martinez.

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